Hay una muy profunda crisis de la democracia en el mundo.
Ya ni siquiera la democracia en Estados Unidos es una excepción.
Eso significa que todos los tipos de democracia están en crisis.
En Europa, en América, en Asia y en África también todos los tipos de democracia han entrado en crisis.
Nadie se imaginó nunca que en un congreso de diputados, el caso de Panamá, el ejército y la policía entraran para llevarse esposados y detenidos a diputados en ejercicio.
Esa es una expresión clarividente de cómo se ha producido la muerte de la democracia en el mundo.
Se ha exagerado demasiado el rol y de la policía y del ejército en la sociedad y muy específicamente en una democracia sea reoresentativa o no.
Hemos visto cómo en un país como Estados Unidos, que se presentaba como la democracia más madura del mundo, el ejército entra a cualquier lugar y produce atropellos sin igual a ciudadanos que no tienen ni han asumido conductas reñidas con la ley y las buenas costumbres.
En España los ciudadanos tienen serios problemas para manifestarse y expresar abiertamente su derecho a disentir.
El ejército y la policía se pasan de la raya no permitiendo que la ciudanía ejerza su soberano derecho contra los diversos y múltiples problemas que hay en la sociedad y que golpean seriamente a la población.
Esta letal y profunda crisis de la democracia implica que la Constitución ha pasado a ser un verdadero pedazo de papel.
Las policías y los ejércitos se han valido de la fuerza bruta para suplantar u ocupar violentamente el lugar de la Constitución.
Al suplantar el lugar de la Constitución, los ejércitos y las policías del mundo nos han convertido en sociedades sin democracia y sin libertad.
Estados Unidos, en este segundo gobierno de Trump, ha pasado a ser una sociedad donde se ha priducido la muerte de la democracia y de la libertad.
Pero hay serios y abiertos desafíos en todas las sociedades para evitar la muerte definitiva de la Constitución, de la democracia y de la libertad.
AUTOR: DR. VÍCTOR MANUEL PEÑA