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31 de diciembre 2025
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OpiniónKelvin JiménezKelvin Jiménez

La prevención es la ruta

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El presidente de la República Dominicana Luis Abinader recientemente abordó la problemática del consumo de drogas y señaló lo siguiente: “Nos queda, especialmente al gobierno y a la sociedad, lo que es la parte de prevención que es fundamental, y estamos preparando un proyecto de acción para que se involucre toda la sociedad. Hay que verlo como un tema de criminalidad y en cuanto al consumo, un tema médico, de prevención, de tratamiento y los gobiernos, incluyendo el nuestro, no han tomado las medidas necesarias para el tratamiento y prevención”

En ese tenor es propicio el contexto para destacar el inicio del Programa la Ruta de la Prevención, de la Dirección Nacional de Control de Drogas, con estudiantes que residen en sectores vulnerables al tráfico y consumo, y donde interviene la comunidad educativa, centros de tratamientos como Hogar Crea y el Sistema de Justicia, cuyo objetivo es que los participantes tengan una experiencia vivencial, para luego compartir en sus espacios de socialización.

Nosotros tuvimos la oportunidad de participar en el mes de abril del año 2016, en la sesión especial de la Asamblea General de la Naciones Unidas sobre Drogas(UNGASS), y el tema de mayor discusión fue la despenalización, y la posición asumida por Cuba en la voz de la Ministra de Justicia, María Esther Reus fue: “ la legalización de las drogas, asumiendo que son sustancias inofensivas implicaría que los Estados no están dispuestos a cumplir con sus obligaciones de combatir el delito y proteger la salud de sus ciudadanos”.

En nuestro país la voz cantante ha sido la ONG Casa Abierta, quienes se han mostrado de acuerdo a la despenalización de la marihuana, y darle un enfoque de uso medicinal o terapéutico. Sin embargo, esto es un tema de salud pública, que trae consigo el imperativo de crear una plataforma de atención al usuario para prevenir riesgos y evitar una codependencia que dañe la salud emocional de las personas.

De igual forma, es importante acotar que en el sector salud, las partidas presupuestarias en prevención, no llega a un 4%, y la falta de inversión en salud mental, es un reclamo latente no solo de los especialistas de la conducta humana sino de varios sectores, de manera que sería contraproducente dada nuestra realidad social el solo hecho de pensar en la despenalización.

El cannabis para fines terapéuticos y medicinales fue aprobado en Colombia en mayo de 2016, siendo el tercer país de América Latina después de Chile y Uruguay, en México aún es tema de debate. Otro ejemplo es Holanda, famosa por los coffee shops donde se puede consumir marihuana con total libertad. En ese sentido, un informe de 2016 de la Europol, y del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, estableció que dicho territorio es el núcleo del tráfico de estupefacientes con los demás países del continente.

En el país y la región existen los tribunales de tratamiento bajo supervisión judicial, una gran iniciativa que debe ser expandida, para ver al imputado por posesión de drogas como un tema de salud mental, cuya atención médica debe ser enfocada en preservar su dignidad humana, y ofrecer los tratamientos que requiere la adición de sustancias psicoactivas, pero despenalizar la marihuana, es darle “casa abierta” al consumo excesivo, sin estar preparado cultural e institucionalmente.

El presidente Luis Abinader, ha sido enfático al señalar que no está de acuerdo con la legalización de las drogas sino todo lo contrario, reafirmó el compromiso del gobierno de combatir, tanto en la prevención, tratamiento y represión a los que incurren en el tráfico, y definió al narcotráfico y la droga como “la plaga de esta generación”.

Nos toca a toda la sociedad con sus instituciones asumir un compromiso con la vida; y finalmente recalcar lo dicho por el primer mandatario: la prevención es fundamental y por tanto, es la ruta a seguir.

 

Por Kelvin Jiménez

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