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26 de diciembre 2025
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OpiniónJulián PadillaJulián Padilla

La  política convierte y canoniza delincuentes

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Si usted se detiene a recordar nombres de los renombrados funcionarios corruptos dominicanos,  seguro están algunos ahí en su memoria,  otros los encontrara sin dudas en la memoria histórica del país.

Podría usted buscar para entretenerse  mejor, en los últimos 50 años, y si no tuvo acceso a la información y si esta no ha sido clasificada, por el entramado gobernante en el país, se sorprenderá de ver: diputados, senadores, presidentes, alcaldes, regidores, secretarios de estado, jueces, fiscales, policías, directores, administradores, empresarios y hasta buscones.

Todos ellos etiquetados por la historia, como pillos, roedores, estafadores, lavadores, evasores, vulgares ladrones del erario y la mayoría de ellos, pasaron de una función pública al congreso nacional, lugar predilecto donde se tiene inmunidad y se beatificaban los bandidos de la política nacional.

La función pública tiene ese elemento común, pues el sistema de la mafia y la corrupción está instalado y reposa en cada silla de un ministro, un director, administrador, en cualquier entidad de la gestión pública nacional y a veces creo que hasta en los mismos programas computarizados.

El discurso del combate a la corrupción, de tolerancia cero a la impunidad, de muchos otros enunciados, de los diversos encantadores de serpientes que nos han gobernado, han caído todos en saco roto. Y las olas del mal del dinero mal habido, se han encargado de bañarlos a todos de oro, riquezas, buena vida, pero sobre todo de un titulo que jamás podrá borrarse en su vida, y que les marca el alma cada vez que se ven al espejo: ladrones.

La maquinaria de corruptos siempre esta engrasada en el sistema que conduce la gestión de cada gobierno en su paso por la cosa pública y ahora lo estará mucho mas con la Inteligencia Artificial aplicada para el mal.

Junto a cada temporada ciclónica que nos afecta irremediablemente por nuestra localización geográfica, recibimos diariamente los embates de funcionarios corruptos, tramando la mejor forma de enriquecerse sin dejar rastros.

Algunos son tan descarados, que logran combinaciones perfectas, de forma tal que sin son detectados, casi siempre encuentran a su chivo expiatorio favorito, para salir por un tiempo airoso, o lograr que jamás se recuerden sus hazañas.

La estrategia de bajo perfil post escándalo sin embargo, se parece mucho al rigor post morten, el cadáver al poco tiempo hiede, así como hieden los falsos lideres corruptos surgidos de la política nacional.

Hay personajes recientes, que estuvieron gravitando con mucha frecuencia en los medios y que proyectaron la imagen de reales lideres para el bien. Pero que cuando tuvieron la oportunidad de fungir como ministros, vice ministros, directores, sencillamente dejaron de usar las caretas, y se armaron de valor para realizar un saqueo inusitado a las arcas públicas.

Citar nombres no viene al caso, pero han sido abandonados a su suerte, aunque moralmente cadavéricos, luego de haber sido sustituidos, y jamás se ha vuelto a hablar de sus escándalos, parece ser que le conviene a la imagen del proyecto político en cada partido concursante con posibilidades de éxito, pues estos robos, no serian mencionados como tema de contra campaña.

Es decir, que el tema corrupción no sería un discurso de campaña de alguno de los contendientes, pues cabe la expresión dicha por Jesús a los fariseos preguntándoles a los neos fariseos y burladores de siempre: ¿Quién puede tirar la primera piedra?

Es una pena, que jóvenes que se vendieron como promesas junto a la oportunidad de servirle al país con decoro, hayan seguido las pautas de los viejos corruptos de siempre. Parece ser que sus abultados currículos con maestrías, doctorados, idiomas, dejaron un gran vacío, al no poder incluir en la hoja de vida tal vez lo más importante: Honestos.

Al parecer, junto con el nombramiento de alguna persona en una posición clave, vienen consigo, las indicaciones para el enriquecimiento compartido, pues no solo roba el funcionario, sino que también debe hacer como dice el refrán popular, hacer como las cotorras, que comen y dejan caer migajas.

Se dice que la situación es tan crítica en un porcentaje importante de entidades, que cuando un nuevo funcionario intenta hacer lo correcto y deponer las viejas prácticas corruptas, algunos son amenazados, por personeros de la vieja guardia, si intentan continuar con la idea de ser transparentes y de no robar y permitirlo.

Otros son más descarados y desde que llegan identifican a esos magnates de la cosa pública y le pregunta a lo claro: ¿cómo es el asunto aquí?.

Antes de los tres meses se nota el cambio en el nivel de vida del funcionario. Vehículos,  propiedades, vestuario, hoteles, restaurantes, queridas, crecimiento en las cuentas bancarias y mucha publicidad en las redes, hasta cuando va al baño hay una foto especial.

Al parecer el reto de tener un gobierno donde los funcionarios tengan un compromiso con el uso racional de los recursos y con no tomar dinero que no le corresponde, será una gran meta perenne que de un gobierno lograrlo, pasaría a la historia de la república, y siempre seria recordado.

Pero en los casos donde un novel funcionario entra a la mecánica de los nuevos corruptos por la razón que sea, se puede verificar un círculo vicioso que convierte al funcionario en corrupto, pero cuando luego se postula y gana por su excelente financiamiento con dinero público, entonces queda canonizado, por una sociedad acostumbrada a llamarle señor a la gran mayoría de los delincuentes, que necesariamente son políticos.

El sistema los convierte en corruptos y el mismo sistema, le dota de los recursos para lograr más adelante la impunidad con alguna curul. De eso se trata nuestra democracia y nuestro sistema de partidos. De un brutal engaño a la nación, y de un enriquecimiento ilícito vergonzoso por el solo hecho de pasar por una función pública. ¡Viva el  Neoliberalismo Carajo!.

 

Por Julián Padilla

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