En el primer trimestre de 2023, el Banco Agrícola ha desembolsado alrededor de RD$42.2 millones al sector acuícola.
EL NUEVO DIARIO, SAMANÁ.- En la República Dominicana, no solo se vive de las paradisíacas playas de aguas cristalinas y de la hostelería sino también de la pesca, que no es solo una actividad económica sino todo un engranaje fundamental que impulsa y sostiene el turismo y el bienestar de las comunidades costeras.
Este sector juega un papel crucial en la economía del país, generando ingresos significativos y ofreciendo empleo a miles de personas.
La industria pesquera local genera ingresos anuales de RD$3,000 millones, representando el 0.3% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, según el 2021-2024 del Consejo Dominicano de Pesca y Acuicultura (CODOPESCA).
De acuerdo con dicha institución las principales zonas pesqueras del país son: Bayahíbe, Sánchez Ramírez, Samaná, Palmar de Ocoa, La Caleta, Azua, Sosúa, Bahía de las Águilas, Montecristi y Pueblo Viejo, y cada una de esas zonas aportan de manera significativa al turismo dominicano.
La provincia de Samaná, ubicada en el Cibao Nordeste, es la que se alza como la de mayor producción ostentando el 28% de los puertos pesqueros.
El Cibao Nordeste además, es la sexta región en aporte al PIB del país, destacándose en sectores como construcción, agropecuaria, comercio, transporte, y hoteles, bares y restaurantes.
La capacidad productividad existente en el sector pesquero está basada en el uso embarcaciones pequeñas y el 75.0 % de toda la flota pesquera de la se desarrolla en botes y yolas.
Mientras que las especies marinas que más se cultivan son tilapia y pacú, camarón de agua dulce, atún y otras.
Datos clave
Las estadísticas recientes no han sido muy favorables para el país ya que la producción pesquera solo cubre entre el 17% y el 30% de la demanda nacional anual de productos del mar, que oscila entre 50,000 y 54,000 toneladas.
Gran parte de esta demanda proviene del sector turístico y se enfoca en especies de aguas frías como la merluza y el arenque, además de productos procesados como sardinas y atún enlatados, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) 2017.
En el primer trimestre de 2023, el Banco Agrícola ha desembolsado alrededor de RD$42.2 millones al sector acuícola, siendo el municipio de Azua el más beneficiado con RD$18.8 millones.
Según el Ministerio de Agricultura, en 2019 la producción de peces en la República Dominicana alcanzó 284,271 quintales, un aumento del 30.5% respecto a los 217,889 quintales de 2018.
Entre 2015 y 2019, la producción total fue de 1,168,572 quintales, con 2015 como el año de menor producción, con 194,148 quintales.
Regulación de la pesca, ¿Un sector vulnerable?
La Ley núm. 307-04 que crea el Consejo Dominicano de Pesca y Acuicultura (CODOPESCA) como dependencia del Ministerio de Agricultura, es la encargada de regular las actividades pesqueras, modificando disposiciones legales relacionadas con la pesca, la acuicultura, y el medio ambiente.
Los pescadores deben tener licencia para ejercer sus funciones y para obtenerla se hace necesario agotar un proceso que consiste en llenar un formulario y algunos otros requisitos básicos.
Pero de acuerdo con el Primer Censo Nacional Pesquero de la República Dominicana 2019 realizado la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), unos 13,714 individuos, o sea, el 91.68% de los 14,929 pescadores censados no cuentan con Carnet para pescar.
A esto se suma que cerca del 92% de estos individuos declararon no haber recibido ningún tipo de entrenamiento o capacitación lo que debilita sus funciones y al sector.
Ese Primer Censo también reveló que la pesca es un sector económico vulnerable.
Carlos José Then, director ejecutivo de Codopesca, ha reiterado que la falta de organización y formalización de los trabajadores, la falta de solvencia, educación y tecnicismo en la pesca artesanal son los principales obstáculos para la industrialización del sector.
Otras amenazas
La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada constituye una de las principales amenazas para los recursos pesqueros y los ecosistemas marinos, así como la sobrepesca, la pesca de arrastre y las aguas residuales.
Samaná, una tierra bendecida
Samaná se alzó como la provincia de mayor pesca en el país.
Depende significativamente de la pesca artesanal de especies como Chillo, Mero y Calamar diamante, que se encuentran en zonas específicas de este territorio. También es famosa por el camarón de la comunidad de Sánchez.
Este pueblo cuenta con una notable diversidad de pescados y mariscos, incluyendo Langosta, Lambí, Pulpo, Atunes, Cangrejo, Carite, Pez loro, Cojinúa, Bocayate, Sardinas, Machuelo, Jureles y Aguja. Esta variedad testimonia la rica y no sobreexplotada pesca de la zona, que se practica a pie, a nado y con embarcaciones.
Samaná es la provincia con mayor número de personas dedicadas a la pesca, representando el 22.83% (3,408 personas) del total de pescadores en el país, seguida por Puerto Plata (17.77%) y María Trinidad Sánchez (9.26%).
Además, Samaná posee la mayor cantidad de puertos con 57, mientras que Puerto Plata es la segunda con 19 puertos, representando el 28% y 9%, respectivamente.
La agricultura en Samaná es limitada, siendo el principal productor de coco del país, aunque la demanda de este producto ha disminuido. La pesca también ha disminuido debido al aumento de sedimentos en la Bahía de Samaná, aportados por el Río Yuna. Además, hay una pequeña actividad minera que produce mármol.
Turismo en Samaná
Samaná no solo es un fructífero pueblo de pescadores, sino también que vive plenamente del turismo.
Para el 2023 unas 30,617 arribaron por el Aeropuerto Internacional de El Catey (Prof. Juan Bosch) unos 52,751 y 20,342 visitantes adicionales en comparación a enero-abril de 2022 y por vía marítima en enero de ese mismo año llegaron unas 8,997.
Mientras que en la oferta habitacional se registran unas 3,408 habitaciones, equivalentes al 4% de la oferta total del país, que asciende a 84,071, según datos ofrecidos por el Ministerio de Turismo.
Otras ofertas turísticas de Samaná son: Avistamiento de ballenas jorobadas, Cayo Levantado, Los Puentes de Samaná, Playa Rincón y Caño Frío, La fiesta de las cosechas, el carnaval de Samaná, las fiestas patronales, el bulevar Turístico del Atlántico y una larga lista de playas paradisíacas.
¡Mujeres al poder!
De las 14,929 personas que participan en la actividad pesquera marina en el país, 13,586 son hombres, lo que equivale a más del 90%, frente a solo 1,343 mujeres, representando menos del 9%. Esta disparidad de género se debe en gran parte a la naturaleza exigente y físicamente demandante de esta actividad.
A pesar de esta realidad, nos dirigimos a Samaná, y específicamente en Sánchez, conversamos con Virginia Morel, conocida como Luchy. Ella nos explicó su día a día como administradora de la Pescadería Manzueta, ubicada a unos tres minutos del muelle de Sánchez.
Entrevista completa
Virginia cuenta que su jornada laboral comienza a las 04:00 de la mañana, cuando se levanta para despachar a los pescadores. Abre el negocio a las 07:00 de la mañana y trabaja hasta las 07:00 de la noche. Madre de tres hijos, es la encargada de mantener su hogar y, desde pequeña, recuerda haber limpiado pescados, creciendo en este ambiente que ahora es su sustento.
Una mirada más amplia
La pesca es un engranaje económico global esencial, con más de 400 millones de empleos. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), señala que para cerca de mil millones de personas en países en desarrollo, la pesca es la única fuente de proteína animal, subrayando su importancia económica y nutricional.
El informe Estado Mundial de la Pesca y la Acuicultura 2022 estima que en 2020, 58,5 millones de personas trabajaban en la pesca y acuicultura en todos los continentes.
Por sector, el 35 % de estas personas estaban empleadas en la acuicultura y el 65 % en la pesca.
estancado en los últimos años. (Fuente: FAO)
Tal como se lee en el gráfico, cerca del 80 % de los 37,9 millones de pescadores en el mundo proceden de Asia. África sigue con un 13 %, mientras que las Américas, principalmente América Latina y el Caribe, representan algo más del 5 %. Oceanía aporta un 1 %, y Europa, apenas menos del 1 %.
