La República Dominicana corre tal vez el peligro máximo en su historia republicana.
La crisis Haitiana aparentemente financiada con el propósito de obligar una solución dominicana a los problemas de la isla, invitan más que a una reflexión, a decisiones oportunas y firmes, para evitar que sigamos sumando más problemas a los que ya tenemos en nuestro presupuesto nacional.
Yo tengo la firme creencia de que existe una permisividad para hacer dinero a través del narcotráfico, como contra partida de resolver los problemas del vecino país, combinado con el mantener bajo control o con cierta estabilidad la nación dominicana.
Lamentablemente no percibo luz en todos estos procesos y no puedo confiar en nadie que ame al dinero para conducir el barco de la nación.
Tengo la firme creencia de que la teoría de pareto se aplica con el tema de combate a las drogas en el país, pero a la inversa. Es decir, se atacan los movimientos más pequeños que seguramente son la mayoría y podría incluso estar todo planeado para proyectar una imagen de eficiencia, mientras el % más representativo llega a su destino para cerrar el ciclo de los negocios y del enriquecimiento.
Personalmente no creo en la bondad de lo que se pretende hacer con el combate del crimen organizado en el país y lo relaciono directamente, con la pretensión que se tiene de una fusión abierta de la República Dominicana con Haití.
Creo firmemente que la ONU, tiene intenciones de resolver el problema haitiano con el territorio y presupuesto nacional. Creo firmemente que existen localmente traidores de la nacionalidad dominicana y de su identidad, y que por su codicia y avaricia, harían cualquier cosa para salir beneficiados económicamente de este doloroso proceso que vive el pueblo haitiano.
No confió en nadie ni en discursos ni en blocks que se peguen en la frontera para supuestamente hacer un muro. Tampoco creo en políticos que vociferan con el tema haitiano para sacar capital político, pero que en el fondo no les duele el suelo duartiano.
Pienso que se juega a dos caras, que la ONU juega a dos caras con este tema de Haití. Y para mí hay manos del terrorismo internacional financiados, para terminar de destruir la nación haitiana y por otro lado, mediante endeudamientos y mas endeudamientos, luego obligar a la República Dominicana a dotar de ciudadanía a cientos de miles o millones de nacionales haitianos, que ya hace rato invadieron territorio nacional o que esperan una señal para ello.
Mientras la ONU dice que rechaza la violencia contra el presidente de Haití recientemente, por otro lado dice que la República Dominicana debe dotar de ciudadanía a los hijos de ilegales haitianos.
Un San Antonio es poca palabra para mandar a sembrar estiércol a estos bandidos de los organismos supranacionales.
Tenemos tiempo indicándolo: Los chacales están aquí, el criterio del Sicario Económico denunciado por Perkins se está aplicando con la República Dominicana.
Y el FMI y el Banco Mundial y el BID son los que hacen el trabajo sucio de endeudar más y más al país. No solo sembrando mayores posibilidades de corrupción, (la corrupción es endémica y parte del certificado de nacimiento de cualquier partido o cuadro político en al país). Salteadores y cuatreros.
Y luego de que se logra más endeudamiento, entonces pasar la factura cuando el país no disponga de moneda dura suficiente para pagar, y en ese momento imponer condiciones, o para adueñarse de nuestros recursos naturales, o para modificar leyes, o para asegurar candidatos, o para lograr su sueño dorado: la fusión.
Por Julián Padilla