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19 de diciembre 2025
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OpiniónFrancisco Cruz PascualFrancisco Cruz Pascual

La necesidad de una posición política

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En las aspiraciones a cargos políticos dentro de los partidos prima con demasía el ego. Nunca he aspirado a la máxima jerarquía política en los partidos en que he militado. En el primero, porque era un mozalbete sin mayoría de edad, aunque la alcance en él. En el segundo, porque las aspiraciones internas estaban bien controladas desde la jerarquía partidaria, bajo la regia sombra de Juan Bosch. En el Partido Fuerza del Pueblo tampoco sentía la necesidad de aspirar a su Dirección Política.

Pero, en estos momentos del proceso de deterioro social, un grupo de personalidades de diversas iglesias han cuestionado mi falta de interés en formar parte de la elite política del partido al que llegamos desde el PLD un amasijo importante de compañeros en el invierno del 2019.

Estas personas colocadas en la cúspide de algunas iglesias, dicen que debemos aspirar y ganar, porque en la República Dominicana el área religiosa tiene una influencia significativa en la política, funcionando como una fuerza social que moldea valores, integra comunidades y, en ocasiones, ejerce presión política e influencia sobre el Estado y los líderes políticos.

Sucede así, a pesar de la existencia de un marco de secularismo oficial, porque la religión, especialmente la católica y evangélica, mantiene un papel importante en la vida pública a través de la promoción de la moral, la ayuda social y la defensa de los derechos humanos, lo que la convierte en un actor relevante en el ámbito político.

La influencia social y el rescate de los valores son metas importantes en este momento histórico, como nadie la religión contribuye a la formación de un marco ético-moral en la sociedad, influyendo en los valores y la convivencia social de los dominicanos, por lo que sería de gran ayuda en la gestión de la paz ciudadana y la convivencia pacífica entre los entes sociales.

La integración social funciona como un elemento de acción comunitaria, ofreciendo un espacio de cohesión frente a las amenazas del individualismo y la falta de solidaridad. El rol de las confesiones religiosas en la política es presionar y liderar para el bien social. Por ello, el liderazgo de las principales confesiones religiosas puede ejercer influencia política, actuando como una voz en el debate público y buscando influir en las políticas estatales, en pro del bienestar común.

Organizar las acciones partidarias desde un centro de mando que aglutine el poder social de las iglesias, dejando de lado los oportunismos individuales de dirigentes que se aprovechan del liderazgo religioso para ir directamente al líder máximo del partido y hacerle creer que son capaces de ser solidarios con ellos, para luego olvidarse, colocándose de espalda al compromiso con esos lideres cristianos, con miras a la mejora social, la libertad y la justicia.

Los partidos y políticos a menudo buscan el apoyo de grupos religiosos como aliados valiosos para sus campañas y objetivos políticos, pero lo hacen en lo individual, obviando al organismo que se relaciona con este sector y recibe sus presiones y quejas, cuando alguien le falla.

Las instituciones religiosas participan en temas de interés público, desde la promoción de la tolerancia y los derechos humanos hasta la asistencia social a comunidades marginadas, amparadas en el marco legal y constitucional que alberga la libertad de cultos, la que, garantizada en la Carta Magna, un marco legal y constitucional que permite el ejercicio del culto de manera privada y pública.

Aunque existe un marco de secularismo, las instituciones religiosas mantienen una presencia importante en la sociedad, alcanzando el máximo lugar en credibilidad pública, lo que le facilita una interacción basada en el dialogo para solucionar desafíos comunes para fomentar la inclusión social y la tolerancia.

En el caso particular de la iglesia Católica y las iglesias Evangélicas, ambas instituciones tienen una presencia importante en el país, interviniendo en debates públicos y manteniendo una conexión con el gobierno y la sociedad civil.

Por todo lo dicho, el Secretario de Cultos aspira a una posición en la Dirección Política del Partido Fuerza del Pueblo.

Por: Francisco Cruz Pascual.

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