En la misión del docente de hoy, el uso de las TIC, es imprescindible, reconociendo que ellas van mucho más allá de ser herramientas de apoyo, para convertirse en plataformas que facilitan el trabajo del profesor y del directivo escolar. El docente hace muchas décadas debió reconocer y asumirlo para sus actividades en las escuelas, que el aula dejó de ser el lugar exclusivo para legitimar el conocimiento. Al decir de Jesús Martin-Barbero (2003), existe “una multiplicidad de saberes que circulan por otros canales difusos y descentralizados, que deben ser tomados en cuenta por los profesores.
Para Martin-Barbero esta diversificación y difusión del saber, por fuera de la escuela, “es uno de los retos más fuertes que el mundo de la comunicación le plantea hoy al sistema educativo.” (2003, p. 24). Si tomamos en cuenta ese punto de vista de alguien con vastos conocimientos y experiencia en el ámbito educativo -entonces, si queremos lograr resultados diferentes- se hace necesario modificar la forma en que hemos estado pensando la docencia.
Las rupturas epistemológicas que han de ocurrir en el mundo del profesor, como principal protagonista del proceso de cambio, como facilitador por demás y como mediador de ego desmarcado -para desarrollar el planteamiento que hace la UNESCO- acerca de que “el nuevo paradigma es un ejercicio de cambio respecto de las prácticas educativas vigentes en la escuela -éstas tienen que ser profundas- para lograr maneras de hacerlas pertinentes a las demandas de la sociedad del conocimiento.” (UNESCO, 2013, p 34).
La UNESCO en el 2013 -como organismo de óptica mundial- planteó dos tipos de transformaciones en la planeación escolar y en el accionar del profesor, estas fueron: las “mediaciones formativas” y “las mediaciones sumativas”.
Las mediaciones formativas tratan sobre el proceso educativo y apoyo a la toma de decisiones pedagógica en evidencias de progreso. Las mediaciones sumativas buscan reflejar el resultado final e impacto del proceso educativo en relación a los estándares esperados. En ese orden, el docente deber ser estratega al construir escenarios de aprendizajes significativos, mediados por diferentes instrumentos, métodos y las TIC.
Se trata de un espacio inteligentemente diseñado, para que sirva de canal hacia la adquisición de conocimiento sólidos y abrir perspectivas de creatividad e innovación.
La misión del docente en el mundo de la actualidad, es reconocer que el contexto mundial es un territorio de aprendizaje permanente y cambiante, en donde la incertidumbre es protagonista. Desde ese propósito, el profesor tiene la necesidad de transversalizar los procesos, reconociendo que las acciones educativas se interpretan como verdaderos encuentros entre personas interesadas, que son sujetos con intereses no tan comunes, pero que constituyen perspectivas de entendimientos diferentes, que entienden lo que tratan de aprender, en forma diversa.
Vivimos un momento de la historia de la humanidad en donde el profesor está desbordado en retos y desafíos que tiene que superar mediante el cambio de actitud y el cambio o transformación de las herramientas que ha venido utilizando para mediar los aprendizajes de los estudiantes que pasan por sus aulas.
Los docentes debemos asumir, que no bastan los conocimientos y las competencias ni el dominio de las disciplinas. Que es necesario poner atención al desarrollo de saberes nuevos y la adquisición de habilitación en destrezas didácticas distintas a las que ha venido manejando en su quehacer áulico. En ese mismo orden, debe redefinir sus relaciones con los alumnos y sus colegas profesores, para readecuar la convivencia y crear un clima escolar favorable.
Los docentes tenemos que trabajar arduamente en la reducción de la brecha generacional entre nosotros y nuestros estudiantes. Entonces, distinguidos colegas, se hace necesario que primero trabajemos nuestra actitud de compromiso y responsabilidad ante el oficio. Segundo, trabajar sobre el sentido de la tecnología para conectarlo al servicio de nuestro éxito. Tercero, revisar nuestras estrategias y formas de comunicación con nuestros estudiantes y con nuestro entorno laboral. Cuarto, hacer introspección sobre el uso de lo nuevo en nuestra practica docente. Quinto y último, tratar de mediar en forma inteligente, sobre el comportamiento de nuestros alumnos y del contexto interno y externo a la escuela.
Es importante aceptar, que el mundo es un amasijo de conflictos de intereses, en donde se presentan experiencias para las que no nos hemos preparado.
Por Francisco Cruz Pascual
