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19 de abril 2024
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OpiniónRamón CabralRamón Cabral

La matanza de los cristianos: ¿iba a ser un tumbe?

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Los medios de comunicación nos han traído la trágica noticia del asesinato de una pareja de esposos evangélicos en Villa Altagracia cuando regresaban de predicar en una campaña cristiana en la comunidad Los Ganchos de Pino Herrado, en Villa Altagracia, provincia San Cristóbal.

Este vil asesinato fue cometido nada más y nada menos que por una patrulla de seis agentes de la Policía Nacional.

La información que circula en las redes sociales es que la predicadora Elizabeth Muñoz y su esposo Joel Díaz regresaban de una campaña evangélica y los agentes policiales «habría confundido el vehículo con otro que perseguían».

Además, resultaron heridos otros tres predicadores que viajaban en ese vehículo, de acuerdo con las informaciones no oficiales.

Por este hecho la Policía Nacional emitió un comunicado donde informa que suspendió a los agentes involucrados y los puso a disposición del Ministerio Público para que los investigue.

Sin embargo, el asunto no ha quedado ahí, ya que amplios reclamos de justicia se escenifican en Villa Altagracia, en la provincia San Cristóbal, por la muerte de dicha pareja.

Este asesinato ha consternado al país, sobre todo, cuando se conoce que los esposos iban de regreso de predicar en un culto religioso.

Claudio Alberto Ramírez, uno de los sobrevivientes del tiroteo, narró cómo pasaron los hechos.

Las víctimas, Joel Díaz y Elizabeth Muñoz, y sus dos acompañantes regresaban de un culto religioso efectuado en el sector Los Ganchos, del municipio Villa Altagracia, de la provincia San Cristóbal, en un carro Kia-5 color blanco, cuando fueron atacados a tiros por miembros de una patrulla sin mediar palabras.

El hecho fue definido por la institución como “una confusión”, debido a que alegadamente buscaban a unos delincuentes que habían cometido un atraco en Bonao, provincia Monseñor Nouel, y que se desplazaban en vehículos de generales similares.

Sin embargo, Claudio Alberto Ramírez aseguró que los miembros de la patrulla le hicieron señas de que se pararan, a lo cual obedecieron y que, luego de apuntarlos, inmediatamente comenzaron a dispararle al vehículo. No hubo palabras.

“Nos hicieron parada, luego que nos hicieron parada comenzaron a apuntarnos y luego comenzaron a disparar, pum, pum, pum”, relató.

Dijo que el segundo ataque a tiros, en el cual él resultó herido, ocurrió cuando el conductor (Joel Díaz), ya desmayado, al parecer aceleró el carro y éste comenzó a rodar.

“Yo me abajé, cuando pararon de disparar vi que le salía sangre del cuello, luego, parece que, al él desmayarse, aceleró, se aceleró un poco el carro, el carro se metió, no sé si en vía contraria o cruzó, el caso es que cuando el carro comenzó a moverse volvieron a disparar de nuevo, ahí fue que yo sentí que me hirieron”, continuó.

El joven dijo que la herida que le hicieron, la cual fue en la parte baja de la espalda, fue solo un rozón, pero que cuando le dispararon, pensó que había penetrado a su columna. Agradeció a Dios estar vivo e indicó que los agentes actuaron sin ningún tipo de práctica y ética.

“Bueno, en realidad vi mucha falta de táctica, de experiencia ética, porque se entiende que, si usted manda a parar un carro, usted tiene, por lo menos, que hacerle señas de que baje los vidrios, pero no, fue como si fuera: ese es el que estamos esperando y ban, ban, ban. Fue algo fuerte”, subrayó.

Los homicidios han conmovido a la sociedad dominicana, que ha condenado duramente la acción de la Policía Nacional. Hasta el presidente de la República, Luis Abinader, se pronunció sobre el tema, advirtiendo que en el país “la vida humana es sagrada” y que no va a permitir que ese derecho se vulnere.

“En este Gobierno, la vida humana es sagrada y no vamos a tolerar que la violencia nazca de las propias fuerzas que deben combatirlas”, dijo el mandatario en el Palacio Nacional.

Los agentes vinculados al caso son el segundo teniente Victorino Reyes, los cabos Domingo Perdomo Reyes, Norquis Rodríguez Jiménez y Angel de los Santos, así como los rasos Antoni Castro Pérez y Juan Samuel Ogando Solís, quienes fueron suspendidos de la Policía y puestos a disposición del Ministerio Público.

El presidente Luis Abinader expresó este miércoles su indignación, «rabia y gran dolor» por la muerte de dos pastores evangélicos a manos de la Policía, por lo que advirtió que no tolerará que nadie esté por encima de la ley ni que pueda usarla a su antojo.

«En este Gobierno la vida humana es sagrada. Y no vamos a tolerar que la violencia nazca de las propias fuerzas que deben combatirla», afirmó el primer mandatario.

Informó que dio instrucciones precisas al ministro de Interior y Policía, Jesús Vázquez para la cancelación inmediata de los agentes involucrados en este hecho.

No lo puedo afirmar categóricamente, porque no dispongo de ninguna prueba en concreto, pero es posible que la persecución y el posterior asesinato de esta pareja de esposos se tratase de un tumbe de dinero y de drogas que no salió bien, porque quizás no se trataba del vehículo y de las personas que llevarían dicho dinero y dicha droga.

Las autoridades del policiales y del Ministerio Público están en deber de esclarecer este horrendo crimen, determinar si es verdad que hubo un supuesto robo en Bonao, y determinar con exactitud si detrás de este hecho hubo o no hubo un tumbe por parte de los involucrados.

La opinión pública se merece que se investigue a profundidad este hecho, para que la verdad pueda salir a flote.

 

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