Porque la universidad es otra cosa
Desde mi nacimiento, he tenido la convicción paterna de que la verdad y la coherencia van de la mano y de que ellas juntas, definen la más relevante personalidad humana.
Aunque he sido muchas veces engañado, vilipendiado, excluido y traicionado, tengo la convicción de que no dejaré de creer en el ser humano porque, al tener yo también esa condición, tendría que no creer en algún momento en mí mismo y eso, no lo concibo porque siempre voy de frente.
Mi afirmación, podría tildarme de masoquista, sin embargo, ha de saberse, que si no creo en alguien, ¿cómo le doy la oportunidad de demostrarme que en él no debería de creer?
He tenido una sola pasión partidista, perredista-perremeista y una sola creencia religiosa, católico.
Con relación a mi partido, ya se me hizo tarde para cambiar, además de que no quiero ser traidor en él y advenedizo en otra parcela política.
De mi creencia cristiana, no sé si alcanzaré la salvación, porque de acuerdo con el libro sagrado, ella se obtiene por la gracia de Dios, sin embargo y por convicción, estoy seguro de que moriré profesando mi catolicismo hasta el final.
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.”
• Efesios 2:8-9:
Aunque la religión católica, no se puede considerar la más antigua, durante aproximadamente 2,000 años, se ha mantenido liderando el cristianismo universal.
En la actualidad, el catolicismo está “estrenando” un nuevo líder espiritual, el otrora cardenal Robert Francis Prevost hoy, Papa León XIV.
Toda la maquinaria mediática del catolicismo mundial, está realizando una ingente labor de promoción del pontífice que lógicamente, surtirá los acostumbrados efectos de conocimiento cabal del proceder de ese nuevo líder cristiano, sino además, de lograr adhesión irrestricta, en los corazones de los feligreses de la iglesia católica universal.
La histórica estrategia comunicacional de la Iglesia Católica para vender su verdad durante tantos años, ha querido ser imitada por conglomerados profesionales y/o políticos sin tener los mismos resultados.
Probablemente el éxito de la Iglesia Católica en el manejo mediático, esté en cuidarse de utilizar las mentiras como verdades asumidas en la justificación.
Cuando se miente y se justifica la mentira, el pecado es múltiple, imitable y extensible contaminando el porvenir y distorsionando las mentes generacionales.
Al final, los que asumen las mentiras como su verdad, deberán saber que, “Cuando la cámara se apaga, la realidad sigue… aunque ya a algunos no le interese.”
Por: Dr. Pablo Valdez.