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25 de diciembre 2025
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OpiniónAlcides Pimentel PaulinoAlcides Pimentel Paulino

La geopolítica de Trump

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Todos los movimientos del nuevo inquilino de la Casa Blanca tienen que ver con el Nuevo Orden Mundial en el que EE.UU. y China son las principales superpotencias. USA tiene un gran déficit comercial con China y con Europa. La geopolítica de Trump es fruto del reordenamiento que ha producido la globalización desde la Segunda Guerra Mundial.

Es importante entender qué significa el término geopolítica para comprender la coyuntura actual. La geopolítica es el estudio de los efectos de la geografía humana y la geografía física sobre la política y las relaciones internacionales. Esta es la clave que nos explica que está ocurriendo a nivel global con China, Canadá, Groenlandia, Europa, Palestina, México, el Canal de Panamá; y en particular con la guerra de Ucrania. Las negociaciones entre EE.UU. y Rusia sobre la guerra de Ucrania hay que enmarcarla en este contexto general y analizarlo de manera holística.

El Nuevo Orden mundial actual tiene poco que ver con el que surgió después de la Segunda Guerra Mundial. Se trata de finiquitar el Pacto de Varsovia. Las dos potencias mundiales en la actualidad son Estados Unidos y China. Rusia, Europa y Japón han perdido importancia a nivel mundial. Hoy en día, el gran rival de USA es China, por eso Trump necesita a Rusia de su lado, y como si de un tablero de ajedrez de tratara, la pieza sacrificada es Ucrania.

Estamos asistiendo a un reordenamiento de las potencias mundiales a nivel económico, militar y político. Hay que recordar que Trump es un empresario y su principal objetivo es mirar por los intereses de Estados Unidos, de ahí el famoso lema electoral ¨América first¨. Aunque las formas de decir las cosas no sean las más adecuadas, el fondo está muy claro; obtener el máximo beneficio para su país en cualquier negociación. No seamos ingenuos, los ¨gringos¨ nunca han hecho nada gratis por nadie. Sus supuestas buenas acciones como garante de la democracia mundial siempre tienen un objetivo económico. ¿Es que China no hace lo mismo con sus inversiones en África y Latinoamérica?

De ahí las reticencias a catalogar a Rusia (Putin) como agresor en la guerra de Ucrania, algo que nos parece obvio. Fue Putin quien se anexionó la península de Crimea en 2014. Llama a Zelenski dictador, como si la Rusia de Putin fuese una democracia modelo. Se trata de una estrategia para presionar a Zelenski para que acepte unas condiciones muy desfavorables para Ucrania como bien sabe el diplomático estadounidense Keith Kellogg. El objetivo es apartar a Zelenski porque representa un obstáculo para americanos y rusos. Después de tres duros años de guerra, Zelenski no puede firmar un acuerdo tan nefasto para su país sin que le culpen a él de por vida de ese fatal desenlace y sus futuras consecuencias. Lo único positivo para Ucrania es que podrá entrar en la Unión Europea.

La Unión Europea se encuentra en una encrucijada. Se siente apartada de las negociaciones por parte de Estados Unidos, pero tampoco quiere incrementar su apoyo militar y económico a Ucrania. Sabe que si Rusia/Putin se salen con la suya, podría aumentar sus ambiciones imperialistas, comenzando por los países del Báltico. El envío de tropas de la UE es una posibilidad que todavía está muy verde. Esta opción solo será aceptada por los rusos dejando fuera a la OTAN. Europa no quiere quedar fuera de las conversaciones, pero tiene poco poder de presión. Europa fue incapaz de resolver la guerra de los Balcanes, sin la supervisión de EE.UU. Lo que está claro es que no puede haber una negociación duradera sin la presencia de Ucrania, el agredido en este conflicto.

Hace pocas décadas, Europa representaba el 25% de la economía mundial, hoy, su economía representa el 15%. Europa, encabezada por el presidente francés, Emmanuel Macron, no quiere perder su papel de potencia mundial, en un momento en que los 27 estados de la Unión Europea no tienen una estrategia común sobre el conflicto de Ucrania. No resulta fácil poner de acuerdo a tantos países, con intereses contrapuestos en ocasiones. El exceso de burocracia dificulta la toma de decisiones rápidas.

Trump exige a la UE un gasto superior al 2% del PIB en Defensa. Países como España, con un gobierno complejo, no quieren aumentar ese gasto. El gasto en Defensa de España representa el 0,92 % de su PIB, el tercer país de la OTAN con menor gasto militar. Si los países europeos no aumentan su aportación a la OTAN, tendrán que pensar en hacerse cargo de su propia seguridad. Hacia el final de la Guerra Fría, el Reino Unido tenía unos 300.000 soldados, en la actualidad, unos 73.000. Otra solución sería crear un ejército propio.

Las acciones de Trump nos recuerdan el Acuerdo de San Francisco de 1951/52 que respondía a la victoria comunista en China en 1949, a la alianza chino-soviética de 1950 y al inicio de la guerra de Corea en ese mismo año. El posterior Tratado de Seguridad entre Japón y Estados Unidos fue muy negativo para el país del sol naciente.

El jefe de la diplomacia rusa, Seguéi Lavrov no quiere a Europa en las negociaciones. La artimaña de Trump de llamar dictador a Zelenski, es para justificar su cambio de timón sobre la guerra. Como si Putin fuese el adalid de la democracia. Hay que recordar que una cuarta parte (20%) del territorio ucraniano se encuentra bajo control ruso. Para la administración Biden, no se podía negociar ¨nada sobre Ucrania; sin Ucrania¨. Se trata de manipular el relato (realidad alternativa), algo tan desconocido como importante en la política actual. A Donald Trump, más que el Nobel de la Paz, habría que darle el Oscar, por su interpretación.

Trump exige a Ucrania 500.000 millones de dólares en compensación por su ayuda en la guerra. Desde que estalló la guerra, EE.UU. ha invertido en Ucrania cerca de 200.000 millones de dólares. De momento, Zelenski se niega a celebrar elecciones, amparándose en la Ley Marcial. Es falso que su popularidad sea solo del 4%. Según el Instituto Internacional de Sociología de Kyiv, Zelenski tiene un apoyo del 52%. Trump ignora deliberadamente que fue Rusia (Vladimir Putin) quien inició la guerra. Se trata de un intento de desacreditar a Zelenski; ya que el líder ucraniano se niega a embargar su país para terminar con la guerra.

¿Alguien en su sano juicio pensaba que EE. UU. estaba invirtiendo tanto dinero en Ucrania por amor a la democracia. Todo esto tiene un precio. Las condiciones que hemos conocido son muy favorables para Rusia. Quedarse con la tierras invadidas, no enviar tropas de la OTAN a Ucrania y que ésta no ingrese en la OTAN a corto plazo, son condiciones duras para Ucrania. Sin contar lo que supone hipotecar sus tierras raras y subordinar su economía a USA. Para Rusia todo sería positivo. Podría normalizar su comercio internacional, el retorno de las empresas internacionales y que se levanten las sanciones que pesan sobre su economía.

El proteccionismo americano a sus productos se remonta a la época de Thomas Jefferson. Para la gente que está polarizada y mal informada, puede parecer que Trump se ha vuelto loco y empieza una guerra comercial que nos puede perjudicar a todos. Si nos informamos un poco mejor, veremos que su guerra comercial tiene todo el sentido para muchos ciudadanos de Estados Unidos que ve como su déficit comercial con muchos países no para de crecer.

El déficit comercial de USA con China se calcula en unos 295.000 millones de dólares. EE.UU. ha denunciado en diversas ocasiones a las empresas chinas por competencia desleal, por recibir subvenciones opacas y por espionaje industrial. Europa aplica un 10% de aranceles a los automóviles de Estados Unidos, mientras que USA solo aplica un arancel del 2,5% a los automóviles europeos. Aplicar un arancel del 25% sobre el acero y el aluminio parece exagerado, pero obliga a las empresas a comprar productos fabricados allí. En China, los productos ¨norteamericanos¨ están sujetos a aranceles del 10%, mientras que USA no ponía aranceles a los productos chinos. En la India, los aranceles medios a los productos extranjeros rondan el 50% y en Indonesia el 37%. La amenaza de aranceles a México y Canadá eran estrategias para llegar a acuerdo en materia migratoria y del narcotráfico. La política proteccionista de Trump puede provocar una ralentización de la economía mundial, una mejora para la economía de los Estados Unidos.

La idea principal de Trump es poner a Rusia de su lado y alejarla de China. Ante la presión a la que está sometiendo Trump a Zelenski, a éste, no le queda más remedio que reclamar seguridad e inversiones para su país; para llegar a un acuerdo de paz. Zelenski está entre la espada y la pared. Si EE.UU. le retira su apoyo, nunca podrá ganar esta guerra. Eso sería alargar la agonía, para más pronto que tarde, perder la guerra. Al líder ucraniano no le quedará más remedio que llegar a un acuerdo con Trump sobre las ¨tierras raras¨ que contienen minerales muy valiosos para la economía actual.

En este nuevo Orden Mundial EE.UU. necesita más energía, más territorio y más población para competir con China; de ahí la anexión de Groenlandia y un acuerdo de adhesión de Canadá. Los daneses, propietarios de la enorme isla nórdica, deberían ir pensando en negociar con Trump su venta, ya que USA se la podría anexionar por la fuerza, sin pagar nada a Dinamarca con la excusa de que es necesaria para su seguridad nacional. En su primer mandato Trump propuso hacer un trueque a Dinamarca: Groenlandia a cambio de Puerto Rico.

El nuevo Orden Mundial de Trump consiste en que algunos países paguen por su protección militar y equilibrar las balanzas comerciales. El mundo ha cambiado desde 1945. China, ya no es un país subdesarrollado, sino su principal rival comercial. Todo este proteccionismo nos recuerda la ¨Doctrina Monroe¨ de 1823, que consiste, básicamente, en una repartición del mundo en esferas de influencia. Esperemos que estos arriesgados movimientos geoestratégicos no terminen en una Tercera Guerra Mundial.

Por: Alcides Pimentel Paulino.

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