El Sistema Educativo Dominicano viene desde hace unos años evolucionando en el uso de las TIC y el pensamiento computacional integral, el cual abarca todas las dimensiones de la tecnología para un mejor desarrollo de competencias digitales en los estudiantes, siendo este un tema primordial en los procesos de enseñanza-aprendizaje del mundo actual. Este aspecto de la complejidad del proceso educativo, se convierte en un aspecto imprescindible en la vida y cultura de la comunidad escolar, eso nadie puede negarlo, pero esto no basta para solucionar los problemas cualitativos de la educación, como por ejemplo, que los estudiantes no asimilen los contenidos de las asignaturas y por ende, no adquieran las competencias esperadas por la escuela, la sociedad y la familia.
Según indagaciones que he realizado como parte de la práctica asignada a estudiantes de cuarto nivel, muchos profesionales del area opinan que las tecnologías de la información deben estar al servicio del cuerpo docente, del estudiantado e inclusive del personal administrativo. El 80% de profesores entrevistados de un total de 100 docentes de 3 universidades distintas, lo afirma categóricamente. También el 90% considera, que las TIC deben llegar a todos y cada uno de los implicados en los procesos de enseñanza-aprendizaje. De igual modo, el 90% tiene la opinión de que se necesita capacitación permanente, por lo que el profesorado y el estudiantado deben sumergirse constantemente en la actualización de estrategias modernas auxiliadas por las nuevas tecnologías y por la didáctica. En ese mismo orden, el 90% cree necesario, generar motivación y despertar interés de aprender no solo en los estudiantes sino también en los docentes.
Al observar estar opiniones, he reflexionado para poder afirmar, que ninguna de estas preocupaciones tendrá oportunidad de generar cambios, si no logramos una verdadera transformación acerca de lo que significa un salón de clases, del significado del proceso áulico para los protagonistas de las acciones programadas. Al entender este significado en concreto, pondríamos especial atención a aspectos fundamentales como el de las emociones, por ejemplo, porque ellas afectan al ser humano en forma contundente.
Desde ahí, entraríamos en la comprensión de que sí no tomamos en cuenta los aspectos emocionales, se hace casi imposible lograr aprendizajes significativos, porque el estado de ánimo de los protagonistas es esencial en el complejo acto escolar.
Es cierto que las instituciones de educación, en especial las de los niveles medio y superior, deben contemplar en su currículo contenidos de programación informática, orientada a la enseñanza y manejo de recursos digitales, pero también –además de lo anímico- es importante conocer a través de la interacción virtual nuevas formas de creación, compartir el conocimiento, para ir generando cambios que propicien el surgimiento de oportunidades en igualdad de condiciones.
Es innegable que la tecnología como herramienta dispone de muchas funciones que facilitan el aprendizaje, una de éstas es un aprendizaje dirigido por estudiantes, como herramientas con la accesibilidad de documentación científica, de programas para realizar documentos, proyectos que generen nuevas ideas, etc. Pero, en ese proceso la supervisión y monitoreo debe ser prioridad básica para el control de la calidad educativa.
La finalidad esencial de todo proceso educativo del presente siglo debe ser, despertar interés en el emprendimiento con sentido de responsabilidad social. Esto serviría para fomentar en la nación el desarrollo económico y con ello se fortalecerían los procesos de progreso social y creceríamos como cultura capitalista. Pero, esta evolución social, cultural y educativa, tiene que tener frenos normativos que sólo se propician desde una visión crítica de la formación escolar, auxiliada por un régimen legal que busque aplicar consecuencia a los comportamientos.
POR FRANCISCO CRUZ PASCUAL
