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24 de diciembre 2025
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OpiniónJulián PadillaJulián Padilla

La entropía y el joder que empreña

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Mi padre decía, que el musculo que no se utiliza se atrofia. Y luego escuchando a un expositor sobre algunas leyes del éxito, mencionaba la ley de la entropía. Los temas que se atacan y se atacan y se atacan, al parecer logran el efecto contrario, pues suma más y más y más resistencias. Sobre todo cuando la urgencia de principalía se ve minada y se reta entonces al precursor de las odiosas medidas.

El ego es retado, cuando todo el mundo dirige su atención y mantiene su enfoque en el tema, y esto al parecer, es lo que viene ocurriendo con la ley del DNI y por ello, posiblemente se querrá imponer hasta el final.

No dar el brazo a torcer, porque no somos capaces de aceptar que nos equivocamos, y buscamos todas las posibilidades para mantener, lo que todo el mundo ve como inaceptable. Y hasta pagamos analistas, para buscarle las 8 patas al gato y entonces volver a la carga, pero al menos, se ve claro, que ciertamente hay cosas que no están bien.

La elegancia del dialogo se aplaude, pero los comentarios de entidades influyentes de una manera directa o indirecta sobre el tema van señalando el camino a recorrer.

Recientemente en el Foro Económico Mundial se plantearon tres grandes temas y uno de ellos era el peligro de la desinformación, cuando en el fondo lo que se persigue es, que solo sea aceptado como verdad, la información oficial que en nuestro país, casi siempre es manipulada y maquillada para los objetivos políticos, no para elevar la conciencia nacional.

Es que sin lugar a dudas, las redes sociales han impuesto un nuevo paradigma y su impacto ha sido tan significativo, que la gente cree más en un comentario particular hasta inocente muchas veces, que lo que diga cualquier diario formal, que casi siempre responde a una línea editorial comprometida con algún color del arcoíris.

Ahora con la ley de DNI se ha propuesto de una forma aparentemente manipulada, una ley que en teoría se aprobó de una manera, pero que fue promulgada de otra. Y entonces ahí comenzó el forcejeo, de que fue el congreso, de que alguien instruyó para un cambio no autorizado, pero al final, “si nos equivocamos nos equivocamos todos”.

Un irrespeto, una burla de dos poderes del estado (el legislativo y el ejecutivo), hacia el pueblo dominicano, poderes que no pueden ser mas genoflexos, a los lineamientos supranacionales y que no importan ya, la armonía con la paz pública ni con los verdaderos intereses nacionales.

El mucho joder empreña era un dicho popular, y al parecer, es una triste verdad que puede verificarse en muchas familias, donde las inconductas de los hijos andan sin control y sin cuidado, para luego tener la grata sorpresa de un embarazo y muchas veces, de la irresponsabilidad de los nuevos padres.

El mucho joder empreña también en este terreno de las políticas públicas y las leyes injustas. De ahí otros refranes populares: si siguen apretando la tuerca se puede correr rosca, y otros enunciados mas pero parecidos, que indican claramente, que la nación dominicana se encuentra en un punto que muy probablemente será de inflexión, pues jamás en nuestra historia republicana, podrá surgir otro gobierno que abiertamente actué como un satrapía o un despotismo.

El estado soy yo, no es un lema que puede ser heredado por alguna gestión de gobierno en la República Dominicana. El deterioro en los valores y la transculturación que invade el pensamiento de nuestros jóvenes, no les dota de una disciplina para poder seguir algún enfoque dictatorial, ni de sus padres ni de gobierno alguno. Intentarlo es un seguro y abierto desorden que no pensara en otra cosa que en un derrocamiento.

Seguir esta senda, no es otra cosa, que seguir la ruta señalada por Gandhi y Toureau de la desobediencia civil, que no será ya solamente hacia la ley del Calie, sino hacia el gobierno de turno en sentido general.

La época de la dictadura pasó, y estas elecciones de mayo, deberán permitir que el congreso nacional tenga un equilibrio, para que ningún partido político pueda tener el control por si solo de las cámaras legislativas.

Pero más aun, la hipocresía de comunicadores, medios, plataformas y líderes comunitarios, que no se atreven a pronunciarse abiertamente en contra de de una ley maldita y sin excusas, pero que a pesar de las criticas técnicas y de los peligros demostrados, se pretende defender.

A pesar de esto, no se siente en la sociedad dominicana un llamado serio, convocante, respetado a una lucha sin cuartel para que esto sea inmediatamente derogado.

El mes de febrero inicia en los próximos días. Se acerca con celo la fecha de las elecciones municipales, con pruebas de equipos que han mostrado nueva vez debilidades y que la misma Junta Central Electoral indica, que “no hay tiempo para seguir realizando pruebas y que por eso se inicio el clonado de equipos para ser enviados a las mesas o juntas electorales”.

Parece que es más importante cumplir con un calendario que montar unas elecciones creíbles, transparentes y sin los mismos fraudes sistémicos o automatizados del 2020.

La tendencia que tenemos para este proceso electoral, no es de que será diáfano, transparente, no cuestionado, sino que por el contrario, luce que podríamos tener un nuevo tranque electoral y de repente, la re edición de lo que fue el gran fiasco electoral de febrero del 2020 y con ello, una coexistencia, de graves problemas tanto en la nación dominicana, como en Haití con el avance de Guy Pilippe a Puerto Principe.

La misma situación que ocurrió, cuando Guy Philippe dio el golpe de estado a Jean Bertrand Aristide, estábamos en elecciones, en campaña o en procesos electorales. Por eso intuyo, que su deportación por parte USA no fue fortuita, precisamente a semanas de nuestros procesos electorales.

La sorpresa nuestra será, el palo acechado otra vez, cuando se produzcan los enfrentamientos en esta contienda electoral de febrero y se pretenda comenzar a aplicar la ley del Sátrapa del DNI, la cual será pasada nueva vez a la carrera, mientras la gente está en conteos, re conteos e intentando defender sus votos.

Lo más sensato en estos momentos sería, que el tema del DNI, no se toque, hasta que pasen las elecciones de febrero y se declaren los ganadores.  Pues hacerlo durante este proceso, será un nuevo palo asechado contra la nación dominicana, que no será recibido con alegría por ninguno de los sectores sensatos del país.

La entropía y el mucho joder empreña, son dos enunciados aplicables a lo que vivimos hoy en día como país y a las pretensiones no claras, de los precursores de esta ley del Calie.

Ojala, que como consecuencia del joder, no surja un embarazo no deseado, que rompa con el orden constitucional o saque de casilla la paz pública, con cualquier abuso evidente que se cometa.

 

Por Julián Padilla

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