Hoy nace mi pequeño y humilde espacio, lleno de errores y de sesgos, de dependencia y de criterios no objetivos, les prometo plasmar en esta hoja digital, mi opinión sobre
distintos temas, este espacio lo he bautizado como mi opinión, haciendo apología a todos los libres pensadores.
Sin más preámbulos, he titulado la entrega de hoy como «La causa del cambio», ese eslogan que se ha usado en múltiples campañas, ya sea solo o combinado con otras
palabras, lo que significa que el cambio siempre ha sido el anhelo de todos los dominicanos, en consecuencia, el derecho de soñar con el cambio se ha convertido en
una conquista del pueblo.
Ese cambio tan anhelado y que se ha convertido en una conquista social, es una palabra profunda, porque imagínense por un momento, que cambiemos tres antivalores, por tres valores, por ejemplo, cambiemos el egoísmo por la solidaridad, el odio por el amor y el irrespeto por el respeto, aplíquenle cada uno de esos valores a los grandes problemas nacionales y veremos que poco a poco iremos solucionándolos.
En fin, aunque parezcan palabras románticas, estas palabras van dirigidas a que el problema de una nación no se cambia con propagandas vacías, se cambia, con abrazar
la causa del cambio a su profundidad debida y aplicárselo a toda una cultura, que hoy nos lleva a tener como resultado, un país sin desarrollo integral.
Por eso cada día me convenzo más, que los partidos políticos, deben migrar de la propaganda a la causa justa, que tenga como consecuencia luchar contra aquellos, que
se oponga a esta, no al color partidario.
La solución a todos los problemas nacionales, van empezar a tener relevancia. Definitivamente, cuando aquellos actores del sistema político abracen la causa del cambio, como la abraza cada dominicano que sufre el hecho, de que en pleno siglo 21, todavía queda mucho por cambiar. ¡Cambiemos las propagandas por la causa del cambio!