(Segunda parte)
La tecnología no es mala en sí misma, el problema es el modelo de negocio en el que se asienta. Tiene que haber alguna regulación para que estas empresas no actúen como si no tuviesen ninguna responsabilidad sobre todos los problemas que están causando. Para estas empresas somos más importantes, cuanto más tiempo estemos enganchados a la pantalla y no viviendo nuestra propia vida.
Todo en el mundo es una Teoría de la Conspiración. No se puede confiar en nadie. En muchos países, la extrema izquierda y la extrema derecha, han crecido de manera alarmante. El votante moderado o bisagra, desaparece. Toda esta polarización pone en peligro la Democracia.
Tenemos la tendencia, más acusada que antes, a que si no ganan los nuestros, no aceptamos los resultados electorales. Esto pasa en España, Italia, Brasil, Alemania, Francia, etc. Los países en donde existen regímenes autoritarios, son a ojos de mucha gente, los más estables políticamente. Tenemos que llegar a un consenso sobre qué es verdad y qué no. La libertad de expresión no puede ser el comodín para publicar cualquier burrada.
En el pizzagate, por ejemplo, un hombre acudió armado a la pizzería para liberar a unos supuestos niños que se encontraban en el sótano, donde los demócratas, realizaban actos de pedofilia. El individuo armado comprobó que no había sótanos, ni niños escondidos en la pizzería. Era una pizzería normal y corriente. El tema es que las ¨fakenews¨ se propagan más rápidas que las noticias verdaderas. Esto provoca que los algoritmos creen un sesgo hacia la información falsa. La información falsa hace que las empresas ganen más dinero. La verdad vende menos, es menos interesante. A las redes sociales no les interesa la verdad por sí misma, sino los beneficios, de modo que mientras más impactante sea la noticia, más rápido se difunde y llega a más gente. Este es el motivo por el que existe tanta desinformación en las redes. Recordar toda la información que generó el coronavirus y sus posibles curas. Llegados a este punto, a mucha gente le cuesta diferenciar la verdad de la mentira. Y todo esto se complicará todavía más con la llegada de la Inteligencia Artificial (IA).
Hay que admitir que existen diferentes puntos de vista. Reducir el tiempo que dedicamos a las redes sociales implica ganar tiempo para nosotros mismos. En los integrantes de la Generación Z es en donde se comienza a notar por primera vez el impacto de las redes sociales en la sociedad actual, y la consiguiente polarización que provocan. En esta generación, que engloba a personas, entre los 18 y los 35 años, solo el 55% de ellos prefieren vivir en una democracia. Un 77% creen que un régimen militar o un líder fuerte es una buena forma de gobierno. Se trata de un grupo de personas que están más de cuatro horas enganchadas a las redes sociales. Es decir, que las redes sociales y los ¨influencers¨ son su principal fuente de información.
Los tres objetivos básicos de las empresas tecnológicas son: el engagement (aumentar el uso y hacer scroll), el growth (crecimiento), que vuelvas una y otra vez e invites a amigos o familiares. Y el tercero, es que las empresas generen dinero con la publicidad.
Existen formas para hacer que una cuenta no tenga mucho seguimiento. Una de ellas es ¨vanearla¨. Otra es la estrategia de disuasión de estar. Ataques o amenazas continuos a una cuenta para que abandone las redes sociales.
Se puede decir, a título individual, que conseguí no estar enganchado a las redes sociales rediciendo su número y no mirando cada día si había algo nuevo publicado en ellas. El tiempo que pierdes en las redes sociales lo puedes invertir en cosas que te gustan más. Las redes sociales son como una droga. Tendemos, en general, a buscar contactos con otros congéneres para perpetuar la especie. No quiero parecer muy determinista, pero la realidad es la que es.
Mucha gente comienza a ¨desdigitalizarse¨, es decir, reducir al mínimo imprescindible el uso de las nuevas tecnologías. Yo estoy predicando con el ejemplo. Utilizo a menudo el correo electrónico por el trabajo. Confieso que el mayor provecho que hago de Internet, es por uno de mis hobbies: la música. Estoy organizando mi pequeña colección musical por géneros en MP3. Tengo que confesar que para muchas cosas Internet es muy útil. No hace falta, por ejemplo, perder mucho tiempo acudiendo a una sucursal bancaria, cuando lo puedes realizar, casi todo por Internet. Ni acudir con mucha frecuencia al cine, cuando existen diferentes plataformas que te acercan el cine a casa.
El consumo en exceso de las redes sociales, nos idiotiza. Cuando una especie se atonta, se extingue, como se puede ver en la película Joy. El exceso de redes sociales altera el descanso. Provoca estrés, porque nuestro cerebro no está preparado para digerir tantos estímulos en tan poco tiempo.
Uno de los fenómenos más llamativos e interesantes, de las redes sociales son los ¨Haters¨. Se trata de un significado engañoso. Los seres humanos tenemos opiniones diferentes dependiendo del tema que se trate. El término procede del inglés y se podría traducir como ¨odiador¨, aunque también engloba a los envidiosos de toda la vida. Se trata de un fenómeno que ha nacido con Internet; y más concretamente con las redes sociales. El anonimato permite que estos individuos opinen sobre cualquier tema, en muchas ocasiones, con ironía, burla o humor negro.
El territorio favorito de los haters son las redes sociales, principalmente, Twitter, Facebook, Instagram y blogs sobre diversos temas. Son hostiles y recurren con frecuencia a la agresión verbal y a la humillación. Suelen creer que el único punto de vista correcto es el suyo. Los demás siempre están equivocados. Su afición favorita es llevar la contraria, provocar, ser políticamente incorrectos. Los temas predilectos de los haters son los de actualidad. Moda, famosos, deportes, música, xenofobia, políticos, etc. Se creen seres superiores que buscan los errores de los demás.
En ocasiones, detrás del hater, se esconde una persona enferma. En cierta manera son misántropos, psicópatas y sociópatas. Personas que odian al ser humano, y que preferirían que el mundo se acabe. Que llegue el apocalipsis mundial. Se trata de una forma moderna de acoso, de eso hay unanimidad en los expertos. Esconderse en el anonimato es un acto de cobardía. Utilizan un Nick (Pseudónimo o mote) para esconder su verdadera identidad. Sus acciones reciben el nombre de cyberbulling y cybermoving. Detrás de muchos perfiles falsos en internet están los famosos bots, cuentas y perfiles falsos creados para atacar a terceros. Los más atacados son los influencers y las ventas on line (infoproductores). Pueden afectar a la reputación de una marca, y con ello a las ventas del producto. No hace falta decir, que en la mayoría de las ocasiones son contratados o creados por la competencia. Todos recordamos el caso del actor Johnny Deep acusado de maltrato y su efecto en los contratos publicitarios y cinematográficos. Hay personas que disfrutan haciendo daño a los demás. La fama conlleva ciertos inconvenientes, pero aceptar insultos no tiene que ser uno de ellos.
Algunos haters terminan ganando tanta notoriedad que se convierten en lo que odian, en influencers. Resulta irónico pensar que es lo que buscaban desde un principio. Siendo realistas, no vamos a quedar bien con todo el mundo. La fauna digital es muy variada. Hay que aceptar las críticas, sobretodo, las constructivas y analizar con la cabeza fría las negativas. Si el amor está por todas partes, hay que admitir que el odio también.
El remedio para el ciberacoso es no darle mucha importancia a los comentarios, ignorarlos. Darle excesiva importancia, puede afectar la autoestima y la seguridad del acusado, que es justo lo que busca el hater. Hay que tomarse los comentarios con sentido del humor. No hace falta ponerse a su mismo nivel con respuestas ofensivas. Son personas enfadadas con el mundo. Se puede sacar provecho de los haters, analizando cuales son nuestros puntos fuertes y débiles. Si respondes hay que hacerlo con argumentos sólidos. En muchas ocasiones, los comentarios negativos, son realizados por trolls, con la intención de insultar, ofender o denigrar. Por eso parece que actúen en manada.
Los hay que disfrutan provocando. Responden a lo que se conoce en psicología como ¨triada oscura de la personalidad¨. Narcicismo, Maquiavelismo y psicopatía. Pueden hacer cosas tan sorprendentes como leerse un artículo de tres páginas para comentar que había una falta de ortografía en un artículo. Ningún comentario sobre el contenido. Se creen parte de una élite o elegidos, y las criticas les autoconvence en su supuesta superioridad.
En numerosos ocasiones, los comentarios de odio, suelen tener consecuencias psicológicas para el acosado. El odio mezclado con la envidia es una de las emociones humanas más comunes. Ser o poseer lo que la otra persona tiene es un problema de difícil solución. Se colocan en una posición de superioridad y desprecian a los demás, cuando en muchas casos, esconden un sentimiento de inferioridad hacia el acosado/ envidiado. En España existe el delito de odio.
El exceso de redes sociales, en donde abunda el material vano y trivial, puede provocar ¨Brain rot¨ que significa pudredumbre cerebral. Todos sabemos por la biología, que cuando un órgano no se utiliza, se atrofia.
En España, un Comité formado por 50 Expertos, ha realizado un informe que puede terminar en Proposición de Ley en donde piden que los niños no tengan acceso al móvil hasta los 6 años, supervisar su uso hasta los 12, y que no se tenga acceso a un smartphone hasta los 16. Lo veo difícil, pero habrá que estudiar limitaciones/regulaciones ante los daños que la exposición excesiva a las pantallas está causando en todo el mundo. Países como Suecia ya han comenzado a limitar su uso en la educación, al comprobar que la comprensión lectora ha caído en picado desde su uso masivo entre la juventud.
Hace poco el Congreso de Estados Unidos aprobó una ley que obliga a los propietarios de TikTok (ByteDance) a vender a una empresa estadounidense su filial norteamericana ante el miedo de que esta empresa esté recopilando información sobre los consumidores estadounidenses. Esta red social cuenta en EE.UU., con más de 170 millones de usuarios. Se trata de una medida poco respetuosa con el libre mercado y la libertad de expresión. Ante las presiones políticas y los intereses particulares, tanto Elon Musk como Mark Zuckerberg, han optado por eliminar los ¨programas de verificación¨ de sus redes sociales en nombre de una dudosa democracia internauta. La verdad no es tan relativa como nos quieren hacer creer.
Los TikTokers, ante la batalla entre Estados Unidos y China se están trasladando a redes sociales como RedNote y Lemon8, que también son chinas. EE.UU., alega que esta red es un peligro para la seguridad nacional (posible espionaje chino) y resalta su influencia en los suicidios de adolescentes. Al parecer, el verdadero objetivo de Trump es venderle TikTok a su aliado Elon Musk, por los servicios prestados para llegar a la presidencia.
No seamos ingenuos. Somos conscientes de que todas las redes sociales, colaboran o pueden hacerlo, con los respectivos gobiernos de sus países. Otros países podrían pensar lo mismo sobre Facebook, Instagram o Twitter en su territorio.
Cuando se unan las redes sociales y la Inteligencia Artificial (IA) será realmente complicado separar la verdad de la mentira.
Por: Alcides Pimentel Paulino.
