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26 de diciembre 2025
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OpiniónPablo ValdezPablo Valdez

La AIC: Una dignidad impresionante

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*Porque la universidad es otra cosa

 

El horripilante suceso que representó la Segunda Guerra Mundial, durante los seis años comprendidos entre 1939 y 1945; dio al traste, a posteriori y por la preocupación de que se pudiesen repetir las indignas acciones de ese hecho, con la organización de instituciones internacionales hacia el mantenimiento de una paz mundial negociada.

La búsqueda del denominado tercer pilar del orden económico mundial, cuyo primer aporte fue el de la “Carta de la Habana” para la armonización de las políticas comerciales internacionales, conjuntamente con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial creados en 1944 con los acuerdos de Bretton Woods (Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas), fue complementado con la creación para mayo 17 del año 1949, de un organismo de reconocimiento ético internacional, denominado Asociacion Interamericana de Contabilidad (AIC).

El rechazo de parte del Congreso Norteamericano a la firma del convenio originario de la Carta de la Habana, dio al traste con los acuerdos del denominado GATT (General Agreement on Tariffs and Trade) o Acuerdo General Sobre Aranceles Aduaneros y Comercio y, cincuenta años después, a la Organización Mundial del Comercio, como organismo regulador mundial de los acuerdos del denominado GATT y demás posteriores acuerdos comerciales del espectro mundial.

Las convulsiones propias de la fatalidad por la incomprensión humana y el egocentrismo a ultranza de las distorsiones mentales de determinados “líderes” de la época que dio como resultado los acontecimientos bélicos de la Segunda Guerra Mundial, descubrió mentes brillantes que, en el interés de su colaboración de armonizaciones colectivas, realizaron sus aportes.

Los pilares idealizados en términos económicos para la armonización internacional, requerían de una pincelada internacional que garantizara con un criterio de independencia, la información fidedigna con un efectivo ingrediente de independencia comprometida y, precisamente en la preocupación por la armonización internacional que evitara en lo posible una semejante convulsión internacional como la fatídica Segunda Guerra Mundial, surge la figura del insigne hijo de Las Americas, de nacionalidad venezolana y de práctica profesional puertorriqueña, Don Juan Ángel Gil con la idea y para tales fines, de la fundación de la Conferencia Interamericana de Contabilidad, que posteriormente, se convierte en la Asociación Interamericana de Contabilidad.

Los inconmensurables aportes de los contadores de las américas, en la armonización de la conducta humana por medio de la práctica contable e información con base en las finanzas, son recordadas en mayo 17 de cada año, fecha del año 1949, en que fue constituida la organización que agrupa a todos los contadores interamericanos.

La Escuela de Contabilidad de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, tiene el mérito, de organizar conferencias magistrales, ferias de pasantías y empleos y reconocimientos a profesores/as y estudiantes destacados/as académicamente durante la semana denominada del contador dentro de la fecha correspondiente al 17 de mayo de cada año, al igual que lo realizan, las organizaciones nacionales que agrupan a los profesionales del área contable de la República Dominicana.

Nuestras felicitaciones y reconocimiento eterno a los/as Contadores/as Dominicanos/as y de Las Américas en su día, cuya “dignidad por la transparencia” y dedicación hacia la contribución del entendimiento humano a través de la práctica contable, es impresionante.

 

Autor: Dr. Pablo Valdez

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