Muchos de los principales dirigentes del oficial Partido de la Liberación Dominicana (PLD) admiten, algunos con desconsuelo, que su organización ha cambiado tanto que no presta atención al comportamiento de sus militantes en el desempeño de sus cargos públicos. Y en verdad, aunque desgraciadamente, ha sido así. Hay tantas faltas de sintonía entre unos y otros que apena.
El caso del ayuntamiento de Bayaguana, en que el alcalde está siendo acusado de haber mandado a matar a un regidor compañero suyo es algo lastimoso. Lo es para el país, pero también para una organización que está gobernando por tantos años la nación y con la fortaleza para seguir accionando en el escenario político y electoral.
Los esfuerzos del presidente Danilo Medina Sánchez no pueden seguir siendo una actitud aislada del mandatario, sin que por el contrario sea una rectificación del comportamiento en el ejercicio del poder. No cuadra que los congresistas muestren un derroche de recursos cuando desde el centro mismo del poder el mandatario anda escarbando miserias de familias y productores por todas partes. No es razonable lo que está pasando.
Anoche, los principales dirigentes del PLD se reunieron en su Comité Político, y como en una logia casi todos acuden de manera rigurosa a esos encuentros. Sin embargo, al parecer muchos de los temas esenciales del país no están siendo abordados en esas sesiones de trabajo. Muchos escándalos de corrupción han sido apañados sin una respuesta responsable como partido oficial que gobierna.
El asesinato del regidor y dirigente del PLD en Bayaguana puede ser sólo la punta de una podredumbre del sistema político que nos llena de un mal olor que nos aturde. Y el PLD ha sido indiferente.




