En los procesos judiciales siempre estarán visibles las personas que poseen “autoridad moral” para tratar ciertos temas, sin embargo, la misma es obtenida y está acompañada de factores como, cumplimiento a un debido proceso y la toma de decisiones justas y no personales que posean un interés en específico en su actuar.
Como conocedor de políticas económicas y financieras, más que realizar una reflexión judicial sobre procesos legales, realizaré una social política y económica sobre como el Sistema Judicial se ha utilizado para favorecer intereses personales de sectores de poder en específico, estos intereses pueden cambiar por la coyuntura política, factores económicos o incluso sociales.
Para entender la judicialización de las prácticas políticas debemos separar los términos, por judicialización se entiende el acto de llevar situaciones a los tribunales que no deben resolverse en estos, mientras que por prácticas políticas se entiende las actividades y acciones naturales realizadas desde la esfera del sistema político de cada país.
La judicialización está sujeta a factores específicos, pues de forma natural puede surgir de movimientos sociales, estudiantiles o laborales y grupos de presión, pero, también se puede crear desde las elites políticas y judiciales, siendo esta la más peligrosa, pues su objetivo es la desmoralización de las figuras políticas a través de condenas sociales lacerando el sistema democrático y de partidos, pues utilizan el aparato judicial como una forma de inducir temor a los que realizan prácticas políticas. El objetivo es generar una confianza plena para que las acciones que se tomen desde este sean respaldadas incluso si se violentan derechos fundamentales.
Desde el factor político la justicia puede, en ocasiones estar permeada, pues, fueron decenas de jueces los que mediante imputaciones y sentencias condenaron personas inocentes para favorecer los intereses personales en las épocas dictatoriales de Trujillo y Balaguer, esa justicia que respondía a intereses autoritarios llego al punto de encarcelar al ex presidente Jorge Blanco y mayoría de las personas que conformaron su gabinete por la decisión de una cúpula política roja y estricta que así lo entendió necesario para alimentar al pueblo y hacer crecer su popularidad, pues cuando el circo no funciona, la alimentación con pan no falla.
Desde el ámbito social también se puede permear el sistema judicial, pues fue en la capital federal de Argentina donde una corte obligó al director de un colegio secundario a reintegrar a tres alumnos que fueron expulsados por actos de vandalismo. Esto a pesar de que los hechos fueron comprobados.
En Colombia fueron los grupos de presión como la guerrilla que recientemente ha venido logrando sentencias mínimas para las acusaciones que poseen sus altos mandos, pues la independencia de la justicia es una utopía de lo que cada sociedad aspira a lograr, es una utopía necesaria, porque es lo que nos hará caminar a un sistema judicial más justo.
Lo ideal para poder mantener la estabilidad económica, la seguridad jurídica y de inversión de un país y/o nación es aspirar a una sentencia judicial y no social, pues la selectividad de cualquier tipo de procesos puede desencadenar consecuencias económicas como ha sido el caso de otros países y hasta de República Dominicana en decanas pasadas.
Los nombres que ponen a circular en sus expedientes a pesar de no tener acusación formal sobre dichas personas no son por error, responden a los intereses de una cúpula política que desea desmoralizar a sus contrincantes para consolidar su fuerza en el sistema político-electoral, pero de igual forma responden a los intereses de algunos pocos que se hacen llamar sociedad civil que desean generar desconfianza en los políticos con el objetivo de suplantarles en sus posiciones.
Las persecuciones de las prácticas políticas han generado desconfianza en la economía de los países que la han comenzado, pero de igual forma han polarizado la sociedad, ese fue el caso de Brasil con Lula da Silva, donde la judicialización llego a investigar los recorridos que este realizaba en sus campañas, o el caso de Bolivia con Evo Morales, donde la ambición de una minoría ocupar el poder crearon las mayores movilizaciones que ha tenido el país en la última década, teniendo así grandes consecuencias para el buen funcionamiento del sistema económico y financiero que lo rigen.
Citando a José Martí ¡Vengo a darte patria!
“Amamos a la libertad, porque en ella vemos la verdad. Morimos por la libertad verdadera; no por la libertad que sirve de pretexto para mantener a unos hombres en el goce excesivo, y a otros en el dolor innecesario”
Por José De La Cruz
