WASHINGTON. – Una investigación del diario The Washington Post, en colaboración con el programa documental de PBS Frontline, reveló este miércoles nuevos detalles sobre una operación militar secreta de Israel que derivó en una campaña de asesinatos selectivos contra científicos nucleares iraníes durante la guerra de 12 días entre ambos países, con un saldo de trece físicos muertos y más de 70 civiles fallecidos como víctimas colaterales.
El documental detalla que la operación, denominada ‘Narnia’, tuvo como objetivo desarticular a un denominado «grupo de cerebros» que los servicios de inteligencia de Israel y Estados Unidos consideraban clave para las ambiciones nucleares de Teherán.
Para ello, Israel lanzó ataques de precisión contra viviendas y edificios residenciales en Teherán y otras zonas del país desde los primeros minutos del conflicto.
Entre las víctimas figuraban al menos once científicos nucleares de alto rango, incluidos Mohammad Mehdi Tehranchi y Fereydoun Abbasi, ambos sancionados por Estados Unidos por su vinculación con el programa nuclear iraní.
La investigación documenta que los bombardeos también causaron decenas de muertes civiles, incluidos menores, lo que generó fuertes cuestionamientos sobre el impacto humanitario de la ofensiva.
Según una verificación independiente del grupo de investigación Bellingcat, al menos 71 civiles murieron en cinco ataques dirigidos contra científicos nucleares, basándose en imágenes satelitales, registros funerarios y análisis de videos.
Uno de los ataques más letales se produjo en el llamado Complejo de Profesores, en Teherán, donde fallecieron diez civiles, incluido un bebé de dos meses, tras una explosión cuya potencia fue comparable a la de una bomba de unos 227 kilos, según expertos citados en el documental.
Otro de los episodios más graves fue el ataque contra el domicilio del científico Mohammad Reza Sedighi Saber durante la primera oleada de bombardeos, que causó la muerte de su hijo de 17 años.
Fuentes militares israelíes citadas en el documental afirmaron que minimizar las víctimas civiles fue una prioridad en la planificación de la operación, mientras que Irán denunció un elevado número de muertos y acusó a Israel de atacar indiscriminadamente zonas residenciales.
El documental concluye que, aunque los ataques israelíes y estadounidenses causaron daños significativos y retrasaron varios años el programa nuclear iraní, este no fue destruido por completo.
El Organismo Internacional de Energía Atómica señaló que Irán conserva reservas de uranio enriquecido y que los inspectores no han tenido acceso pleno a instalaciones clave tras la ofensiva, mientras que autoridades iraníes sostienen que el conocimiento científico adquirido es irreversible y que el desarrollo nuclear del país continuará pese a las pérdidas humanas y materiales sufridas.




