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29 de diciembre 2025
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OpiniónVladimir ZaemskiyVladimir Zaemskiy

Intensa labor de la diplomacia rusa en defensa del derecho internacional

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El artículo ofrecido al Lector es un análisis del quehacer diplomático ruso durante el año transcurrido a partir del anterior Día del Diplomático, efemérides que se celebra anualmente en Rusia, el 10 de febrero.

Ha sido un año complicado para la política mundial y relaciones internacionales. Se han mantenido múltiples focos de tensión en distintas regiones del mundo, desde Oriente Próximo y el Norte de África hasta la vecina Ucrania. En los últimos meses la situación se ha ido agravando aún más debido a las amenazas de Washington de solventar el problema nuclear de la península Coreana únicamente por la vía de la fuerza. Hubo además, declaraciones encaminadas a detener la implementación del Plan de Acción Integral Conjunto sobre el programa nuclear iraní que tampoco han servido para un mayor optimismo y estabilidad.

EEUU y sus aliados siguen imponiendo su voluntad a través de ultimátums como único modus operandi, desoyendo la opinión de otros centros de política internacional, negándose de esta forma a reconocer la realidad de un mundo multipolar que va emergiendo. Desgraciadamente, los métodos que se emplean para aplastar los intereses geopolíticos ajenos son cuestionables, a veces, deshonestos – desde el despliegue del escudo antimisil global hasta el uso de amenazas, sanciones unilaterales, aplicación extraterritorial de legislaciónes nacionales. La actitud de tal índole condujo a la devaluación del derecho internacional y al debilitamiento del papel de las instituciones multilaterales. Cada vez mayor número de países optan por el incremento de su poderío militar, que resulta ser la única garantía de la independencia.

En estas complicadas circunctacias la diplomacia rusa, en 2017, cumplió múltiples tareas en pro de la seguridad nacional y para crear condiciones favorables al desarrollo sostenible del país. Su labor se centró en fortalecer la política exterior constructiva y promover la agenda unificadora que facilite la solución de problemas y conflictos internacionales, fomentando las relaciones mutuamente ventajosas con todos los Estados interesados. Asimismo, hemos procurado desempeñar un papel importante en las actividades de la ONU, las organizaciones y foros multilaterales, en particular el G20, BRICS, la OCS, la OSCE, la OTSC. Además, la política rusa estuvo encaminada a prevenir la desestabilización de las relaciones internacionales. Cabe destacar que dicha línea responsable de nuestro país contó con un amplio entendimiento y receptividad por parte de la comunidad internacional.

La diplomacia rusa hizo hincapié en defender los intereses nacionales, los de nuestros ciudadanos, de las empresas rusas que sufren cada vez mayor discriminación. A la par con dicha tarea la Cancillería procuró defender el derecho y el sistema internacional avalados por la Carta de la ONU. Junto con nuestros colegas de la comunidad internacional, hemos defendido los valores universales de la verdad, la justicia, la cooperación basada en la igualdad y el respeto mutuo, así como procurado evitar el deterioro del orden mundial, que hoy en día está peligrosamente desequilibrada.

Las enérgicas acciones de Rusia en Siria contribuyeron a aniquilar la gran parte de las fuerzas terroristas del “Estado Islámico” en este país. Se crearon premisas para el arreglo político del conflicto bajo auspicios de la ONU. Junto con Irán y Turquía, Rusia desempeñó el papel de garante del cumplimiento de los acuerdos sobre el alto el fuego entre las fuerzas gubernamentales y la oposición armada, fomentó el inicio del proceso de Astaná y el establecimiento de las zonas de distensión cuyo régimen sigue en vigor a pesar de todos los intentos de provocar su fracaso y de constantes violaciones. Se logró elaborar los parámetros de la celebración del Congreso del Diálogo Nacional Sirio con la participación de una amplia gama de representantes del pueblo. Promoviendo la iniciativa de convocar dicho Congreso tratamos de armonizar los intereses de todos los bandos del conflicto sirio y de actores externos que ejercen una influencia en la región y quieren garantizar sus intereses en esta región, en particular, en el marco del arreglo sirio. Es importante agregar que el proceso de Astaná ha dado estímulo a la ONU que, por cierto, había permanecido inactiva durante diez meses, antes del inicio de las reuniones en Astaná. Espero que la iniciativa del Congreso estimule aun más a la ONU para que intensifique su actividad.

El arreglo sirio es sólo parte de un complicado cúmulo de problemas que afronta la región de Oriente Próximo y el Norte de África. Se destacan las crisis en Libia y Yemen, así
como el arreglo palestino-israelí que está atascado en un punto muerto. La diplomacia rusa contribuía a que se diera un ímpetu al proceso de negociaciones entre Israel y Palestina. El pasado 7 de abril, Rusia confirmó su apego al objetivo de crear el Estado de Palestina con la capital en Jerusalén Este, reconociendo en este caso Jerusalén Oeste como la capital de Israel. Al mismo tiempo, se imprimió un fuerte impulso a las relaciones con otros Estados de Oriente Próximo y Medio: Egipto, Arabia Saudí, Israel, Jordania, Irak, Qatar, los Emiratos Árabes Unidos.

Una atención especial se prestó al mantenimiento de la estabilidad y el desarrollo de los procesos de integración en el espacio de la Comunidad de Estados Independientes. La presidencia rusa en la CEI en 2017 contribuyó a seguir profundizando la cooperación de nuestros países en el ámbito económico, de orden público, de asuntos humanitarios, etc., así como en el área de coordinación en la política exterior. Un resultado importante en el marco de la Unión Económica Euroasiática (UEEA) fue la finalización del trabajo sobre el Código de Aduanas, la aprobación de la Hoja de Ruta para impulsar la integración y del Plan de Acción para aplicar una política coordinada de transporte de los Estados miembros para 2018-2020. La finalización de las negociaciones con Beijing sobre el acuerdo de cooperación económica y comercial fue una etapa importante en el proceso de imbricación de la Unión Económica Eurasiática con el Cinturón Económico de la Ruta de la Seda que forma parte de la iniciativa china “Un Cinturón, una Ruta”.

Rusia aplicó una política constructiva en materia de arreglo del conflicto en Ucrania mediante el cumplimiento de los Acuerdos de Minsk. En septiembre pasado, el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, propuso desplegar en la región una misión de la ONU para garantizar la seguridad de los observadores de la Misión Especial de Observación de la OSCE. En diciembre pasado, la parte rusa contribuyó al canje de prisioneros entre Ucrania y las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk. Cabe destacar, que al caso de Ucrania le otorgan artificialmente más importancia que la que se merece por considerarlo un instrumento idóneo en la confrontación entre Rusia y Occidente. Si se apartase de esta visión y se dejase de interpretar la crisis ucraniana desde la óptica de enfrentamiento de la “Rusia autoritaria” y el “Occidente liberal” y si se concentrase, en lugar de eso, en lo que está escrito en los acuerdos de Minsk creemos que la crisis ucraniana se habría arreglado hace tiempo. La renuncia a una interpretación ideologizada permitiría a nuestros colegas occidentales dejar de apoyar la línea irreflexiva e imprudente de Kiev, encaminada a incumplir los acuerdos de Minsk.

Rusia cumplió sus compromisos en el ámbito de la observancia de regímenes de no proliferación de las armas de destrucción masiva. Finalizó el proceso de destrucción de las armas químicas. Apoyó con firmeza el cumplimiento por todas las partes del Plan de Acción Integral Conjunto para arreglar la situación en torno al programa nuclear iraní.

Las relaciones de confianza mutua e interacción estratégica entre Rusia y China alcanzaron niveles sin precedentes, convirtiéndose en uno de los factores clave en la política mundial y en un componente básico de la estabilidad global y regional. Ello fue facilitado por un alto grado de comprensión y confianza recíproca en el marco del diálogo ruso-chino de alto y el más alto nivel. Dos visitas del Presidente ruso Vladímir Putin a China (la reunión celebrada en mayo en el marco de la iniciativa “Un Cinturón, una Ruta” y la cumbre de BRICS celebrada en septiembre) y una visita del Presidente de China, Xi Jinping, a Rusia en julio reflejaron este dinámico desarrollo de las relaciones de asociación integral y cooperación estratégica entre Rusia y China. El grado mas alto del entendimiento entre Moscú y Beijing en los asuntos de seguridad internacional se ha traducido, entre otras cosas, en la iniciativa conjunta para el arreglo pacífico del problema nuclear de la Península de Corea.

A pesar de todos los intentos de “aislar” a Rusia internacionalmente, se intensificó el diálogo político con la Unión Europea, incluso al nivel más alto, así como la cooperación sectoral. Por otro lado, no hubo posibilidad para promover un desarrollo constructivo de nuestros contactos con la Alianza Atlántica que sigue aplicando una inamistosa política de confrontación con Rusia. Se aprovechó enérgicamente el foro de la OSCE para defender el enfoque de Rusia hacia una amplia gama de problemas paneuropeos. Rusia participó en el trabajo de organismos del Consejo de Europa. Se respaldaron los esfuerzos de los representantes de Rusia en la Asamblea Parlamentaria Europea para que este organismo pudiera retomar una formula sana de trabajo, sin discriminación alguna.
Se entablaron contactos con la nueva Administración de EEUU. Las reuniones personales de Vladímir Putin y Donald Trump tuvieron lugar “al margen” de la cumbre del G20, celebrada en julio pasado en Hamburgo, así como en el curso del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico en Da Nang. La interacción con Washington en la agenda bilateral y el arreglo de los problemas acuciantes de la agenda internacional se efectuaron en la medida en que los mismos correspondieron a los intereses nacionales de Rusia.

Prestamos una especial atención al desarrollo de relaciones multifacéticas con los países de América Latina y el Caribe que no apoyaron las medidas coercitivas antirrusas. Como parte de estos esfuerzos se desarrolló un intenso diálogo de alto nivel en la palestra internacional acompañado de un intercambio activo de delegaciones. Las relaciones de Rusia con los países de América Latina están exentas de motivos coyunturales, se proyectan a largo plazo y se basan en la amistad, el respeto mutuo e intereses compartidos.

El año transcurrido fue marcado por el constante desarrollo de la cooperación entre Rusia y la República Dominicana, favorecida por el carácter amistoso de nuestras relaciones y el mutuo interés de seguir consolidando los vínculos bilaterales en muchas esferas con vistas a fomentar la implementación de importantes proyectos en una gama cada vez más amplia de colaboración. Vale recalcar que la interacción entre Rusia y República Dominicana beneficia no solamente a sendos Estados, sino también y muy concretamente a los dos pueblos.

Se ha venido desarrollando una coordinación eficaz entre las Cancillerías de Rusia y la República Dominicana en el quehacer de la ONU en busca de un fortalecimiento del mundo multipolar, el respeto profundo de la Carta de la ONU y el derecho internacional, incluyendo los principios de soberanía, la igualdad y la autodeterminación de los pueblos. Cabe destacar que nuestras naciones rechazan la práctica ilícita de aplicar sanciones unilaterales y usar medidas coercitivas para “castigar” a Estados soberanos.

En el contexto de los esfuerzos por salvaguardar la verdad histórica sobre la Segunda Guerra Mundial, el Ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergey Lavrov, promovió en su discurso pronunciado en el 72º período de sesiones de la Asamblea General de la ONU la iniciativa de diseñar el marco jurídico para prevenir la destrucción del patrimonio memorial.
En 2017 Rusia fue anfitriona de importantes foros internacionales, en particular, el XIX Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, la 137ª Asamblea de la Unión Interparlamentaria, el XXI Foro Económico Internacional de San Petersburgo, el Foro Económico Oriental, la VI Conferencia de Seguridad Internacional de Moscú y la VIII Reunión Internacional de Altos Representantes en Materia de Seguridad.

La Copa de las Confederaciones de Fútbol, en junio-julio de 2017, tuvo lugar en la antesala del evento deportivo más importante de este año, la Copa Mundial de Fútbol, que se celebrará en nuestro país este verano.

 

*El  autor es embajador de Rusia para Venezuela, República Dominicana y Haití

 

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