República Dominicana tiene que mejorar la calidad en la educación a nivel inicial, primario y secundario, para ello, tiene que trabajar en muchos aspectos claves, como el fomento de la colaboración entre escuela-familia y en las herramientas digitales de comunicación. Es necesario trabajar también, en el desarrollo de las denominadas habilidades del siglo XXI, para poder actualizar a los actores del sistema educativo frente al desarrollo de la sociedad digital, que se impone a golpes de necesidades. El sistema tiene que trabajar en la personalización de los aprendizajes, sin olvidar lo colectivo. Al mismo tiempo, debe emplearse a fondo para ampliar el acceso, estimular la creatividad y la innovación, así como facilitar la evaluación objetiva de profesores, alumno y sistema, trabajando el miedo a resultados adversos.
Parecen muchos los retos, pero, son necesarios y deben sumarse otros, como, por ejemplo, transformar la práctica docente, motivar un aumento del interés de la sociedad en las cuestiones educativas y, no cansarse de motivar a los actores del sistema, para de esa manera ir rescatando la esperanza de mejoras cuantificables, con perspectiva de alcanzar las metas que se necesitan para apoyar el desarrollo económico de la nación. No se debe tener miedo a admitir que el problema de la desmotivación generalizada de los actores del sistema educativo es grave, iniciando por los docentes.
Sin olvidar los problemas humanos y materiales, no se puede buscar calidad educativa, sin reconocer, que es crucial que el pais logre implementar una innovación tecnológica adecuada para trabajar la transformación en la forma en que enseñan los profesores y la forma en que los estudiantes aprenden. Para lograrlo, en primer lugar, se debe optimizar la calidad de la enseñanza, en segundo lugar, lograr que nadie se quede fuera de las aulas por falta de cupo, y, en tercer lugar, trabajar puntualmente en el rescate de la importancia y relevancia del proceso educativo.
Por lo dicho en el párrafo anterior, se debe reconocer que la sociedad está atada a lo digital, por lo que, hay que importantizar el desarrollo de las habilidades y destrezas digitales que necesita el egresado en cada nivel, pero, también, ayudar a las familias en ese mismo sentido de actualización.
Si el sistema educativo quiere ser más eficaz, debe dar importancia real a la innovación tecnológica. Para lograrlo, tiene que mejorar la calidad de los procesos académicos aplicando la tecnología pertinente, porque la tecnologia ofrece acceso a recursos educativos interactivos y personalizados, adaptándose a diferentes estilos de aprendizaje y haciendo la educación más atractiva.
En ese mismo orden de cosas, el sistema escolar tiene que facilitar, a través de herramientas tecnológicas, el trabajo en equipo y fomentar la interacción entre estudiantes y profesores, tanto dentro como fuera del aula, esta puede ser una forma de cristalizar las habilidades del siglo en que vivimos.
La sociedad en sentido general, debe entender, a través de estos cambios en el sistema educativo, que la innovación tecnológica puede ayudar a impulsar el pensamiento crítico, creando capacidades entre los estudiantes para desarrollar creatividad y resolución de problemas, habilidades esenciales para el futuro inmediato. El contexto social debe reconocer, que de esa manera la escuela se prepara para la sociedad digital que la ha relegado frente al mundo del trabajo y de una parte de la sociedad.
No se puede negar, que la integración de tecnología en la educación es una necesidad, porque asegura que los estudiantes adquieran las habilidades necesarias para desenvolverse en un mundo cada vez más digital. Además de lo antes planteado, se hace necesario personalizar el aprendizaje a través de estas herramientas digitales, porque como ya dijimos, la tecnología permite adaptar el contenido y el ritmo de aprendizaje a las necesidades individuales de cada estudiante, ofreciendo una experiencia más personalizada y de mayor efectividad.
El sistema debe reconocer, que es una necesidad recurrir a la educación a distancia y a los recursos digitales para cerrar brechas de acceso a las aulas, porque rompen barreras geográficas y económicas, llegando a estudiantes que de otra manera no tendrían acceso a la educación, ampliándolo para bien de la ciudadanía.
Es importante reiterar, que el mundo de la docencia debe perder el miedo a la evaluación, facilitándola, aunque ella saque a flote debilidades.
En el momento histórico en que vive el pais y el mundo, la evaluación se alía a la tecnología para ofrecer nuevas formas de evaluar, permitiendo una retroalimentación más rápida y personalizada. Desde esa óptica es urgente que se comprenda la necesidad de transformar la práctica de los profesores y en ese interés, la tecnología facilita a los profesores, nuevas herramientas y metodologías, permitiéndoles mejorar su labor y crear experiencias de aprendizaje más dinámicas y efectivas.
La escuela necesita motivar a la comunidad para rescatar su interés y confianza en los procesos que ella desarrolla, porque la interactividad entre padres y profesores es básica en la consecución de la calidad educativa, y, al aprovechar la novedad de las herramientas tecnológicas, los padres pueden aumentar el interés y la motivación para colaborar en forma efectiva en el desarrollo de sus hijos, colaborando para lograr que el aprendizaje sea más atractivo para niños, adolescentes y jóvenes.
Por Francisco Cruz Pascual
