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27 de diciembre 2025
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OpiniónAmérico Celado SAmérico Celado S

Hoy y siempre daré mi respaldo a juegos 

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Ahora que se trabaja ardua y de forma consistente en el montaje de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, Santo Domingo 2026, reitero con gran entusiasmo y firmeza mi apoyo incondicional a este tipo de certamen. 

Invertir en el deporte es una de las mejores inversiones que puede hacer el Estado dominicano, porque sirve de estímulo para la niñez y los jóvenes a llevar una vida sana y alejados de las tentaciones que promueve la sociedad actual. 

Incluso, voy más lejos, es mejor la inversión en estos grandes eventos, aunque impliquen grandes inversiones, que por ejemplo un político se lo robe y de forma descarada llegue a un acuerdo con la justicia para devolver parte de lo que se hurtó. 

Siendo un niño comencé a adquirir conciencia de esa importancia cuando vi la campaña para el montaje de los XII Juegos Centroamericanos y del Caribe, y durante el proceso de construcción de las instalaciones en los terrenos del desaparecido aeropuerto General Andrews, confiscados por las tropas deportivas que comandaba el gigante ingeniero Juan Ulises García Saleta (Wiche), mi padre me llevó en varias ocasiones a ver el desarrollo de los trabajos de construcción. 

Contra viento y marea se montaron los juegos y no solo resultaron exitosos, sino que representaron un antes y un después para el deporte nacional, que a partir de ese acontecimiento comenzó un crecimiento en calidad y capacidad atlética que se manifestó con un gran crecimiento de capacidad atlética en los certámenes subsiguientes. 

Ese esplendor lleno de entusiasmo y orgullo motorizó la búsqueda de la organización 12 años después de otros juegos, en esta ocasión, teniendo como escenario la ciudad de Santiago de los Caballeros en 1986, los Juegos Centroamericanos y del Caribe, Santiago 86. 

Nuevamente nuestro país pasó con notas sobresalientes en las evaluaciones del certamen y continuó de forma sostenida el crecimiento de nuestra capacidad atlética, redundando en grandes beneficios para el turismo en ambas ocasiones. 

Pero el gran debate surgió cuando el país se decidió a buscar la sede de los Juegos Panamericanos 2003, que encontraron una rabiosa oposición de personas ligadas al deporte, que con su discurso altisonante y distorsionado confundieron a muchos que se sumaron a ese despropósito. 

No solo se ganó la sede, sino que se celebraron unos grandiosos juegos que dejaron en silencio total al tristemente recordado opositor, el mexicano Mario Vásquez Raña, presidente de la Organización Deportiva Panamericana, Odepa. 

Los Juegos Santo Domingo 2026 son un desafío más, del que el país saldrá nuevamente airoso.

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