La visita de Hipólito Mejía a Danilo Medina para felicitarlo con motivo de año nuevo, fue un golpe mortal a las aspiraciones reeleccionistas del presidente Abinader. Aunque son dos expresidentes que, en cualquier otro país por sus desastrosas gestiones de gobierno, estuvieran en el anonimato evadiendo el repudio de la población.
En el nuestro, siguen en campañas políticas. Cerrándole el paso a un nuevo liderazgo. Hace veinte y dos años que Hipólito fue presidente, modificó la Constitución para reelegirse, pero su pésima gestión lo expulsó del poder. Mientras que, Danilo debería estar imputado por complicidad en los actos de corrupción que se ventilan en los tribunales.
¿Por qué continúan con vigencia política? Primero, la inversión de valores registrada durante los gobiernos del PLD, que idiotizó la juventud y extendió la ignorancia a un amplio segmento social. Segundo, el aumento del descredito de la clase política, que ha borrado las diferencias entre los lideres. “Todos son iguales” se escucha constantemente.
Según el informe 2021 de Latinobarómetro, en su estudio anual de opinión en 18 países de América Latina y el Caribe, la confianza en los partidos políticos cayo al nivel más bajo: 13 %; la del Congreso 20 %; la del Poder Judicial 25 %; la del Ejecutivo 32 %. Señala que el 73 % de los 20,000 encuestados afirmaron que «los políticos gobiernan para sus propios beneficios y los de grupos poderosos».
Esta debacle de la actividad política, ha traído como resultado que los partidos en el poder estén siendo castigados por los votantes. Un hecho evidenciado, en las últimas 14 elecciones presidenciales efectuadas en la región desde 2019 hasta el 2022.
En el 2019, el oficialismo fue derrotado en Panamá, El Salvador, Guatemala, Argentina y Uruguay. En el 2020, en Bolivia y en nuestro país. En el 2021, en Ecuador, Perú, Honduras y Chile. En el 2022, en Costa Rica, Colombia y Brasil.
Los rumores sobre un posible acuerdo de impunidad a cambio de apoyo político con el PLD, un partido que nos costó tantos sacrificios sacar del poder, han inundado los medios. Si llega a concretarse, el PRM morderá el polvo de la derrota, uniéndose a la corriente de los partidos oficialistas que han perdido el poder por incumplir sus promesas de campañas.
El presidente Abinader enterraría su futuro político. Sobre él recaería toda la responsabilidad del engaño al pueblo, que lo eligió para enfrentar la corrupción y recuperar el botín robado. En vez de alianza, debe pensar en gobernar para cumplir las expectativas del pueblo.
Entonces, la reelección caería por su propio peso. No debe caer en la trampa tendida por Hipólito y Danilo, quienes están llamado a desaparecer de nuestro panorama político Es urgente que el presidente Luis Abinader aclare si esta con los corruptos, o no para despejar las dudas.
Por Lic. Elías Samuel Rosario Mata