EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.-El vicepresidente Ejecutivo de la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus), advirtió este viernes a la clase política nacional que la sociedad ha comenzado a tomar conciencia de que la participación activa de la ciudadanía en los asuntos públicos puede ser una respuesta eficaz a la crisis de representatividad que afecta la política tradicional.
Al participar como conferencista en el Congreso Internacional de Comunicación Política, con el tema “Panorama institucional y político de la República Dominicana”, Servio Tulio Castaños Guzmán sostuvo que “nuestro país se encuentra en un momento muy importante de su vida democrática. Como nunca antes, la ciudadanía se encuentra muy comprometida con conocer el ejercicio concreto de los poderes públicos”.
“Esto ha traído como consecuencia que las exigencias institucionales de cara al sistema político cuenten con un mayor peso”, agregó.
El panorama institucional y político de la República Dominicana no ha sido siempre el que hoy se despliega, dijo.
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Sin embargo, muchas de las debilidades del modelo político actual que afectan directamente a nuestras instituciones, tienen sus raíces en una suerte de aciertos y desaciertos históricos en el marco de este escenario, dijo Castaños Guzmán.
A nuestro juicio, agrega el ejecutivo de Finjus, «la conciencia ciudadana sobre los orígenes de nuestras deficiencias se ha convertido en un elemento dinamizador de los cambios que se reclaman, porque no basta con un diagnóstico de la situación actual, sino que es necesario tener claridad de los factores que facilitaron su surgimiento».
“A pesar de todos los esfuerzos realizados, la dirección de los partidos políticos y otros líderes de opinión han sido quienes han predominado en la determinación de las lógicas que han orientado las acciones del Estado y sus instituciones. Independientemente del empuje de la ciudadanía en los procesos, un modelo político excluyente ha sido el que ha sido privilegiado para el desarrollo institucional”, agregó.
Si en la actualidad las instituciones funcionan de una determinada forma, tiene que ver necesariamente con la influencia directa de un modelo político descompuesto, carente de ética, asistencialista y desviado de los fines naturales para los que el servicio público debería funcionar.
Es por ello que debe insistirse en que el fortalecimiento del Estado Social y Democrático de Derecho no puede depender de los intereses políticos coyunturales ni mucho menos verse influenciado por un determinado modelo político exclusivo.
«Por tanto, puede decirse–dijo–, que aún tenemos muchas áreas en las cuales debemos fortalecer nuestro Estado; y es responsabilidad de la clase política retomar la dirección ética de sus propias actuaciones y la de los poderes públicos, traduciéndose esto en modernos esquemas de funcionamiento de las instituciones que favorezcan verdaderamente a la ciudadanía».
Afirma Castaños Guzmán que para obtener algún logro, además del esfuerzo que se haga desde el propio Estado y la clase política, la acción social tendrá que jugar un importante rol de participación para que, como lo ha hecho en otras ocasiones, se mantenga vigilante de cada escenario institucional y proponga sistemáticamente las reformas que favorezcan la sostenibilidad de «nuestra vida democrática».
Estrategias y retos de cara a las transformaciones políticas.
Expresó, asimismo, que «impulsar transformaciones políticas e institucionales desde la acción social no es tarea fácil. Puede resultar muy controversial y polémico intervenir en el seguimiento y evaluación de las diversas actuaciones estatales, pero la alternativa de quedarnos de brazos cruzados no es la solución».
En ese sentido, abocarse al mejoramiento institucional del Estado dominicano implica trazar una serie de estrategias enfocadas y claramente direccionadas. Además, nos hace saber que, a medida que avanzamos, también vamos construyendo nuevos retos a superar, por lo que debemos ser igualmente consistentes, dijo.
Primero que todo, el análisis debe partir del compromiso de las organizaciones políticas sobre lo que están haciendo o pretendan hacer frente a las debilidades institucionales.
También afirmó que la clase política constituye un eje esencial de las transformaciones, tanto porque es responsable de la ejecución de sus funciones cotidianas, como por su labor de representar directa e indirectamente los intereses de la ciudadanía.
Pero para lograr este compromiso de la clase política que, a su vez, puede traducirse en un fortalecimiento del Estado de Derecho, nosotros debemos ser muy cautelosos y conscientes del sacrificio que esto conlleva para la propia sociedad, indicó Castaños Guzmán en su intervención.
“Con esto quiero hacer referencia a que debemos realizar las demandas ciudadanas de manera coherente, unificada y con sumo seguimiento”, dijo, por último.
