Leonel Fernández había anunciado el viernes que este lunes llevaría su campaña proselitista a la frontera, dizque a conversar con comerciantes de la zona.
Cuestionamos ese anuncio pues él no iba allí en misión técnica observadora, ni en representación de autoridad alguna o a nombre de alguna entidad con exclusivo ciudadano.
Acudiría, únicamente, en su calidad de candidato presidencial, en actividad proselitista, buscando sumar algún favor a su pobre aspiración presidencial.
Pero en las actuales circunstancias, y debido a provocaciones haitianas, la zona fronteriza vive horas y atmósfera de tensión.
Ayer domingo su equipo político anunció que echaron patrá tan desatinada posibilidad.
Todos debemos mantener actitudes de respeto y prudencia en esa zona, en lo que se dilucida el serio conflicto desatado por las acciones inconsultas de grupos de los vecinos al oeste con relación al desvío de las aguas del río Dajabón-Masacre-Dajabón, lo que previamente estaba convenido que sólo debía hacerse en consulta entre ambos países.
Está bien que desistiera Leonel de ese obvio intento de pescar en aguas revueltas, con fines estrictamente electorales.
Habría sido un movimiento imprudente, pues además muchos de esos comerciantes no son simpatizantes de Leonel y puede que no les gustara que les llevara su campaña hasta ellos.
Se perjudican con el cierre de la frontera, como perjudica a la gente de ambos países, pero abogan por una solución razonable y digna del conflicto, y seguro que para nada les gustaría que ningún candidato tome el tema para hacer ventajismo proselitista.
Y a Leonel es a quien menos le luce ir a la vecindad haitiana a hacerse el gracioso, porque en 2005 tuvo que salir huyendo del vecino país luego de que turbas trataron de agredirlo, mientras como jede estado dominicano cumplía una misión pacífica allí.
Ojalá que al echarse patrá en lo de irse a la frontera a hacer proselitismo, Leonel haya decidido poner un stop al estilo cantinflesco “si pero no” con que se ha manejado en este affaire del Dajabón-Masacre-Dajabón, que es un serio asunto de nuestra identidad como la patria libre y soberana que nos legó Duarte, el Padre Fundador.
Ojalá que esa decisión sea una señal de que ha decidido no seguir tratando de capitalizar una situación que nos interesa y puede perjudicar a todos.
Porque a diferencia de lo que Leonel pueda estarse creyendo, el ventajismo electorero en el tema haitiano sólo lo está perjudicando.
POR NELSON MARTE