“Hay hombres que no suben después de caer”. Arthur Miller
Con el pasar de las fechas y el inevitable día D se acerca, para que, en el venidero torneo electoral, en el cual nuevamente los dominicanos refrendaran a su conciudadano que dirigirá los destinos nacionales por los próximos cuatro años; es evidente que la sociedad, ha cambiado respecto a la concepción del liderazgo político.
Ya no hay espacio para ese liderazgo mesiánico que se ejerce desde el más cínico populismo, para consolidar el aura del único que puede gobernar, ese populismo que no es ni de izquierda ni derecha, cito el libro de Federico Finchelstein, Del fascismo al populismo en la historia, que explica a la perfección la capacidad camaleónica del populismo: “El fascismo y el populismo se distinguían claramente por sus usos y concepciones de la violencia política. Si el fascismo entendía que el poder estaba firmemente fundado en la violencia, el populismo, más tarde, prefirió compartir con el liberalismo una noción de violencia más weberiana y restringida.”
En medio de la carrera electoral, ha sido evidente para todos que el expresidente Leonel Fernández, está desesperado al punto de anunciar un podcast que fracaso rotundamente desde que fue anunciado su primer invitado, Julio Romero, ahora asume una versión de la semanal del presidente Abinader, llamada “La voz del pueblo”, parecería ser que quien o quienes asesoran al expresidente Fernández, no entienden o han lanzado la toalla y solo esperan el inevitable pasar de los días para la derrota, aunque creo que torpemente creen haber empleado la estrategia de la triangulación de Dick Morris que fue determinante para la victoria de Bill Clinton ante George H. Bush, pero quien ha trazado la triangulación para el Dr. Fernández, no tiene ni idea de la misma y simplemente ha hecho un copy-page.
Las encuestas han evidenciado una tendencia de que Abinader obtendrá una victoria releccionista, con más del 60%, mientras que la oposición a duras penas roza el 30%, sumando sus porcentajes ya que en su tozudez han pactado para no ir juntos a los comicios, por más incompresible que sea, en síntesis, anunciaron que están aliados, pero van separados en lo presidencial, es decir, aliados y rivales. ¡La alianza más absurda de la historia!
Pero, el gran perdedor de dicha alianza es sin lugar a dudas, Leonel Fernández, ese pacto de los rencores que encabezan Danilo Medina y Miguel Vargas detuvo el crecimiento de su partido y oxigenó al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en su peor momento.
Para comprender la situación de Leonel Fernández, se describe en un fragmento del libro Manejo del Poder de Leonte Brea que explica a la perfección al citar una de las observaciones de Maquiavelo en su obra cumbre El Príncipe, esa que dio paso a la conformación del concepto del Estado moderno, al plantear que la frustración de los líderes se manifiesta cuando se empecinan en utilizar métodos que funcionaron en los triunfos del pasado y en el presente son parte de la derrota. Se podría decir que hay más gloria en un retiro a tiempo que en la terca insistencia de aferrarse a un imposible, como ocurre con un hombre que ha ostentado tres veces la titularidad del Poder Ejecutivo.
El ciclo natural del liderazgo político nacional, desde la primera República hasta la actualidad en la postrimería de la cuarta República, Santana, Buenaventura Báez, Lilis, Mon Cáceres, Horacio Vásquez, Trujillo, Balaguer, Bosch, Peña Gómez y ahora Leonel Fernández, todos han sido desplazados de los espacios de poder, porque han agotado su tiempo. Lo penoso es ver a Leonel Fernández con la terquedad de Pedro Santana, tan cegado que no lo quiere aceptar.
No es posible que ante las preferencias electorales que han evidenciado las encuestas de prestigio, exhiben una desventaja de la oposición de 40 puntos porcentuales ante el candidato oficialista, la respuesta sea que no son reales las mediciones, peor aún, no reconocer la derrota de las municipales. Como reza aquel adagio lapidario, no es como se empieza, sino como se termina.
Cito un fragmento de la obra de Giovanni Sartori, ¿Qué es la democracia?: “Como teoría sobre las fuentes y sobre la titularidad legitimadora del poder, la palabra democracia indica cuál es el sentido y la sustancia de lo que pretendemos y esperamos de los ordenamientos democráticos. Hablamos de democracia para aludir, a grandes rasgos, a una sociedad libre, no oprimida por un poder político discrecional e incontrolado, ni dominada por la oligarquía cerrada y restringida, donde los gobernantes responden ante los gobernados. Habrá democracia en la medida en que exista una sociedad abierta donde la relación entre gobernantes y gobernados sea base en la premisa de que el Estado está al servicio de los ciudadanos y no los ciudadanos al servicio del Estado, de que el gobierno existe para el pueblo y no viceversa.”
Esto es lo que no ha podido comprender la oposición política que, durante sus gobiernos, crearon las condiciones para gobernar sin contrapesos constitucionales ni políticos, en la actualidad no asumen que su desconexión con la sociedad actual es producto de su ejercicio del poder longevo y desmedido.
No quieren entender que la regla de oro del juego democrático es que la mayoría predomina, penosamente el expresidente Fernández olvida su lapidario discurso de cierre de campaña del 2008, cito: “No hay fuerza alguna capaz de detener a un pueblo, cuando éste decide ser arquitecto su propio destino.”
A la sazón, la Fuerza del Pueblo (FP), no ha podido constituirse como un partido político real, ya que solo es una plataforma para las aspiraciones de padre e hijo, por eso solo han podido optar por la construcción del relato de que habían desplazado al PLD en la legitimidad opositora para tratar de influir en el imaginario colectivo, estrategia que fallo rotundamente al ver los resultados de las municipales y torpemente, continúan usando la misma táctica para vender el escenario de segunda vuelta, cuando la candidatura de la FP desde noviembre del 2023 a la fecha ha perdido 10 puntos porcentuales, faltando un mes para las elecciones presidenciales.
Quien no sabe perder, no está preparado para ganar, este es el diagnóstico de la oposición al día de hoy. Ya con Danilo Medina inhabilitado para presentarse como candidato presidencial, Miguel Vargas con la mayor alta tasa de rechazo sin nunca haber sido presidente y Leonel Fernández camino a su tercera derrota electoral, es indudable el final de su era política.
Creo prudente concluir con la siguiente frase de Napoleón Bonaparte, cito: “La gloria es fugaz, la oscuridad es para siempre.”
Por: Jesús M. Guerrero, hijo
