El hecho se produjo luego de que Mena Montero fuera acusado por dos ciudadanos de haber atropellado a un motociclista en la avenida Nicolás de Ovando.
Una patrulla policial le ordenó detenerse mediante un llamado de alto y fue perseguido por el imputado y otros agentes hasta la calle La Fe de Los Ríos, donde ocurrió el fatal desenlace.
Según el Ministerio Público, el oficial actuó de manera agresiva y desproporcionada durante la intervención.
El expediente establece que, tras una breve persecución, el coronel Suriel Arias golpeó al joven con su arma de reglamento, una pistola Glock calibre 9 mm, y luego le disparó en el rostro, provocándole la muerte de forma inmediata.
La autopsia practicada por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) confirmó que el impacto de bala fue la causa del deceso.
Los acompañantes de la víctima, entre ellos Érica de la Cruz Acosta, huyeron del lugar tras el disparo, sin que los agentes lo impidieran.
Además, el arma que el teniente coronel afirmó que portaba Mena Montero no fue corroborada por los testigos del hecho.
El órgano acusador calificó la acción como homicidio voluntario, en violación de los artículos 295 y 304, párrafo II, del Código Penal Dominicano, y mantuvo la solicitud de prisión preventiva como medida de coerción para garantizar la presencia del acusado durante el proceso.