El NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- La Fundación Vida Sin Violencia, Inc. reveló este lunes que en el primer semestre de 2021 se produjeron un total de 43 feminicidios, cifra superior en 19.44% a la de igual período del año anterior. En los primeros seis meses del pasado año se produjeron 36 feminicidios.
De los 43 feminicidios ocurridos el primer trimestre de este año, 36 han sido por sus parejas o exparejas, dejando en orfandad a 47 hijos e hijas.
Ante esta situación, Yanira Fondeur, presidente de la Fundación Vida Sin Violencia, entiende que “las autoridades deben revisar las políticas públicas que están implementando para combatir esta grave problemática de derechos humanos”.
“Necesitamos insistir en la prevención, en educar y promover campañas masivas que fomenten en el hombre una masculinidad respetuosa y corresponsable, consciente de que la mujer tiene derecho a vivir libre de malos tratos. Lamentablemente vivimos en una sociedad en que los niveles de violencias hacia la población femenina siguen siendo muy elevados”, precisó.
Fondeur, refirió que mediante de los indicadores de los feminicidios, se registra que 31 de los casos sucedieron en el hogar de la víctima, que 24 de ellas oscilaban entre los 16 y 45 años de edad, y 16 fueron agredidas con armas de fuego, desconociéndose si sus agresores portaban permiso legal para su uso”.
Especificó que “Santiago es la ciudad de más feminicidios registrados, elevándose a 10 la cantidad, y que el mes de marzo ha sido el más sangriento con 14 casos, a pesar de estar dedicado a la mujer internacionalmente”.
Resaltó que nueve de los agresores se suicidaron e igual cantidad se encuentran prófugos, y 27 fueron detenidos.
Puntualizó que abogan por “la rápida asistencia de las autoridades a los huérfanos, los cuales requieren de intervención psicológica y ayuda económica que les permita continuar su sano desarrollo”.
Posición de experta en violencia de género
Sergia Galván, experta en violencia de género, explicó que la ocurrencia de los feminicidios se asocia a las desigualdades estructurales y de poder entre mujeres y hombres, por la supuesta creencia cultural de superioridad masculina.
Galván entiende que esa idea es reforzada por el patriarcado y el machismo cultural, lo que se expresa en forma de violencia en todos los ámbitos y escenarios de la vida de las mujeres, a nivel público como privado.
Adujo que “esa violencia que viven las mujeres es reforzada por otros factores como la pobreza y la vulnerabilidad social”.
Indicó que “el país ha hecho importantes esfuerzos para enfrentar la violencia contra las mujeres en las últimas dos décadas, pero ha sido insuficiente, porque al ser un asunto estructural requiere de respuestas integrales, con participación de todos los actores de la sociedad, con una gran inversión presupuestaria, y con un sistema de justicia que funcione”.
