Gran temor y preocupación sacude al pueblo dominicano.
Sintiéndose en mayor grado en la clase media y la de menos recursos económicos, es decir: los hijos de Machepa.
Y no es para menos, el poder ejecutivo apoderó al Congreso Nacional, tres de las reformas que se propone implementar en este su nuevo período de gobierno.
Reforma Constitucional, reforma Laboral, y la reforma fiscal o tributaria.
Esta última ha despertado un avispero en la población que está pegando el grito al cielo esperando el golpe del aumento de la canasta familiar y otros bienes y servicios.
Tanta preocupación ha provocado que prácticamente, sólo de reformas se habla.
El tema reformas, va de boca en boca en todos los estamentos de la sociedad.
Principalmente, los más vulnerables y menesterosos de la Nación.
Tal es la historia del “Colmadón Bien de Bien”, entre cervezas y tragos, uno de los parroquianos de los que allí compartían enumeraba los productos que a su entender subirán de precios con la reforma fiscal.
Mencionaba ñame, yautía, carnes de res, de cerdos, pescados, habichuelas, marbetes el Internet, salones de belleza, ensaladas, enfatizando que hasta el romo lo van a subir.
Y un contertulio,, en los que ya los tragos habían hecho sus efectos, y que atento escuchaba en silencio, al oír que hasta el ron iba a subir, abrió los brazos y muy alarmado exclamó:
¡Eyy, pero así nooo!, ¡así no fue que hablamos!, si la vaina es así, devuélvanme mi voto.
Posdata: tengo la ligera impresión de que muchos, quizás sin haberse dado un trago, quisieran lo mismo que el borracho; que le devuelvan su voto.
Con Dios siempre, a sus píes.
Por Leonardo Cabrera Díaz