Como sucede en cada final de año, muchas personas se interesan entre contertulios para saber qué piensan que pasará en el año que está por llegar. Es frecuente la pregunta y las respuestas resultan ser diversas, como opinantes puedan intervenir en la conversación.
En realidad la gente busca tener definidas sus expectativas. En este caso para el año 2015. Es un interés que surge entre personas comunes, empresarios grandes, medianos y pequeños. Todos desean tener la certidumbre de que las cosas podrán mejorar o al menos que no sean menos que lo que se ha conseguido en el año que estamos despidiendo.
Son preocupaciones legítimas, pues nada resulta más inquietante que cuando no tenemos la certeza de lo que podría ocurrir. Lo cierto es que nada aparece en el panorama nacional como para pensar que las cosas pudieran complicarse en el orden económico. Lógico es que muchos factores que inciden en nuestra realidad nos llegan desde el exterior sin que podamos incidir en ninguna dirección. Uno de esos elementos es el costo del petróleo y estamos cerrando con una caída en los precios que nos ha resultado muy favorable en el orden interno. Es decir, que más que preocupante nos ofrece un escenario muy halagador para la situación local.
La gente no dejará, sin embargo, de hacerse esa pregunta y posiblemente muchos no encontrarán toda la certidumbre que necesitarán para entrar tranquilos al 2015. Hay tal vez algo muy recomendable para calmar la incertidumbre, que es trabajar con planificación las metas que se quieran alcanzar. Y esa actitud debe ser la norma en los tiempos malos, pero en los buenos aún mejor para evitar los descuidos.
Asumamos aquello de que mientras mejor se trabaja más suerte tenemos.




