Nos hemos resentido con la fuerte sequía que ha estado afectando al país, incluso pese al alivio que se haya podido producir con las últimas lluvias caídas en parte del territorio nacional. Es evidente que el tema es muy serio como para evitar el silencio entre las cuestiones importantes que debemos abordar.
Se ha tenido una merma muy seria en el suministro del agua potable, en la producción de energía en las hidroeléctricas, en la ganadería y en la agricultura en todos los niveles. Rublos como el banano para exportación o la producción arrocera son algunos de los renglones de la producción agropecuaria que se han afectado con la falta de agua.
El propio ministro de Agricultura, Ángel Estévez, ha admitido que como consecuencia de la fuerte sequía en la Línea Noroeste se han perdido unos 200 mil quintales de arroz. Eso es apena un reglón, así que, imaginemos cuando hagamos los cálculos generales de toda la agricultura y de los otros sectores afectados. El país ha perdido miles de millones de pesos.
El Gobierno debe sentarse sin demora para comenzar a planificar una clara política sobre el tema del agua.




