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26 de diciembre 2025
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OpiniónPablo ValdezPablo Valdez

Estrategia de Estado

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Frase: Porque la universidad es otra cosa

 

En el escenario político contemporáneo, pocas realidades son tan evidentes como la capacidad de los líderes para moldear la agenda pública a conveniencia. El caso estadounidense bajo la administración de Donald Trump es un ejemplo revelador: durante los meses posteriores a su asunción al poder, el debate en torno a Jefrey State y los vínculos que lo relacionaban con el propio presidente se vio rápidamente desplazado por una narrativa mucho más amplia y cargada de implicaciones geopolíticas: el narcotráfico y la dictadura venezolana.

 

  1. El arte de la distracción política

La estrategia de desplazar un escándalo mediante la sobreexposición de otro tema no es nueva. En ciencia política, este recurso es conocido como “agenda setting selectiva”, un mecanismo que permite a quienes gobiernan introducir asuntos que resultan más atractivos o más temidos para la opinión pública, y de esa manera minimizar el impacto de un hecho inconveniente.

En el caso de Trump, la ecuación es clara: un escándalo personal con capacidad de minar su legitimidad se sustituye por un discurso de seguridad nacional y defensa hemisférica. La atención de la ciudadanía se redirige hacia lo que se presenta como una amenaza externa, relegando las investigaciones y la responsabilidad individual.

 

  1. Geopolítica como cortina de humo

La política hacia Venezuela no surge de la nada. Desde hace décadas, Estados Unidos ha visto en ese país un punto estratégico por sus recursos energéticos, su ubicación y sus alianzas con potencias rivales. Al instalar en el debate la posibilidad de una intervención militar, se activa la narrativa de “protección continental” y se refuerza el papel de Washington como garante del orden regional.

Esta dimensión geopolítica ofrece una poderosa cobertura al Ejecutivo estadounidense: lo que antes era un escándalo personal se convierte en una cruzada patriótica contra la amenaza de una dictadura vinculada al narcotráfico.

 

  1. El papel de los medios

Nada de esto sería posible sin el engranaje mediático. Los medios de comunicación, por afinidad ideológica o por intereses económicos, amplifican los temas que marcan la agenda oficial. Así, lo urgente desplaza a lo importante. El caso Jefrey State pierde espacio y relevancia, mientras la opinión pública se ve absorbida por titulares sobre la posibilidad de una invasión, el peligro del narcotráfico transnacional y la narrativa de “seguridad para la región”.

 

  1. Costos éticos y democráticos

Aunque la estrategia puede considerarse efectiva en términos de comunicación política, plantea serios cuestionamientos éticos. Cuando un Estado utiliza la geopolítica como instrumento de encubrimiento, sacrifica transparencia y debilita la confianza ciudadana. El efecto inmediato puede ser la distracción exitosa, pero el efecto a largo plazo es la erosión de los valores democráticos: la justicia se supedita a la conveniencia política.

Además, el riesgo de utilizar la amenaza externa como herramienta de legitimación interna no es menor: se alimenta una lógica de conflicto permanente, con consecuencias impredecibles para la estabilidad regional.

 

Reflexión final

La estrategia de Trump parece haber funcionado en términos mediáticos: hoy se habla más de Venezuela que de Jefrey State. Sin embargo, en el plano institucional y ético, el costo es significativo. La historia muestra que ninguna estrategia de distracción resiste indefinidamente: la verdad termina por emerger, y con ella la memoria de los pueblos que no olvidan que el poder, más que un privilegio, debe ser un compromiso con la justicia y la verdad.

 

AUTOR: DR. PABLO VALDEZ

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