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27 de diciembre 2025
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OpiniónRolando FernándezRolando Fernández

Estar entre ignorantes por completo, ¡qué incomodo se hace!

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“La ignorancia ​ es un concepto que indica falta de saber o conocimiento, o experiencia y tiene curso común en los ámbitos filosófico, pedagógico y jurídico”. Wikipedia

¡Como corroe ésa el grueso de la humanidad!, sin que nada se procure hacer. Fehaciente la apreciación.

Según la filosofía budista (Budhha Gautama), “la ignorancia es el pecado capital de la humanidad”. Es esa una aseveración que conocen todos aquellos que han tratado de edificarse sobre la doctrina del Iluminado

Cuánto queda demostrado tal señalamiento, con las actitudes y los hechos en que viene incurriendo la gente con regularidad, desde hace un tiempo considerable, y que han estado contribuyendo con un descalabro sostenido de la especie humana, cada vez mayor.

¡Quizás seamos nosotros el más ignaro! Pero, al menos hacemos el esfuerzo por tratar de superar lo que se pueda en ese sentido, que es lo que muy pocos procuran llevar a cabo, lamentablemente.

Se prefiere continuar escasos de conocimientos. Dejarse narigonear por mercadólogos; políticos; y seudo religiosos interesados; medios de prensa; periodistas; comunicadores subvencionados por los poderes hegemónicos de turno, etc.; y, hasta por los llamados hoy empresarios de la salud, que tienen clientes en la actualidad, y no pacientes; los cuales hace mucho vienen deshonrando el llamado Juramento Hipocrático”.

También están los tantos “vivos” generalizados que se gastan las sociedades en el presente, ejerciendo como “todólogos”; qué se venden tales “sabe lo todo”, y confunden a muchos que poco piensan.

Los que se aluden, bien saben jugar con la inteligencia ajena; y, a pesar del gran cumulo de informaciones a la mano que hoy se tiene disponible en fuentes diversas, virtual, o plasmadas en valiosas obras escritas, cuyos contenidos sirven para “contravenir” en gran medida; o, no hacer caso a los mensajes manipuladores que se externan con regularidad, la gente no se esfuerza, en pos de detener aquellos propósitos malsanos que por lo regular se tienen.

Claro, la preferencia de las personas, en su gran mayoría, es proseguir siendo interlocutores oyentes, y lectores, psicológicos, no lógicos, sin investigar nada; y, no importándoles   que las sigan tomando como “tontas útiles”

Prosiguiendo con la temática aquí abordada, preciso es apuntar que, para percatarse de lo expresado con anterioridad, basta con detenerse a observar atentamente los procederes humanos rutinarios, relacionados con  lo que sea; las aceptaciones consuetudinarias del grueso de las personas ante cualquier situación que se les presente; la manera displicente en que reaccionan; el poco valor que se otorga a las cosas que en verdad lo tienen; y, cuánto se exalta, o se loa lo que no; lo cuestionable; lo que en realidad no sirve.

Es Innegable que, como producto del gran nivel de ignorancia que arropa a la sociedad mundial, lo lógico ha sido sustituido en gran medida por lo     psicológico, y lo sociológico, debido a lo cual un descalabro mayor es previsible, a menos que, la concienciación comience a aflorar entre los humanos, en cuanto a saber el valor las cosas, entre ellas, el por qué y para qué se está sobre el planeta Tierra; las misiones con que se ingresa al mismo; como, los procederes evolutivos que se deben observar siempre. Solo de esa manera, la dirección de todo en el mundo tenderá a cambiar

Cabe agregar aquí, en torno a esa precisión final que antecede, lo siguiente:

Según es sostenido en el ámbito de la Doctrina de los Espíritus, resumiendo, “la especie humana que habita sobre el planeta Tierra está compuesta en su mayoría por espíritus que se encuentran muy cercanos a la “animalidad ancestral, por lo que se habla de la inconsciencia psicológica con respecto a los mismos”. (Obra, “DEPRESION: Causas, Consecuencias y Tratamiento”, de Izaias Claro).

También, se les atribuye, “estar en el estadio de la llamada conciencia del sueño, queriéndose significar con esto último, el ser criaturas subdiafragmáticas, o sea, que tienen como objetivo solo la atención de las necesidades del estómago y del sexo”.

Ampliando, “se les considera seres sin una gran estructura psicológica, que son en consecuencia inmediatistas o utilitaristas, viviendo para las necesidades orgánicas-materiales del hoy y del ahora, sin ninguna o poca reflexión filosófica religiosa, desatentas de las características espirituales de la vida, sin ocuparse con el aspecto inmortal del alma, consecuentemente, sin valores espirituales para enfrentar las variadas situaciones”.

En consecuencia, es obvio que, a partir de eso que se expone en el marco de la Doctrina de los Espíritus, más que entendible resultan los comportamientos cuestionables, e irracionales tan impropios que viene observando la sociedad mundial desde hace ya bastante tiempo.

Luego, de ahí se tienen que derivar entonces los tantos ignaros con los que se tiene que estar y compartir regularmente; de esos que solo saben, entre otras cosas poco aconsejables, refutar y emitir juicios infundados, como inclinarse siempre por lo irracional.

¡Qué incomoda, se hace pues su presencia!; cómo, difícil de evitarla, por demás.

 

Autor: Rolando Fernández

 

www.rfcaminemos.wordpress.com

 

 

 

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