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27 de diciembre 2025
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OpiniónCarlos Martínez MárquezCarlos Martínez Márquez

Espíritus que van y vienen

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‘’La navidad es la época del año en que se nos acaba el dinero antes que los amigos’’. Larry Wilde

Al entrar al mes siguiente tras la navidad y fiesta de fin de año, nos llega la resaca en cuanto lo acontecido. La parte financiera y francachelas nos dejan ‘’escombros de cuentas’’ que a nuestros bolsillos petrifican. La recesión se siente desde ya, una vez damos paso al calendario del año a continuación.

El asueto navideño es propaganda obligada y necesaria; cada año trae consigo cosas positivas y negativas. Tuvimos un año 2017 marcado por despropósitos en lo socio político. Solo nos alegra por momento el inicio de la temporada de béisbol y las navidades, para erradicar por breve espacio de tiempo la incertidumbre que genera la criminalidad y el desorden de la cotidianidad.

Siempre imploramos por un nuevo año lleno de esperanza y de tregua política; que las autoridades se enfoquen en gobernar y hacer un gobierno decente conforme a nuestro estatus de país ‘’pobre’’; pero resulta que es todo lo contrario. No tenemos cultura de ahorrar un solo peso. La gente sale a las calles a gastarlo todo y los establecimientos comerciales no cesan sus operaciones a ninguna hora: eso demuestra que pese a las desigualdades sociales, nos hemos convertido en una sociedad de consumo.

Estamos atrapados en una vorágine de festividades en casi todo el año, que siempre serán motivo de distracciones, para mantener al margen al ciudadano, de los problemas locales que tengan que ver con desgracias y malos momentos. El país necesita una mejor suerte, en la que seamos una nación ejemplar y que la educación represente nuestro orgullo, comparado a otros  países desarrollados. Sueño con tan solo eso. Que las autoridades, políticos, empresarios, iglesias y comunidades entiendan esa simpleza. Sin eso, no avanzaremos nunca. El compromiso es integral, de arriba hacia abajo y horizontal.

Los deseos de cada quien, son numerosos, pero muy puntuales. Hay dos cuestiones o quizás tres, que debemos dar prioridad en estos instantes: La seguridad ciudadana, la seguridad vial y la delincuencia. Así debe iniciar el gobierno una cruzada para este año, como el año de la ‘’tolerancia cero’; espero que esto no sea mucho pedirle a quienes dirigen el país, a pesar de sus desaciertos del modo que han enfrentado el tema de  la corrupción, sin que tomen en cuenta el malestar que esto ha generado a toda la sociedad.

Para este año 2018, deseo que Dios ilumine la mente de los que ‘’entienden’’ que todo está bien. Que todo lo que en cuanto acontece en el país es solo una percepción. Que la delincuencia es solo un ‘’thriller’’ que cotiza en Hollywood, que la educación nuestra es equiparable a la de Finlandia, que tenemos uno de los mejores medios de transporte a lo ‘’europeo’’ y que los indicadores en cuanto a salud nos dicen que los hospitales están desocupados y que los médicos estén de brazos cruzados, porque no hay pacientes enfermos ( un país saludable) y la macroeconomía cada vez fortalecida en donde la balanza comercial refleja un alto índice mayor en las exportaciones que en las importaciones, por ser un país de alta competitividad y que la brecha de la pobreza se ha reducido al tamaño del hábitat de un roedor.

Espero no muchas cosas en este año, pero si con optimismo, que se cumplan las básicas que clama la mayoría.

Feliz año 2018!

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