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30 de diciembre 2025
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OpiniónFrancisco Rafael GuzmánFrancisco Rafael Guzmán

Escalofriante: Contaminación en Haina y el Gran Santo Domingo

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Hace pocos días la noticia apareció en la prensa, la contaminación en el Gran Santo Domingo y en el Municipio de Haina  sobrepasa más del doble el número de partículas, según los estándares establecidos mundialmente. En el caso de Haina, se trata de un municipio muy contaminado por la polución industrial, lo que no tiene que ser necesariamente el caso del Gran Santo Domingo que abarca un área mucho mayor, pero con no tantas instalaciones industriales porque ha habido en la ciudad capital un proceso desindustrialización, por lo que la contaminación es tan gran en ella es debida a los gases del parque vehicular, principalmente. Este último es insoportable en prácticamente en todo el país, lo cual hasta ahora no ha habido gobierno que se atreva pararlo, desde que Fondo Monetario Internacional impuso el modelo económico neoliberal con las medidas exigidas a partir de abril de 1984, al negociarse la deuda a  los bancos extranjeros de países desarrollados que tenía el gobierno dominicano con esa entidad financiera internacional.

De la misma manera que no hay controles en los precios de los artículos de consumo en el mercado local y cada quien vende la mercancía al precio que quiere, igual que pasa con los precios de las monedas extranjeras que en los hechos el Estado no tiene control de ese mercado, porque ya no es este el que acapara la mayor parte de los dólares de las transacciones internacionales, siendo la compra y venta de esa y otras monedas extranjeras un verdadero negocio después que se negoció la deuda. Muchas gentes se han hecho ricos o más ricos comprando y vendiendo dólares. Ahora bien, lo más grave es que junto con la liberalización de los precios y los precios de las monedas extranjeras se quiere que la libertad de comercio lo permita todo, porque se pretende que no haya controles a los importadores de carros y otros vehículos de motor, por más que estos contaminen con el dióxido de carbono o el monóxido de carbono, que las bombas de gasolinas se instalen donde quiera y que a los operarios que trabajan en ella no le entreguen mascarillas para protegerse del plomo y que las envasadoras de gas (no de gas natural) se instalen donde quiera.

Los problemas de salud, sobre todo los que afectan el aparato respiratorio, van a proliferar en el país tanto y van a ser una de las principales causas de muertes en nuestro país si no se detiene ese parque de vehículos. La incidencia de tuberculosis pulmonar, cáncer de pulmón y otras de las vías podrían aumentar en cifras alarmantes. Detengamos ese parque vehicular no importa a quien de manera particular no le convenga porque lo que importa es la salud de toda la población. Lo que se ha dicho es nada más de la ciudad Capital, pero Santiago y otras ciudades están muy contaminadas.

La vida humana en general y toda la vida del país y del planeta están por encima de la libertad de comercio. Hacen falta recortes a la libertad de comercio. Nuestro país con menos de 50,000 kilómetros cuadrados de territorio (con sus islas adyacentes) no soporta un parque vehicular de más de 2,000,000 de vehículos de cuatro ruedas o más y de cerca de 3,000,000 de motocicletas o motores, no podemos aguantar los gases que estos vehículos lanzan al aire. El problema se agrava más con la deforestación de algunas áreas urbanas y rurales que antes eran arboledas y hoy son solares de casas o fincas agrícolas, porque los árboles absorben carbono, pero tienen un límite. Tanto carbono no puede ser absorbido por tan pocos árboles.

De este modo, no sólo para evitar la alta incidencia de las enfermedades respiratorias en el futuro inmediato no sólo  hay que reducir el parque vehicular, con los recortes a la libertad de comercio en el mercado automotriz, sino que hay que reforestar más el país  y dejar sin efecto concesiones mineras que hacen más daño que bien. No podemos seguir callados ante un problema tan grave, porque es de vida o muerte. No dejemos que se destruya la vida en el país, es algo que requiere de los reclamos constantes de las organizaciones de ecologistas, debemos salvar al país porque la libertad de comercio es una amenaza contra la vida en nuestro territorio que no es tan vasto. La contaminación no es sólo esto, pero comencemos por lo que parece más grave, también hay otros problemas de contaminación que son graves y no lo aparentan tanto como este.  Al pan pan y al vino vino.

 

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