Antes de entrar en detalles acerca del pensamiento crítico, es necesario realizar una especie de introducción acerca del concepto de este enfoque curricular, para desde ahí trabajar sobre ese tipo de educación y el carácter de dicho enfoque. Es importante puntualizar, que el enfoque curricular debe ser desarrollado dentro de toda la estructura organizacional del currículo que se trabaja para ser aplicado. En ese orden, atendiendo a los planteamientos de Ralph Tyler, un diseño curricular puede ser modelado en lo racional y enfatizado sobre un proceso sistémico. Además de ser coherente en su sistematización, también debe responder a un marco lógico, para poder implementar la planificación y desarrollar las acciones planeadas por el docente. Este punto es básico, porque debe estar prevista para ir respondiendo preguntas clave acerca de los objetivos, sobre las experiencias de aprendizaje que serán puestas en práctica y una evaluación pensada para buscar las metas esperadas.
Si observamos las ideas de Hilda Taba, cuando recomienda un enfoque curricular desde la práctica, podemos ver que puntualiza la importancia de la participación de los profesores y estudiantes en el diseño del currículo, aconsejando que el enfoque parta desde las necesidades e intereses de los participantes como alumnos. Esto marca una diferencia notable sobre los modelos curriculares tradicionales. Ella también recomienda priorizar la inducción y la flexibilidad, enfatizando en la idea de que los componentes del currículo se desarrollen en cualquier orden, siempre que se ajusten a las necesidades del programa. En cambio, Lawrence Stenhouse promueve un enfoque desde la investigación-acción y Franklin Bobbitt pensaba, que el diseño curricular debía contener una selección de contenidos sustentados en las necesidades de la sociedad, es decir, desde una óptica del bienestar de las personas en sentido global.
En ese mismo orden procedemos a consultar a Michael Apple y Henry Giroux, quienes plantean perspectivas críticas sobre el diseño curricular, incluyendo el denominado currículo oculto y la relación entre currículo y el poder. También vimos como necesario dar una mirada a las ideas de Ángel Diaz-Barriga y Alicia Diaz-Barriga, porque ellos ven importancia en un currículo contextualizado, que sea flexible y que este orientado a la formación integral de los participantes. También enfatizan en la evaluación permanente y significativa de todo el proceso educativo.
Al entrar en este campo y conocer estos planteamientos, se hace necesario puntualizar, que la perspectiva teórica que conduce a la planificación, así como al desarrollo de los procesos académicos de la educación y a la evaluación del proceso, es lo que se define como enfoque curricular.
El enfoque curricular debe responder a criterios que deben surgir al reflexionar en cómo se conciben los elementos del currículo, cómo se relacionan entre sí y cómo se priorizan ciertos aspectos del aprendizaje. Debe ser de esta manera, porque el enfoque curricular es la visión que subyace a la forma en que se organiza y se lleva a la práctica un currículo.
Puede afirmarse, que los conceptos clave del enfoque de un currículo inician con su orientación teóricas. En este punto, es importante enfatizar en que, un enfoque curricular no es un modelo concreto, sino una orientación teórica que informa sobre cómo se entiende y se aborda el currículo. También debemos puntualizar en algunos elementos que le otorgan cualidades especifica, porque cada enfoque pone énfasis en diferentes aspectos del proceso educativo (es decir), en los contenidos, en las habilidades, en las competencias, en el contexto social, entre otros en que ha de profundizar el desarrollo del currículo.
Es que el enfoque curricular debe trabajarse en forma organizada, porque tiene que influir en la forma en que se estructuran los contenidos, se seleccionan las metodologías y se evalúan los aprendizajes.
La visión del aprendizaje es esencial en un enfoque curricular que ha de aplicarse, porque la visión de cómo han de aprender los participantes, reflejará particularidades sobre cómo aprenden los estudiantes y cómo se debe facilitar ese aprendizaje. El enfoque que se aplique deberá orientar el desarrollo profesional de los profesores, como una forma de ayudarlos a organizar la práctica pedagógica que desarrolla en los procesos educativos.
Cuando se trabaja un enfoque curricular, se debe tomar en cuenta cual de estos cinco enfoques fundamentales es el que nos interesa aplicar: el enfoque técnico, el enfoque práctico, el enfoque crítico, el enfoque por competencias y el enfoque centrado en la personal.
No olvidemos, que un enfoque curricular es la perspectiva teórica que guía la construcción de un currículo, determinando cómo se organizan los elementos del aprendizaje y cómo se entiende el proceso educativo. Debe ser así, porque existen diferentes enfoques que ofrecen distintas orientaciones para el diseño y la implementación del currículo, cada uno con sus propias prioridades y énfasis.
El enfoque curricular del pensamiento crítico se centra en desarrollar la capacidad de los estudiantes para analizar, evaluar y resolver problemas de manera reflexiva y efectiva. Su accionar es contraria a la mecanización de los quehaceres humanos.
Este enfoque implica, que en los procesos áulicos se deben fomentar habilidades fundamentales para construir independencia de criterios, es decir, para que se desarrollen cualidades como la indagación, la interpretación, la argumentación, la evaluación de información y la toma de decisiones informadas.
Esto es así, porque se trata de formar ciudadanos capaces de cuestionar la realidad, participar activamente en su transformación y construir un futuro más justo y sostenible, levantando las banderas de la flexibilidad, de la adaptabilidad, la criticidad, la reflexión, el debate y el aprendizaje durante toda la vida, reconocido por los ciudadanos como algo imprescindible.
Por Francisco Cruz Pascual