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26 de diciembre 2025
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OpiniónJesús M. GuerreroJesús M. Guerrero

¡En el PLD no comprenden que al que hierro mata, a hierro muere!

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«Cada fracaso le enseña al hombre algo que necesitaba aprender.» Charles Dickens

Pasado un tiempo prudente después de celebradas las elecciones que decidieron el destino nacional por los próximos cuatro años, el devenir interno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), dan paso a estas necesarias puntualizaciones que la alta dirigencia del PLD no quiere hacer ni reconocer posteriormente la derrota, claro está con sus honrosas excepciones.

A partir de la crisis postelectoral de 1994, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), escaló los resortes del poder en la espalda de Balaguer y el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), luego de la marcha al misterio del caudillo, su plataforma política quedó sin rumbo a lo que los peledeistas bajo las directrices de Leonel Fernández, absorbieron el reformismo dando la espalda a la ideología marxista y espacios liberales que los legitimaban y de esa forma pasando a ser la cara del sector conservador, siendo una expresión populista del poder. Pero, esto se logró aniquilando la candidatura de Eduardo Estrella que obtuvo 312,493 votos, equivalente al 8.65 % del electorado que ejerció el sufragio en los comicios del 2004.

Tres años después en medio del proceso interno del PRSC, se apostó a imponer la candidatura del difunto Amable Aristy Castro ante Eduardo Estrella lo que dio paso a la renuncia del segundo y la división del PRSC, dando paso a la polarización entre el PLD y PRD, siendo inicio del trayecto que la organización que dio la espalda al boschismo tomaba, haciendo camino al andar como reza el poema caminante no hay camino de Antonio Machado, ese norte era oficializar la hegemonía morada anulando los contrapesos democráticos.

Luego en el 2008, último proceso que la boleta presidencial del PRSC estuvo encabezada por un candidato de sus filas y el desplome podría decirse que fue alrededor de la mitad de lo obtenido en el 2004, 4.5 % equivalente a 182,645 votos.

La primera víctima fue el PRSC y luego le tocó el turno al Partido Revolucionario Dominicano (PRD), que es historia reciente de cómo fue comprado por prebendas y demás beneficios vergonzosos en cambio de asumir un rol de genuflexión ante los excesos morados e incluso ser aliado de los mismos.

En el caso del PRD, la última vez que presentó candidato propio fue en el reciente proceso electoral, obteniendo la pírrica suma de 19,000 votos para 0.5 %, de haber obtenido 33% en el 2004, en el 2008 el porcentaje fue 40.48 y en el 2012 el jacho prendió sacó 47 % y en las manos de MVM en el 2016 como aliados del PLD, la debacle empezó con 5 % y en el 2020 se redujo a 2.41 %.

Luego, procedieron al golpeó sistemático de las instituciones, para no tener límites en su ejercicio de poder, obviando la separación de poderes y montando sus altas cortes y asumiendo el control absoluto del Poder Legislativo.

Ahora vemos que el PLD tal cual la pintura Saturno devorando a su hijo de Francisco de Goya, al no tener contrapesos democráticos que ellos mismos eliminaron en su pretensión de imponer la tesis de Bosch de la dictadura con apoyo popular, pero desde la óptica populista y del clientelismo, terminaron siendo dinamitados desde adentro.

Tal cual Fouche, los peledeistas se traicionaron así mismos cuando no quedaba nadie más para traicionar.

En medio de la versión morada de la noche de los cuchillos largos, producto de la resaca electoral que tienen desde el 2020, entre acusaciones de traiciones y culpabilidades por la derrota, se rumora que habrá otra salida de un alto dirigente que no quiere continuar conviviendo en el PLD que no es más que el feudo de Danilo Medina y procederá a fundar su propia organización política.

Desde el año 2018, el PLD ha sufrido sus grandes desprendimientos, los cuales han sido cruciales para su estrepitosa caída electoral que son la Fuerza del Pueblo (FP) y Justicia Social (JS), mientras que ya se va concretando el tercero.

La alta dirigencia morada en su afán de tener el control absoluto del Estado sin contrapeso alguno para su ejercicio desmedido del poder, dieron fin a la competitividad electoral del PLD, al no tener oposición política, ellos a lo interno de su partido empezaron a ser propio obstáculo.

De la sublime victoria del 2016 con 62 % al traste con el 37 % de la candidatura del 2020 y ahora el fracaso del 10 % en el pasado proceso electoral. El derrumbe político del PLD ha sido de 50 puntos porcentuales en las últimas dos elecciones.

Para buen entendedor, pocas palabras bastan; el propio presidente del PLD, Danilo Medina afirmó que el partido opositor que cayera al tercer lugar estaba destinado a desaparecer.

Sencillamente el PLD, perdió la lucha por la legitimidad opositora ante la FP. Al igual que el PRD la perdió ante el PRM en el 2016 y al ver los resultados se puede afirmar que Danilo Medina es para el PLD, lo mismo que fue Miguel Vargas para el PRD.

El PLD irónicamente, apostó para la destrucción del sistema de partidos políticos, eliminando la oposición y ante la ausencia de fuerzas políticas; el PLD se destruyó desde sus entrañas y hoy agoniza por las consecuencias de su ejercicio avasallante del poder absoluto que ostento por 16 años consecutivos.

Creo prudente concluir con la siguiente frase de Arthur Miller, cito: «Hay hombres que no suben después de caer.»

Por: Jesús M. Guerrero

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