Cuando los dominicanos acudamos a las citas electorales del próximo año vamos a dilucidar una contradicción fundamental:
Si impulsamos la ampliación y profundización de los cambios iniciados por el presidente Luis Abinader y su gobierno, o si retrocedemos al pasado de corrupción e impunidad que los antecedieron.
Cualquier otra divergencia a lo interno de la sociedad, en el seno del pueblo, quedará subordinada a la alternativa de mantener en la presidencia a Luis Abinader, o volver al estilo de gobierno de Leonel Fernández.
No habrá término medio.
Será escoger entre un presidente como Luis Abinader, cuya familia tiene por protocolo que sus empresas no hacen negocios con el gobierno, y una caterva de funcionarios leonelistas y danilistas, que llegaron al poder siendo pobres y hoy muchos de ellos son multimillonarios sin que se les conociera actividad productiva alguna.
Todos los dominicanos conocemos a un peledeísta-fupusista que antes era pobre, o de baja clase media, y hoy está podrido en dinero, cuando el pobre Juan Bó decía que si el PLD llegaba al poder no habría un peledeísta que se hiciera rico con el dinero del pueblo.
Esa contradicción fundamental colocará a los dominicanos junto a Luis y su determinación de consolidar la independencia y separación de los poderes del estado, o volver al secuestro de esas instancias para ponerlas al servicio de un partido y sus dirigentes, como ocurrió en las presidencias de Leonel y de Danilo.
Será esa contradicción equivalente a tener la probidad e integridad de una Miriam Germán al frente de la Procuraduría General de la República, o a un tipo del tupé de Jean Alain Rodríguez, qué le parece.
Tener una Junta Central Electoral que inspira respeto y consideración, como ocurre ahora, o tenerla bajo el mando de un Roberto Rosario, objeto de escándalos y abiertamente parcializado con su partido, entonces el PLD, hoy la FUPU.
En las elecciones que vienen usted deberá elegir entre la unidad de toda la nación para hacerle frente a los problemas que nos genera la crisis haitiana. u oponerse a esa unidad, como lo hace Leonel.
O, por igual, estar de acuerdo con el conjunto de reformas económicas, sociales y políticas que presentó Abinader a la concertación nacional en el Consejo Económico y Social, de la PUCMM, u oponerse sin más ni más a esa concertación nacional, como se opone Leonel.
Usted puede pensar que los cambios y reformas de Luis no tienen la profundidad que usted querría, pero deberá reconocer que cambios son, y que se están haciendo manteniendo la paz y la unión de la familia dominicana, en tiempos muy pero muy difíciles.
Afuera y aquí.
POR NELSON MARTE