Introducción:
Según una publicación realizada por la Universidad de Navarra en 1988, en la que se citan los comentarios hechos por Alfredo Cruz Prados acerca de la clásica obra de Aristóteles sobre «La Política», «La democracia surge cuando los hombres creen que, por ser iguales en algo (en la libertad), son iguales absolutamente y exigen por ello una participación igual en todas las cosas. Tanto los demócratas como los oligarcas ‘tienen cierta justicia, pero en términos absolutos yerran'».
«Los únicos que reivindicarían con auténtica justicia la participación en el poder serían ‘aquellos que sobresalen por su virtud, pues es muy razonable que solo ellos sean absolutamente desiguales'».
Tomando como línea conductora esta introducción, podemos sostener que el escenario político para las elecciones presidenciales de 2024 tendrá mucho que ver con el desenvolvimiento de cada uno de los principales actores (candidatos) en sus capacidades para concertar alianzas transversales, estrategias certeras y muy bien custodiadas, así como la ejecución de tácticas de precisión milimétrica.
Las Alianzas:
Oficialismo: El partido de gobierno, el Partido Revolucionario Moderno (PRM), así como sus fuerzas aliadas, cuentan con un porcentaje histórico (antiguo PRD) importante. Sin embargo, ese porcentaje no les ha permitido un triunfo en primera vuelta desde que se estableció el sistema de balotaje en nuestro país. Otro aspecto a tener en cuenta es la manera en que han manejado la percepción mediática; habría que ver si lo que se presenta en muchos medios se corresponde con la realidad en términos de intención de votos. Otro factor a destacar sería el manejo del presupuesto nacional y el alcance que este puede tener en un proceso de reelección.
Coalición opositora: Si bien tanto las bases, la dirigencia media y muchos de los altos dirigentes de la Fuerza del Pueblo (FP) como del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) han manifestado de manera constatable y genuina su regocijo, debido a que se entiende que una alianza de cara a las próximas elecciones los acerca más al poder, lo cierto es que esa alianza deberá enviar un mensaje aún más contundente que termine de convencer tanto a los indecisos como a la masa silente. Esto, además de una importante sumatoria que vienen realizando el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y otros partidos de la coalición opositora «Alianza Rescate RD».
La Estrategia:
Una buena estrategia en una campaña electoral es fundamental para el éxito de un candidato. Si bien el éxito de una campaña electoral depende no solo de factores endógenos de los equipos de campaña, sino que los factores exógenos pueden determinar la suerte de un proceso electoral en un abrir y cerrar de ojos debido a la volatilidad de los acontecimientos. Lo cierto es que una estrategia con un buen mensaje, buena construcción de imagen, buenos coordinadores de campaña, entre otros, es la clase de brújula que se necesita para saber hacia dónde se dirigen las acciones.
Para conquistar el poder en las próximas elecciones, el uso estratégico de las tecnologías digitales juega un factor fundamental como elemento estratégico y táctico. Daron Acemoglu y Simon Johnson en su obra «Poder y Progreso» (Barcelona, 2023) sostienen que «algunas ideas, sobre todo cuando se expresan en el contexto adecuado y con convicción, tienen una gran capacidad de persuasión».
En ese mismo orden, resaltan que las ideas se propagan y se replican cuando estas ganan influencia, es decir, si las mismas logran llegar a las masas de tal manera que se repitan hasta que la idea difundida se convierta en la idea de todos y, para lograr ese objetivo, la tecnología juega un rol determinante en estos tiempos.
La Táctica:
Para el historiador y militar Carl von Clausewitz, «La guerra es la continuación de la política por otros medios». De esa frase podemos inferir que la práctica política se interpreta como la guerra de ideas, de mensajes, de influencias, del debate, etc. Por lo que las tácticas serían esas batallas a corto plazo que pueden definir perfectamente el triunfo de unas elecciones, inclusive el mismo día de las votaciones.
Los Candidatos:
Luis Abinader: El presidente Abinader se ha caracterizado por proyectar una imagen de transparencia, lo cual al principio de su gestión era bien visto por la población. Sin embargo, a medida que varios funcionarios de su gobierno han sido señalados por actos de corrupción, la sociedad percibe que a algunos solo los remueven del cargo pero no los someten a la acción de la justicia, salvo escasas excepciones.
Este comportamiento por parte del candidato del oficialismo ha provocado que, en principio, la población perciba una disonancia entre su discurso y su accionar, luego que experimente confusión y todo indica que en la actualidad muchos sectores se sienten frustrados, debido a que su principal fortaleza (discurso sobre transparencia) se ha visto mermada por la falta de acción en muchos casos sonoros.
Leonel Fernández: El expresidente Fernández, un político experimentado y a la vez muy atacado por los intereses que siempre se afectan en el ejercicio del poder, se presenta en esta ocasión exhibiendo fortalezas tales como su experiencia, obras de infraestructura, la modernización institucional del Estado, así como un crecimiento sostenido de la economía (en ocasiones durante periodos de crisis mundial), estabilidad en los precios, renovación de una parte importante de su entorno, entre otros.
Sin embargo, aunque goza de una gran simpatía electoral y logros importantes que puede exhibir, lo cierto es que tiene el desafío de no solamente continuar encabezando una coalición opositora, sino también consolidarla y, a su vez, estructurar un gobierno compuesto por hombres y mujeres que le permitan hacer una gestión gubernamental que supere inclusive sus propias gestiones anteriores, debido a que entre otros factores, no solo tiene mayor experiencia y conoce mejor que antes las necesidades del pueblo dominicano, sino, porque sería un gobierno llamado a dejar un legado, pero sobre todo a concluir una ola de tranformación sin precedentes en la historia de la República Dominicana.
Abel Martínez: El candidato Martínez, a pesar de proyectar una imagen fresca, ha ocupado importantes cargos en distintos poderes del Estado. Representa un colchón de votos significativo, no solo porque encabeza la boleta electoral de un partido con un posicionamiento histórico en el electorado dominicano, sino también porque es el alcalde de una de las principales plazas electorales del país. En ese mismo orden, aunque el candidato Martínez ocupa el tercer lugar, ha demostrado habilidades gerenciales y ha obtenido resultados importantes en las funciones que ha desempeñado.
Conclusiones:
Finalmente, en su obra «Cómo Mueren las Democracias» (Levitsky y Ziblatt, 2023, España), Steven Levitsky y Daniel Ziblatt señalan que el número de democracias ha experimentado un crecimiento exponencial a nivel mundial. Destacan que, en las décadas de 1980 y 1990, este crecimiento alcanzó su punto más alto alrededor de 2005 y se ha mantenido estable desde entonces. Los autores resaltan que, aunque existen países como Hungría y Venezuela que han enfrentado desafíos democráticos, también hay países como Colombia y Túnez que han aumentado sus niveles de democracia.
Concluimos este artículo enfatizando la importancia de las elecciones presidenciales de la República Dominicana en 2024, ya que representan un momento trascendental para la democracia de nuestro país. Esta es la oportunidad para que los electores evalúen a los candidatos, las propuestas en juego y cómo su voto puede repercutir en la mejora de la economía, la seguridad alimentaria, la seguridad física y, sobre todo, en vivir en una República Dominicana que vuelva a llenar de orgullo a todos los dominicanos.
POR WALNESY BORQUEZ
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