Cuando pensé en como titular este escrito había incluido al final del mismo un San Antonio pero en términos superlativo, para darle sabor popular al contenido. Al final dije, si lo voy a compartir voy a quitarle un poco de pasión a lo que expreso y así es: El subsidio no es un desperdicio.
Decía Henry Minztberg un experto en gestión, pero hablando de las estrategias, que entre lo ideal y lo posible, surgen las estrategias emergentes.
Y nuestro país está en una emergencia, más que financiera, política y esto por las incongruencias, que oscilan entre la depredación del erario, y la sobrevivencia de la clase media, que requiere una respuesta emergente y vital del pueblo dominicano, no del gobierno de turno.
Hace unos años realizaban una reflexión algunos comunicadores internacionales en materia económica y aportaban diciendo, que los economistas se pasaban la vida analizando el pasado y prediciendo el futuro y en esto último era una especie de magos tintoreros. Nosotros agregamos: una mezcla entre Merlín y Papa Bocó.
Pero particularmente los más oportunistas y rentistas, se podrían ver como enemigos de la familia dominicana, de la clase media, enemigos de su calidad de vida, y socios predilectos de las mafias imperantes en los gobiernos de turno.
Personajes utilizados vulgarmente como punta de lanza dentro de la visión de Overtone y la participación contratada, como opinión de expertos, para los anuncios de mal agüero, que siempre fastidian a toda la población.
Ahora resulta que los subsidios son un regalo otorgado por los gobiernos de turno, como favor y por penas populistas al dueño de la casa grande que es la nación dominicana. Un favor político que le hacen los que han desgobernado y saqueado la nación, al soberano, pues hay que tenerle hasta pena.
Decimos que administramos en nombre de la nación, pero para ello tenemos que convertirnos en una especie de probot social, para mantenerlos castigados y ahora con la ayuda de nuevas fuerzas represivas que intentarán amedrentar al indomable pueblo dominicano.
Se ha trastocado el paradigma democrático desde hace rato, los medios los hemos convertido en fin, y ahora como siempre, se pretende humillar y mancillar al propietario de la cosa pública, al pueblo dominicano, haciéndole creer que la solución al problema creado por los malos gobiernos es, auto infringiéndose nuevas pesadillas y nuevas calamidades en sus hogares. Una especie de ejercicio espiritual de estoicismo o de auto flagelación.
Sabía yo, decía el saber popular, que estos apagones recientes, tenían un solo propósito, abrirle la puerta a la Benedictina y Canonizada Reforma Fiscal, y al tema de los Subsidios, para eliminar total o una parte del correspondiente al subsidio eléctrico y volver a incrementar de forma abusiva la tarifa eléctrica.
Tal vez de ahí el show montado contra Gómez Díaz y su canal de televisión y las supuestas deudas, seguramente avaladas por los gobiernos de turno. Pero el fin justifica los medios y ahora hay que dar el ejemplo.
Creyéndonos que con esto se va a lograr que el pueblo dominicano se auto destruya para complacer el interés Chacal. Aunque también es posible que los fanáticos se sientan abusados y dejen de ir al play y puedan llegar a decir ante una inconformidad: M pal Licey y también para las Aguilas. Cuanta falta hace aquella voz que defendía principios y decía: “Entren To, esto cuando se atrevía a ser combativo y a defender al pueblo dominicano”.
Gasto tributario, así se le ha querido llamar a la oportunidad que con todo el derecho del mundo se da el accionista único de la nación dominicana, el pueblo, para poder siquiera respirar.
Los subsidios no son un mal necesario y tampoco son un despilfarro, es el retiro de la cuenta pública, que el pueblo dominicano dueño de la cuenta, hace en su beneficio, como contra partida de dejar a atracadores y delincuentes de cuello blanco gobernar.
Pero los subsidios mucho menos son un gasto del gobierno, es la autoayuda que se da el pueblo y que los traidores que han manipulado la cosa pública siendo funcionarios o gobernantes, han querido distorsionar, como si se tratara de una decisión o medida proveniente del mismo infierno.
Hablamos de que el subsidio al sector electico de 1500 millones representa el 40% del déficit fiscal para intentar eliminarlo. Pero esto es chele, para lo que supuestamente delincuentes confesos han devuelto recientemente al ministerio publico.
Es más, si son ciertas las devoluciones de miles de millones de pesos hechas por delincuentes confesos en acuerdo con el PEPCA, entonces ya el hoyo fiscal hace rato que está cubierto. Saque usted cuenta y parta del dato, de que 1500 millones del subsidio eléctrico es el 40% del déficit fiscal y ahora pregúntese, cuanto devolvió Juan, Cuanto devolvió Juana, cuanto devolvió Sutano, Cuanto Mengano y sobra dinero.
Pero eso del subsidio eléctrico es chele, para los beneficios perjudiciales para el país que por contratos onerosos, se les ha dado a la empresa del oro, o los denominados peajes sombra o pasajeros sombra o semáforos inteligentes ya instalados, para citar ejemplos frescos.
Y si seguimos buscando contratos onerosos que traidores del interés nacional en el poder han suscrito para el auto beneficio o beneficiar testaferros, y que debe solventar el pueblo dominicano, no terminamos nunca.
Esto no es un tema político partidista, para atacar un gobierno o defender a otros, en esta mafia desde el estado nadie puede tirar la primera piedra y es triste decirlo.
Se trata de una gavilla infernal y hereditaria, que le ha impuesto al pueblo dominicano por décadas, las miserias, mientras malhechores al timón, testaferros y aliados, todavía se pasean impunes por las calles de santo domingo, exhibiendo riquezas que nunca han podido justificar, mientras otros las tienen en paraísos fiscales, evadiendo impunemente los impuestos, mientras se quiere hablar de presión tributaria.
Pero y de que bendita presión tributaria o reforma fiscal se quiere hablar, cuando los perpetradores de la estafa sostenida al pueblo, viven como tutumpotes, y son los que se mantienen ahora a escondidas, pretendiendo ser defensores por debajo de la mesa, solo por hacer oposición, defensores de lo que nunca lo han sido.
¿Donde están los impostores funcionarios y órganos constitucionales que supuestamente defienden al pueblo dominicano?. Dejemos la falacia de esta azarosa y supuesta sociedad democrática y de derechos.
Una reforma fiscal: el pueblo dominicano es el que debe pararse en dos patas y frenar de manera total y frontal, cualquier medida que un gobierno ilegitimo, que defiende intereses que no son los de la familia dominicana y su masa crítica, le quiera imponer.
Luego de malversar los fundos públicos, de comprar la mayoría de los medios y comunicadores, de financiar intereses foráneos y de lucrarse hasta más no poder, y endeudar hasta la coronilla a la nación, queremos venir con el mismísimo cuento de una reforma fiscal, porque tenemos un enorme déficit, que nosotros mismos hemos creado y súper agrandado por nuestra codicia y capacidad rapaz.
Los subsidios no son un despilfarro, las exenciones tampoco, y tampoco el derecho al trabajo que tienen los miles de compañeritos que lograron colocarse en la gestión pública.
Dejemos de perseguir metas inalcanzables y de presupuestar contando con lo imposible. Dejemos de planificar el déficit fiscal intentando cumplir con metas supranacionales y tengamos nuestra propia estrategia nacional de desarrollo, pero enfocados en metas realizables y dejando afuera la Agenda 2030.
El verdadero gasto tributario es la malversación de fondos, el robo y la corrupción administrativa. Pero la voracidad fiscal es tan alta, que no bastan los pingues beneficios que los protegidos de la mafia tienen, y eso incluye los círculos de poder y el testaferrato con el crimen organizado, el lavado y el narco tráfico.
Porque sigue siendo real que hemos creado un narco estado, donde sin el lavado y sin las remesas no tendríamos crecimiento económico. Dejémonos de farsas, y de ser ururpadores con la doble moral, como si la verdad no tuviera su propia fuerza para salir a flote.
Presidente, el pueblo le prestó el timón del barco de la nación, pero si como piloto usted quiere maltratar los pasajeros y a la tripulación, bien hará el dueño del barco, en retirarle la licencia de conducirlo y asegurarse, de que alguien más sea su capitán, para que lo pueda llevar a buen puerto.
Hoy en sus manos como capitán no solo tiene el timón, también tiene un pajarito aun vivo. El pajarito de la libertad y del progreso.
Si cierra el puño con fuerza asfixiara la libertad y el pueblo explotará terminando con su mandato, aunque esto implique una actividad violenta y fratricida.
Pero si lo cierra suavemente y lo abre para respirar, el pajarito volara, como también volara la libertad y la esperanza del pueblo dominicano, quien le ha depositado nuevamente su confianza.
Aproveche esta oportunidad única para ser un real y querido mayordomo de toda la nación. No haga más pobre a la clase media, ni sume mas presión tributaria y será recordado como un presidente que como Peña Gómez decía, puso en práctica el lema: primero la gente.
Por Julián Padilla
