ENVÍA TUS DENUNCIAS 829-917-7231 / 809-866-3480
28 de diciembre 2025
logo
OpiniónJabes RamírezJabes Ramírez

El sargazo no se barre: Se enfrenta con visión de Estado

COMPARTIR:

Siempre se ha cargado con el peso de una deuda histórica que tienen nuestras autoridades en términos de administración pública. Siempre hemos sido propensos, sin distinción partidaria, de tratar los temas más importantes abordándolos de lado. Lo que se traduce en materia de políticas como una ausencia de visión estatal futurista. El sargazo es un fenómeno que golpea nuestro país, pero también es una amenaza regional. No nos sintamos aludidos ya que su presencia no es particular. Lo que sí es particular e individual es la capacidad que tengamos para hacer un abordaje oportuno frente a la problemática. La mirada no es recoger sargazo y ser cúspides de un manejo comercial. Es una cuestión que está por encima de aspectos rentistas.

Es preciso que las autoridades encabecen iniciativas para la mitigación de su impacto ambiental, económico y social. Es prudente que nuestras costas se oferten de manera optimizada, haciendo gala del destino turístico en el que nos hemos convertido. De hecho, nuestros gestores han sido responsable dando las alertas adecuadas y moviendo nuestros recursos internos para motorizar manos tecnificadas que nos permitan entender las características de un fenómeno que puede costarnos reputación internacional y atentar con nuestra industria más importante. Sin embargo, es pertinente señalar que recolectar, contener, disponer y gestionar de manera sostenible no se circunscribe a la problemática de fondo.

Estamos incentivando buenas medidas, pero son cosméticas; hasta cierto. Aplaudimos la capacidad y los recursos tecnológicos que tengamos a mano para convertir la problemática en una oportunidad. Pero esa oportunidad no debe interpretarse solo en términos rentistas. La macroalga no debe verse solo como una oportunidad de negocio, donde convertimos esta secuela natural en un producto terminado y nos sentamos a entender que el problema termino ahí. Que podamos recolectar sargazo para su futura industrialización no salvaguardar nuestros arrecifes.

Que contemos con equipos de avanzada para generar números verdes en nuestras empresas no garantiza la vida de la fauna marina.

El sargazo es un alga marina que concentrada en exceso genera daños un poco menos visibles, y en base a eso podemos subestimarlo. El diálogo se ha concentrado en el daño que hace al turismo y como pudiera afectar nuestra economía. Pero poco se toma en cuenta cuando hablamos del residuo que deja en nuestras aguas. Cuando llega a nuestra costa y se pudre, libera gases como lo es el sulfuro de hidrogeno, causando un daño poco reversible. Esta macroalga tiene la capacidad de reducir el oxígeno del mar, matando la vida de peces y demás organismos.

Por eso este tema debe ser abordado dejando a un lado los intereses particulares e incentivando iniciativas que den coherencia a lo que se supone es la visión actual del oficialismo. Sobre todo, cuando nuestro presidente acaba de participar en una conferencia ante la ONU sobre los océanos.

Existe una iniciativa que reposa en el Concejo de Regidores de Santo Domingo Este. Un empuje positivo sometido por la regidora Aileen Decamps que nos permite enfocar la visión desde un ángulo bastante interesante. Y es la incorporación de un sistema tecnológico que puede representar un avance, aún más allá que la crisis del sargazo. Puesto que la intención es institucionalizar un procedimiento que nos permita descontaminar las aguas de nuestro país. Contrario a la limpieza, que muchas veces solo contribuye a reconfortar en términos cosméticos, esta iniciativa colocaría a la República Dominicana en una posición loable, consolidando a un más su liderazgo en la región.

Respondiendo a una necesidad global, y siendo coherentes con la visión de nuestro presidente, sería prudente que se evaluara a fondo y se conociera de forma detallada el beneficio que representa adentrarse un poco más allá de la limpieza. Formaría parte de una modalidad hibrida, que no solamente nos dé un panorama visual, sino que nos contribuya en términos sanitarios. Con esto, complejizamos y enriquecemos el debate, instaurando una política ambiental holística que nos permita tener espacios en mejor condición sanitaria. Esta vez, limpiando al mismo tiempo que descontaminamos y garantizamos la vida de nuestras aguas.

Por Jabes Ramírez

Comenta