Hay de todo en este mundo. Y si nos dedicamos a enjuiciar a cada uno de los periodistas encontraremos buenos y malos. Hay éticos y quienes no son. Incluso, con frecuencia se dice que hay corruptos en el oficio.
Sin embargo, hay tantos periodistas buenos y que han pagado con su sangre el valor de este ejercicio que sería injusto restarle mérito a esta labor porque algunos o muchos no lo hagan apegados a la profesionalidad.
Los periodistas han pagado un precio más alto que la clase política por la democracia y por la libertad de expresión. Sólo pensemos que desde 1987 para acá en América Latina han asesinado a cerca de 500 periodistas. Y pensemos por un momento que maten a 500 dirigentes políticos.