Santo Domingo 23 / 31 Soleado
ENVÍA TUS DENUNCIAS 829-917-7231 / 809-866-3480
26 de abril 2024
logo
OpiniónFrancisco Rafael GuzmánFrancisco Rafael Guzmán

El rol de la mujer en la sociedad debe ser parecido al del hombre 

COMPARTIR:

En un artículo o reportaje, aparecido en El Caribe de fecha 1 de septiembre de 1948 en su página 11, bajo el título: La Mujer está Capacitada para Funciones Judiciales, de  por P. A. Reyes-Vargas, este recoge las opiniones de María Teresa Castellanos Ortega sobre el tema. Castellanos declaró que las mujeres no pueden contentarse con ser simples “espectadoras” en un mundo como el que vivimos.

Coincidiendo con la Licenciada Milady Félix de L Oficial, la señorita Castellanos plantea que la mujer no selo está en condiciones de tomar  parte de los tribunales de menores, sino también en los tribunales de casación y poner su capacidad a prueba en los asuntos judiciales. Sin embargo, contradice lo planteado por la Doctora Fabiola Caminero (1948), ya que según Castellanos “…  la mujer, por naturaleza, tiene siempre el sentido exacto de la justicia; por naturaleza también, ama la equidad… Además, existiendo en el país muchas mujeres graduadas en leyes y otras dedicadas a su estudio…”  Hay un estereotipo, prejuicio o juicio de valor al decir que “por naturaleza” la mujer “tiene siempre el sentido exacto de la justicia”.  Sin embargo, hoy en día, por lo menos en parte si no del todo, se está cumpliendo las aspiraciones de esa francomacorisana de finales de los cuarenta, con respecto a la justicia dominicana porque muchas mujeres (no menos del 60 %) ocupan status sociales (funciones) importantes y asumen sus roles.

Ahora Bien, si la mujer tiene  una sólida formación académica, si es capaz, lo cual lo habrá demostrado en los resultados de los estudios realizados, si puede comunicar sus conocimientos, entonces la mujer puede ocupar las mismas funciones que el hombre en el área de las profesiones o artes liberales, porque esas capacidades también la deberá tener el hombre que ejerce una de  esas funciones relacionadas con las artes liberales en que se formó.

El mismo requisito debe también exigírsele al hombre, tanto en las organizaciones públicas como privadas. La señorita María Teresa Castellanos Ortega, que residía en San Francisco de Macorís y para su época era una jovencita que sobresalía, era una mujer pública de La Dictadura. También se refería a que la mujer podía hacer carrera diplomática, al parecer quería emular a Minerva Bernardino; aunque en su afán de movilidad social, ocupando funciones públicas, la joven lanzaba loas a Trujillo, pero planteaba cuestiones que tal vez no sería del agrado de este, llegando a decir o sostener que la mujer de ocupar funciones diplomáticas demostraría su oposición a la guerra, ya  que Trujillo era un dictador, gobernaba con mano de hierro y tenía una industria de armas. De todos modos, lo que jamás podría plantear es que las mujeres optaran por competir con el jefe de Estado dominicano.

Estas mujeres que loaban a Trujillo y su dictadura, ya no pensaba más que en ocupar cargos prestigiosos, mas no pensaban mucho en las injusticias en que se vivía bajo esa dictadura de  sátrapa de San Cristóbal. El miedo como estado de conciencia social, provocaba que muchos paniaguados de la dictadura trujillista perdieran la mesura y cayeran en la desfachatez de presentar a esa tiranía como si fuera una democracia, buscando la notoriedad vía la movilidad social. Las cámaras de torturas ni pasaban por sus mentes a la hora del discurso, pero esa era una realidad insoslayable, muestrario de la intolerancia política. Nadie podía disentir bajo la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina, ni las mujeres ni los hombres, salvo honrosas excepciones de algunas personalidades con ascendencia de la extinguida aristocracia que lograron oponerse y sobrevivir.

Aquella mujer o aquel hombre que tuviera un discurso contestatario contra la dictadura trujillista, si no era de ascendencia de  la extinguida aristocracia podían sufrir el presidio, el exilio o la muerte. Hubo casos en que aun perteneciendo a ese linaje sufrieron humillaciones, Juan Isidro Jimenes Grullon es un ejemplo. El ejemplo de lo que fue la represión en la Era de Trujillo, se resume en la represión contra los miembros del PSP, el 14 de Junio y el MPD que fueron encarcelados,  perseguidos, torturados y asesinados, aunque la represión trujillista todavía en ciernes comenzó contra los remanentes de la guerrilla  del horacismo, pero se sintetiza en las torturas de 1959, el encarcelamiento de Manolo Tavarez y el asesinato tres mujeres heroínas de  la familia Mirabal. No podemos pasar por alto el desafío  a la dictadura de Trujillo de Las Hermanas Mirabal, pero tampoco dejar mencionar a Aniana Vargas, Florinda Soriano, Piky Lora, Aleyda Fernández y otras.

La División Sexual del Trabajo

En  los Estados Unidos para 1954 había una marcada división sexual del trabajo, ya que algunos oficios eran prácticamente de mujeres. Por ejemplo, 52, 000,000 de mujeres norteamericanas aproximadamente cosían las ropas de las familias en sus hogares, aunque algunas de ellas realizaran labores remunerativas fuera de sus hogares.

Si hablamos de 52 millones eso sería casi toda la población femenina norteamericana adulta o en edad de trabajar para ese año, ya que el 1 de enero de 1954 el total de la población de Estados Unidos  era de 161, 200,000 (El Caribe, 2 de enero de 1954, Pág. 1). Ahora bien, se estimaba  para 1949 que más de la mitad de los 20 millones de mujeres con más de 45 años de edad ocupaban algún empleo en la industria o el comercio, lo que significa que por lo menos a partir de esa edad no estaban tan relegadas a los quehaceres hogareños.

En el caso dominicano, para ese mismo año de 1948, en la carrera de medicina de la Universidad de Santo Domingo de 49 estudiantes que aprobaron en el cuarto año: 47 eran hombres y 2 mujeres; sin embargo, vaya la rareza, de 49 aprobados en el primer año de Farmacias y Ciencias Químicas: 47 eran mujeres y 2 eran hombres; en el caso de derecho, de 29  aprobados en el cuarto curso o ano 10 mujeres y 19 hombres (El Caribe de mayo de 1954, Pág. 1 en un reportaje de Pablo Rosa). Es  decir, al igual que en Norteamérica había discriminación laboral de la mujer.

¿Cuál sería el estado de conciencia social de la mujer norteamericana? Sin duda, esa división sexual del trabajo, que hasta cierto punto se daba en esa sociedad, sería aceptada y asumida por la mayoría de las mujeres norteamericanas. En la sociedad norteamericana de 1954 todavía había un fuerte segregacionismo racial, siendo en ese año que se plantea el sistema de escuelas multirraciales, pero esto solo fue puesto en práctica generalizada a partir de 1964. La discriminación de la mujer en las labores en 1954 no sería tan raro, pero tan injusta como el segregacionismo racial.

Evangelina Rodríguez fue rechazada por la sociedad dominicana, por elegir ser la primera mujer medico graduada, aunque también por otras razones, lo que la llevo a desarrollar  una esquizofrenia. Entonces se consideraba en nuestro país, para la época de Evangelina Rodríguez, que la medicina era una carrera para estudiarla los hombres.

Todavía hoy día existen carreras que son casi exclusivas  de uno u otro sexo o género. Por ejemplo, la agronomía la eligen pocas mujeres y la enfermería casi no la elige ningún hombre. Hasta hace poco, la medicina era una carrera que la elegían menos mujeres que hombres, pero hoy día debe ser lo contrario. Eso era un estado de conciencia social en nuestro país y en Norteamérica, en las mujeres y en los hombres, que propiciaba una división sexual del trabajo, hasta cierto punto.

Sin embargo, un caso tal vez atípico era el de Colombia, para ese mismo año y a seis años de haber ocurrido El Bogotazo del 09 de abril de 1948. El 15 de mayo de 1954 la Organización Nacional Femenina se pronunció, levantando las siguientes demandas: Igualdad de Derechos que los hombres para las mujeres, Protección a la Infancia, y al Campesino, por La Paz Interna del país, el derecho al Sufragio Universal de las mujeres y contra la prostitución.

Había ya en Colombia una conciencia social más avanzada que Estados Unidos y Republica Dominicana, sin embargo en Colombia todavía no había un sufragio universal pleno, todavía había voto censitario y el gamonalismo (caudillismo regional propio de sociedades donde hay grandes propietarios de tierra y predomina en el campo la renta de la tierra) era una realidad existente en aquella época. El Botazo debió influir mucho en ese movimiento reivindicativo de la mujer.

El Empleo de la Mano de Obra Femenina

 En los años que van de 1886 a 1936 en Francia se dio un crecimiento absoluto de la mano de obra femenina, relativamente grande, pasando de 4, 034,000 en 1886 a 7, 320,000 en el 1936. Probablemente, en Francia la mujer estaba menos relegada al hogar que en Estados Unidos para los años indicados. En este último país la agricultura ha tenido un rol muy grande en la economía, pese su vertiginosa industrialización, lo que pudo incidir que la mujer se quedara mucho en casa.

Es poco frecuente, en muchas sociedades, ver a la mujer muy vinculada a las labores agrícolas, pese a que se le atribuye a su género el descubrimiento del arte de cultivar la tierra y el uso para ello del palo cavador. Sin embargo, en Francia ya para esa  época, entre finales del siglo 19 y las primeras tres décadas y media del siglo 20, la mujer ocupaba empleos en todas las actividades laborales remuneradas.

Sobre la situación actual, en el caso de nuestro país, con el aumento de la población femenina universitaria en cifras absolutas y relativas, ya que la relación es de dos mujeres por cada hombre en las aulas, no solamente las mujeres graduadas universitarias dominan en el aparato judicial, sino en otros roles profesionales.

Me llamó mucho la atención de en una monografía del ensanche Espaillat que me presentaron unos alumnos, para el año 2017, debiendo haber obtenido el dato de una fuente oficial no citada, de un total de 780 personas de ese sector vinculadas actividades profesionales o intelectuales 498 eran mujeres y 282 hombres. Felicidades a las mujeres y deseo que un día  podamos parar los feminicidios y la violencia contra la mujer.

Por Francisco Rafael Guzmán F.

Comenta

[wordads]