La política Brasileña ha dado un giro trascendental en los últimos tiempos, donde podemos observar un fenómeno que para muchos había sido sepultado políticamente por los actos de corrupción que caracterizaron la empresa brasileña de Marcelo Odebrecht los cuales mancharon la figura del ex presidente.
Luiz Ignacio Lula Da Silva expresidente de la República Federativa de Brasil, ha vuelto a ser tendencia en el escenario político de la sociedad brasileña, producto de la gestión que encabezó desde el año 2003 hasta el 2010, donde junto a José Alencar dirigieron los destinos del gigante sudamericano, por lo que esta gestión se enfocó en sacar de la pobreza a un millar de ciudadanos brasileños, donde pasaron de clase baja a clase media, sin dejar de recordar la consolidación del real como moneda fuerte en todo la geografía de Sudamérica.
Producto del debacle y la decadencia en la popularidad del presidente Jair Bolsonaro, quien desde el inicio de la pandemia del Covid 19, se ha caracterizado por ser renuente al manejo de la situación sanitaria pese a que Brasil ha sido uno de los mejores negociadores en el tema de las vacunas para contrarrestar la pandemia, la única problemática que ha complicado al presidente Bolsonaro es la distribución logística del fármaco, además de haber hecho declaraciones de que la pandemia no existía y siendo a la vez afectado por la misma.
En ese mismo contexto todas estas situaciones han complicado bastante la popularidad del presidente brasileño por lo que de un 55% que había tenido de aprobación en la sociedad, hoy solamente goza de un 23%, siendo este fenómeno una garantía para catapultar la imagen del líder del partido de los Trabajadores Lula Da Silva, quien en el año 2010 había dejado el poder con una alta aceptación de la sociedad.
Todo este contexto deja entrever que el líder del partido de los Trabajadores se encamina en el 2023 a llegar al palacio de Itamarati y tomar las riendas de los destinos del gigante sudamericano, aunque será evidente que será el contrincante del presidente Jair Bolsonaro en el próximo torneo electoral venidero.
De volver a dirigir los destinos de la nación, Lula da Silva ya no tendrá a su rival entrañable en la región el cual era el Expresidente Hugo Chávez Frías quienes se disputaban la hegemonía en el control de los mercados del sur.
Producto de la situación económica que padece la República Bolivariana de Venezuela, el gigante sudamericano estará más cerca de catapultar su posición y volver a convertirse en uno de los principales actores claves de la región, donde además Lula estará convencido que en este nuevo periodo conseguirá el tan anhelado asiento en el Consejo de Seguridad.
Esperamos que el pueblo brasileño se encamine a ser una potencia en esta nueva agenda 2030 que se proyecta con el surgimiento de nuevos actores y con la predominancia de la República Popular China siendo esta última un miembro clave de los BRICS y es uno de sus principales socios estratégicos en la región asiática.
Por: Junior Pérez
