ENVÍA TUS DENUNCIAS 829-917-7231 / 809-866-3480
24 de diciembre 2025
logo
OpiniónArturo López ValerioArturo López Valerio

El reto de exportar servicios modernos

COMPARTIR:

En la economía global del siglo XXI, los países no compiten solo con productos físicos o ventajas geográficas, sino con su capacidad de producir, articular y escalar servicios modernos basados en conocimiento y tecnología. Para naciones como la República Dominicana, esto representa una oportunidad estratégica, pero también un reto estructural.

Exportar servicios modernos —desde desarrollo de software hasta soluciones digitales especializadas— exige mucho más que conectividad o infraestructura: requiere visión, reformas institucionales, capital humano y marcos de medición acordes a una economía digital. Esta visión la desarrollé en el libro Economía Digital: motor de cambio para la República Dominicana, donde propongo rutas claras para convertir al país en un actor competitivo en los flujos de valor global.

En este contexto, presento cinco estrategias fundamentales para superar los obstáculos que hoy limitan la inserción del país en el comercio global de servicios digitales.

1) Atraer inversión y escalar lo que funciona

Exportar servicios intangibles no es una teoría: es una práctica en evolución. Un ejemplo concreto es Tabuga SRL, la firma que lidero, recientemente galardonada en los Premios EPA de la Unión Europea como exportador de servicios modernos. Este reconocimiento destaca cómo, desde un país insular, se pueden ofrecer soluciones tecnológicas sofisticadas a mercados internacionales, incluso cuando esos mismos servicios no encuentran aún un mercado local por falta de demanda o comprensión.

Esta paradoja —exportar lo que no se consume localmente— es un reflejo de la brecha que persiste entre nuestras capacidades productivas y la sofisticación del mercado interno. Para atraer inversión extranjera directa en servicios digitales, debemos institucionalizar reformas que faciliten la creación de empresas tecnológicas, protejan la propiedad intelectual y formalicen incentivos fiscales para los sectores exportadores emergentes.

2) Estabilidad macroeconómica, con visión digital

Una economía capaz de exportar servicios intangibles debe ofrecer estabilidad no solo en términos fiscales, sino también en el diseño institucional que regula lo digital. El entorno actual exige desarrollar “amortiguadores tecnológicos”, es decir, marcos legales, políticas públicas e indicadores que nos permitan adaptarnos con agilidad ante cambios globales.

Esto incluye evolucionar más allá del PIB clásico e incorporar métricas como el PIB-B, que mide el valor generado por servicios gratuitos digitales, innovación abierta y contribuciones intangibles. Este tipo de medición es clave para mostrar el verdadero peso de los servicios digitales en la economía y para establecer políticas de apoyo basadas en evidencia.

3) Diversificación con inclusión

Diversificar la economía hacia sectores basados en tecnología no puede ser un proceso excluyente. La semana pasada, este mismo diario reportó que el 85% de las microempresas en Dajabón, Los Cacaos y Domingo Savio no planea digitalizarse, a pesar de los beneficios evidentes. Las causas son profundas: alta informalidad, bajo nivel educativo y, en particular, la falta de condiciones que empoderen a las mujeres líderes en estos entornos económicos.

La digitalización no puede seguir siendo una conversación solo de élites urbanas. El Estado y el sector privado debemos unirnos para ampliar las capacidades de los territorios y ofrecer rutas de transformación digital adaptadas a cada realidad. Esto incluye alfabetización digital, acceso a plataformas de bajo costo, financiamiento específico para mujeres emprendedoras y una red de mentores y aceleradoras que sirvan como puentes reales al mundo digital.

4) Eficiencia comercial con visión de plataforma

Otro de los grandes retos para escalar las exportaciones digitales es mejorar la eficiencia comercial del país. Como destaco en el libro, necesitamos dejar atrás las cadenas de valor fragmentadas y avanzar hacia un modelo basado en plataformas digitales interoperables que integren logística, pagos, regulaciones y experiencia del cliente.

Esto implica desarrollar un sistema nacional de logística inteligente, implementar marketplaces públicos-privados, y establecer acuerdos bilaterales para facilitar el comercio electrónico transfronterizo. La eficiencia no es solo un tema técnico: es una ventaja competitiva clave para el prestador de servicios moderno que compite desde el Caribe con colegas en India, México o Estonia.

5) Resiliencia climática como valor exportable

El componente ambiental se ha convertido en una condición de entrada para muchos mercados globales. Los servicios modernos, especialmente los basados en la nube, inteligencia artificial o procesamiento de datos, también deben demostrar responsabilidad ambiental. Desde Tabuga impulsamos un enfoque donde la innovación digital también sirve para construir resiliencia climática, generando propuestas exportables que combinan tecnología con impacto ambiental positivo.

La República Dominicana puede convertirse en un hub de servicios digitales sostenibles si articula un marco de “ciudadanía digital climática”, fomenta startups verdes y conecta a su talento joven con las demandas emergentes de los mercados europeos y latinoamericanos.

Del potencial a la acción

El reto de exportar servicios modernos no es una promesa futurista: es un desafío urgente que exige decisiones políticas, alianzas público-privadas y una transformación cultural profunda. Desde el Estado hasta los emprendedores barriales, todos tenemos un papel que jugar.

Experiencias como la de Tabuga demuestran que es posible competir en los circuitos globales del conocimiento. Pero también es urgente que las zonas rurales, las microempresas y las mujeres en liderazgo encuentren rutas reales hacia lo digital. No basta con tener talento: necesitamos mecanismos que conviertan ese talento en valor económico y desarrollo humano.

En un país que ya ha demostrado capacidad para innovar desde la periferia, el futuro está al alcance. Solo hace falta voluntad para construirlo.

Comenta