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20 de diciembre 2025
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3 min de lectura Internacionales

El número de libios desaparecidos durante el conflicto alcanza los 3.560

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EL NUEVO DIARIO, TRIPOLI.- El número de libios desaparecidos durante el conflicto armado, que cumplió el pasado mes una década, alcanzó los 3.560, reveló hoy el jefe de la Autoridad Pública de Búsqueda e Identificación de Personas Desaparecidas en Libia, Kamal al Siwi.

En una conferencia de prensa celebrada en Trípoli, Al Siwi explicó que su organismo ha realizado un total de 1.000 análisis de ADN para comparar con las más de 14.000 muestras de familiares de desaparecidos y destacó la preparación de laboratorios «avanzados» para llevar a cabo las investigaciones.

El responsable reveló además haber recibido más de 300 informes de personas desaparecidas mientras que se han recuperado 139 cuerpos- entre ellos, mujeres y menores- hallados en fosas comunes situadas en la ciudad de Tarhuna, al sureste de la capital, por lo que instó al gobierno a apoyar el «enorme» trabajo realizado por la Autoridad.

En junio pasado, la misión especial de la ONU en Libia (UNSMIL) anunció el hallazgo de ocho fosas comunes, la mayoría de ellas en la misma localidad, y se felicitó por la iniciativa del gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), apoyado por la ONU y establecido en Trípoli, para formar un comité de investigación.

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El Ejecutivo afirmó recientemente haber descubierto un total de 28 fosas comunes desde el mes de junio pero lamentó que todavía no ha podido identificar todos los cuerpos.

Según un informe publicado en enero por la ONG internacional «Human Rights Watch», centenares de habitantes de Tarhuna fueron secuestrados o desaparecieron cuando la ciudad se encontraba bajo control de la milicia Al-Kaniyat- leal al mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte del país- desde 2015 hasta que fue expulsada por las fuerzas del GNA en junio de 2020.

La Corte Penal Internacional (CPI) ha emitido una orden para investigar los crímenes de guerra, crímenes contra la Humanidad y actos de genocidio cometidos en el país magrebí desde febrero de 2011, fecha en la que la OTAN contribuyó militarmente a la victoria de los distintos grupos rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.

Desde entonces, el país es un estado fallido en el que han muerto más de 8.000 personas en los distintos conflictos que han ensangrentado el país a lo largo de la década pasada.

El último, librado entre abril de 2019 y junio de 2020, enfrentó al Gobierno de Acuerdo Nacional sostenido por la ONU desde 2016 en Trípoli (GNA) y las fuerzas bajo el mando del mariscal Jalifa Hafter, tutor de Ejecutivo no reconocido en el este y hombre fuerte del país.

El pasado mes de febrero, el Foro de Diálogo Político para Libia (FDPL), un organismo formado «ad hoc» por la ONU en su nuevo intento por fomentar la paz y acabar con la división, eligió un nuevo presidente, dos vicepresidentes y un primer ministro de transición que deberán formar un nuevo gobierno nacional de unidad (GNU) encargado de preparar las elecciones legislativas previstas para diciembre de este año.