ENVÍA TUS DENUNCIAS 829-917-7231 / 809-866-3480
26 de diciembre 2025
logo
OpiniónPablo ValdezPablo Valdez

El necesario control vial

COMPARTIR:

*Porque la universidad es otra cosa

 

La cita, fue de Jimaní, Provincia Independencia. ¿El motivo?, la donación de un terreno a los fines de construir en el futuro, la Ciudad Universitaria de la nueva sede de la Universidad Autónoma de Santo Domingo en la localidad.

La travesía, desde la Ciudad Capital a la Provincia Independencia, que en situaciones normales, es larga en móviles terrestres, se hizo mucho más larga y tortuosa.

Controba, ubicada a la altura del kilómetro 15 de la Carretera de Azua o cruce de San Juan, fue escenario de una acción de un alto nivel de irresponsabilidad; un grupo, que protestaba por el arreglo de las calles del lugar, decidió depositar un camión de arena, en plena pista, que originó un taponamiento de más de dos horas, que retrasó la travesía, haciendo que el acto, que debió comenzar a las 10:00 AM, iniciara pasado el mediodía, a pesar de que las autoridades universitarias y de la provincia, así como también, la familia donante y público en general, soportarán  la inclemencia del sol, por  más de tres horas más tarde del horario de la convocatoria.

Pasadas las dos horas del taponamiento y luego de múltiples ruegos de personalidades comprometidas con el orden, entre los que se contaron funcionarios de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y varios transeúntes, no menos afectados por la acción, los ejecutantes decidieron retirar muy despacio, todo el material arenoso que, por decisión de ellos, fuera vaciado sobre el pavimento del lugar.

Evidentemente, que la permisividad, origina actos de esta naturaleza, basados en ausencia de un régimen de consecuencias en que todos paguen por igual, cuando de violaciones legales se trate.

Aunque un ave no hace verano, seguiremos insistiendo en que, si no hay un efectivo control vial, que establezca responsabilidades, las violaciones de las leyes de tránsito, tanto rural como urbana, estarán, como han estado siempre, a la orden del día, con el agravante del efecto negativo en la convivencia ciudadana.

La experiencia vivida el pasado sábado, a la altura del kilómetro 15, de la Carretera de Azua, es una demostración de poco control vial y de la necesidad de un régimen de consecuencias, sin importar estaturas, color o sexo.

Actos desconsiderados, como el de referencia, lo vivimos permanentemente y en todo lugar de cada demarcación territorial, sin importar si esta, es rural o urbana. La violación a las señales de tránsito y el exceso de velocidad, viven, permanentemente, cobrando vidas y dejando hombres y mujeres jóvenes, mutilados, como una demostración de que, en nuestro país, “el tránsito terrestre, es un lenguaje de descontrol”, exento de consecuencias.

 

POR EL DR. PABLO VALDEZ

Comenta