El mural de «Evita» se encuentra en las fachadas del edificio que comparten el Ministerio de Desarrollo Social y el recién restituido en el rango Ministerio de Sanidad, el mismo en el que la propia ‘Evita’ atendía a las personas necesitadas que iban a pedirle ayuda durante el primer Gobierno de su marido, Juan Domingo Perón (1946-1952).
La figura de Eva Perón está marcadamente cargada de simbolismo entre el peronismo, que vuelve a ocupar el poder en Argentina desde que el pasado martes Alberto Fernández asumiera la presidencia.
Si bien fue iluminado en alguna ocasión de forma puntual, el mural quedó apagado durante la «emergencia energética» de 2016, cuando se pidió a los Ministerios apagar las luces ornamentales, según cuentan a Efe fuentes de la anterior gestión del ministerio, aunque la bandera argentina que adorna las partes superior e inferior del mural se mantuvo encendida.
«No tenía nada que ver con la política y menos de desprecio a Eva», añadieron las fuentes.
El acto de alumbrado, que se produjo en la noche de este jueves, estuvo a cargo del nuevo ministro de Sanidad, Ginés González, y el de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, quien en la red social Twitter afirmó que se trataba de un «acto de justicia social».
La instalación artística se inauguró en 2011, durante el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) y está compuesta de dos murales de acero de 31 metros por 24 elaborados por el artista Alejandro Marmo.
Se muestran en él las dos caras de Evita: una sonriente que mira al sur, donde viven las personas con menores recursos de Buenos Aires y una exaltada pronunciando un discurso que mira al norte, hogar de las clases con más poder adquisitivo y contra los que solía pronunciarse.
Eva Duarte conoció a Juan Domingo Perón en 1944 cuando este ocupaba la Secretaría de Trabajo y Previsión y comenzaron un romance que provocó escándalos y controversias en la época y que culminó con un matrimonio durante la campaña presidencial de 1945.
La primera dama fue pieza clave de los gobiernos peronistas por su gran relación e influencia con los sindicatos y las clases bajas, apoyos políticos vitales para su marido.
La también conocida como «la abanderada de los descamisados» murió tempranamente con solo 33 años afectada por un cáncer de útero.
Por EFE
