*Porque la universidad es otra cosa
En la República Dominicana, El Cercado es un municipio ubicado en la provincia de San Juan, en la región suroeste del país, allí nació un académico amigo que ha ido escalando gerencialmente hablado.
Este profesional, así como es de trabajador, tiene tres cualidades que admiro como son, la lealtad comprobada, disposición a ir corrigiendo en el camino y a pasos agigantados, las debilidades personales que posee y el apego permanente a sus orígenes. De él, ya es cotidiana la frase: “Yo soy del Cercao” (para referirse al Cercado), porque allí nació y se siente orgulloso de ello, diferente a otros.
Probablemente, haya oriundo de ese lugar que, está situado en una zona montañosa de la Cordillera Central, cerca de la frontera con Haití, que cuando estén obligados a hablar sobre su origen, olviden que es conocido por su agricultura, especialmente la producción de café, habichuelas y otros productos agrícolas y renieguen de todas esas bondades para menospreciar ese maravilloso lugar en que nacieron.
Es que muchos, cuando van subiendo, reniegan de sus orígenes, olvidando que el que va subiendo y no mira para abajo, no podrá mirar para arriba, cuando vaya paulatinamente bajando.
La aseveración, no es exclusiva de la República Dominicana y/o de los dominicanos, es innata del ser humano que avanza, luego, pierde espacio y si lo recupera, olvida el pasado ominoso que tuvieron, para volver por su senda.
El mundo terrenal, acuífero y ambiental, fue hecho para los hombres y mujeres en una distribución equitativa basada en normativas para la convivencia humana; con respeto común y a las diferentes especies que nos circundan.
Perder de vista que no hay exclusividad mundana, es olvidar que ni la propia vida nos pertenece y que, hasta ella, cuando concluye, le da un mentís a la opulencia de los que se atribuyen ser los dueños del mundo.
“Del Señor es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en él habitan.”
- Salmo 24:1
Llama la atención, que el presidente de los Estados Unidos, ante que regularizar las normativas de migración de su país con apego a las leyes vigentes y el respeto a la condición humana, olvidando que todos, ya sea a lo micro o a lo macro, somos migrantes y emigrantes, tenga a toda una comunidad segregada en el mundo entero, al borde de la desesperación por sus amenazas de exclusión.
Ojalá el presidente de los Estados Unidos, recuerde sus ancestros y ese recordatorio lo lleve a entender que todos somos parte de la comunidad de los migrantes del mundo.
Al extranjero no maltratarás ni oprimirás, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto.
- Éxodo 22:21
AUTOR: DR. PABLO VALDEZ
