En la campaña electoral del año 2000, Hipólito Mejía prometió reducir la cantidad de loterías y bancas de apuestas. Con su estilo característico expresó, “Aquí hay más bancas que en China”. Aunque no cumplió su promesa, tampoco propició su incremento.
Con el regreso al poder del PLD en el año 2004, comenzaron a multiplicarse e introdujeron las máquinas de juegos. Los banqueros más poderosos ingresaron al partido de gobierno, compraron candidaturas y a base de papeletas ganaron curules congresionales.
Pasando de simples riferos a honorables legisladores. En su mayoría sin capacidad académica, pero hábiles para negociar. Por ende, convirtieron al congreso en un mercado de compra y venta de leyes. En el año 2007, a cambio de sobornos aprobación la ley 04-07 que prohíbe la importación de vehículos con más de cinco años de fabricación.
Por más que hemos intentados, que sea modificada ha sido imposible. Representando un duro golpe para quienes residimos en el exterior. Se adjudicaron una serie de privilegios prohibido por la Constitución en su artículo 39 que solo los permite, por talentos especiales.
En ningún otro país, los legisladores reciben tantos beneficios como en el nuestro. Entre los más cuestionados encontramos, pagos de dietas por cumplir sus labores, viáticos, bonos, fondos para celebrar los días de San Valentín, de los padres, las madres, las navidades y semanas santas.
Además, el barrilito, el cofrecito, exoneraciones de vehículos de lujo y seguros internacionales de salud. Excluyéndose del sistema de seguridad social que crearon con la ley 87-01. ¿Hasta cuándo soportaremos tanto abuso?
Cada cuatro años tenemos la oportunidad de elegir nuevos congresistas. Actualmente, hay cinco de ellos sometidos a procesos judiciales por violaciones de las leyes, que ellos mismo crean.
Por tal razón, debemos observar con atención los aspirantes a ocupar posiciones legislativas. Analizar con detenimiento sus trayectorias para tener ideas de sus intenciones ocultas. Y evitar escoger lobos rapaces disfrazados de mansas ovejas para engañarnos.
Tenemos nuevos candidatos, que podrían hacer la diferencia. Entre ellos, al General ® Rafael Percival Peña, bautizado como “el General del Pueblo”, por su incesante defensa de los marginados y los mejores intereses del pais.
En un pais donde los altos rangos no se logran por capacidad, sino por adulonería y sumisión incondicional a los altos lideres políticos gobiernistas. Percival Peña ha tenido que recorrer un tortuoso camino para lograr su rango. Sus luchas por los mejores intereses del pais, los separaron de su grupo.
Para lanzarse a recorrer su propio camino, solo acompañado de su indomable espíritu, que lo empuja sin cesar a cumplir su destino. Cada uno actúa de acuerdo a su nivel de conciencia, por eso nadie puede dar lo que no tiene.
Algunos escogen acumular bienes para disfrutar de placeres. Muy pocos, el sacrificio por elevar la calidad de vida de los más desafortunados. Es por ello, que Percival se reunía con el padre Rogelio para impartir charlas a los jóvenes de los barrios pobres, para estimularlos a estudiar y alejarse de la delincuencia.
Por tal razón, fue escogido como candidato a Senador por el Distrito Nacional en la boleta del Partido Socialista Cristiano (PSC). Sus contrincantes contaran con muchos recursos económicos para comprar votantes.
Esperamos que el pueblo despierte y repita el slogan usado para expulsar a Balaguer del poder “les cogemos las funditas y no somos reformistas” Pues, ninguno de la competencia, impulsará las transformaciones que urgentemente necesita el Congreso.
Cuyos deberes constitucionales son: Legislar, representar, fiscalizar y ejercer control político en nombre del pueblo, procurando su desarrollo; velando por la convivencia dentro de un Estado Social y Democrático de Derecho.
Estamos viviendo tiempos turbulentos provocados por las injusticias sociales. Panamá tiene más de un mes paralizada por las protestas contra la renovación de un contrato injusto para la explotación minera. Dos candidatos anti sistemas acaban de llegar al poder en la region. En Argentina Javier Milei, y en Ecuador Daniel Noboa.
POR ELÍAS SAMUEL ROSARIO MATA
