La convulsión política que provocó el triunfo de Javier Milei en Argentina abrió diferentes interrogantes en la región, ante el carácter de la desfragmentación política que han experimentado algunas sociedades en América Latina durante los últimos tiempos.
Latinoamérica, ha desarrollado el ascenso de connotados líderes políticos, denominados como “Outsiders” quienes han trazado una pauta de resquebrajar la política tradicional con una forma sutil diferente de hacer política, un fenómeno que ha ido en ascenso desde el año 2017, expandiendo estas ideas a países cercanos y que tradicionalmente estuvieron gobernados por fuerzas políticas que estaban abocadas a las ideas de la justicia social.
Los resultados electorales obtenidos en algunos países en los últimos torneos electorales, donde han triunfado las ideas que propugnan los “libertarios” no son producto de la casualidad, sino el resultado de situaciones prolongadas de decepción política por parte de amplios sectores del electorado latinoamericano, que durante años han observado un deterioro constante de su calidad de vida, malestares sociales, y otras realidades que han afectado las sociedades sin importar el signo ideológico del gobierno de turno.
Estas realidades psicosociales, ha llevado a sus ciudadanos a cuestionarse seriamente en dónde están los orígenes de los problemas: ¿en los políticos que ofrecen soluciones o las soluciones ofrecidas están mal aplicadas, dentro de la típica cultura latinoamericana de no asumir ningún tipo de responsabilidad por las consecuencias de sus acciones y buscar un actor externo a quien culpar de sus fracasos? Es preciso señalar que, el fenómeno Milei y sus ideales políticos se han esparcido por países como: Bolivia, El Salvador, Ecuador, Paraguay, Perú, Panamá, y el modelo más atípico es el caso de Chile, donde estas ideas han penetrado en la política del país andino, y con unas altas garantías de triunfo de la derecha; siendo esta nación tradicionalmente de tendencia política de izquierda.
Si hacemos un análisis estructural de estos ideales, al igual que Bukele en el Salvador, donde este último cambió la visión del combate a la delincuencia organizada al crear una referencia, ya sea que le guste o no a los lectores, muchas de estas iniciativas, han generado un impacto político y social, el cual tiene un carácter muy profundo dentro de los parámetros a los cuales estaban acostumbradas nuestras sociedades latinoamericanas; resaltando que, la incidencia de que, en la principal potencia gobierna el mandatario estadounidense Donald Trump, quien ha sido un abanderado y aliado estratégico de los países mencionados con anterioridad, donde se ha efectuado un alineamiento a estas ideas enarboladas por Milei y otros mandatarios afines a sus principios.
Esas ideas procuran defender “los valores liberales clásicos”: individualismo, libertad económica y defensa del mercado como mejor orden para la asignación de recursos públicos, disminución del gasto público, eliminación de instituciones, y una transformación profesional a los servidores públicos, con la finalidad de tener servicios básicos eficientes y de calidad para los usuarios.
En conclusión, en los próximos años venideros nuestras sociedades latinoamericanas, continuarán experimentando un incremento e incidencia, compactado en la psiquis política de nuevos liderazgos; generando esto una transformación en la política tradicional latinoamericana. Esperamos que, estas ideas, puedan incidir en una transformación positiva, y muy especialmente a la juventud que emerge como factor de cambio para una mayor y mejor gobernabilidad de nuestros pueblos, donde el consenso y el respeto sean la principal bandera de triunfo, y los extremos no dividan las sociedades.
Por: Junior Pérez.